Por Roberto Valenzuela
Por una espantosa ignorancia, dicho de mejor manera, por falta de
educación, hay personas que suelen decir que, en algún momento, estos dos
patricios traicionaron la causa de la República ideada por Juan Pablo Duarte.
Por el contrario, dieron sus vidas por la República: comenzaron desde la
fundación de la organización patriótica La Trinitaria, en 1838, y que es
el primer intento de Duarte para crear la República, hasta que murieron en el fragor
de la Guerra de la Restauración.
Los dos intentaron evitar la anexión a España. Francisco del Rosario
Sánchez, como se sabe, dos meses antes de que se hiciera realidad la Anexión
emitió un manifiesto en su contra; y cuando se firmó, encabezó una incursión
militar, donde luego de su fracaso, fue fusilado.
El general Matías Ramón Mella, según relata el profesor Bosch en su libro
Guerra de la Restauración, había planeado con Eusebio Manzueta un levantamiento
para evitar la Anexión, pero fue expulsado del país por Pedro Santana. Aun así,
según añade Bosch, Mella trató de evitar que en la plaza de Puerto Plata se
aceptara el traspaso del país a España.
En la faena del frente de batalla, parece que Mella tomó agua contaminada o
ingirió algún alimento que le produjo disentería. Al ver que su muerte era
inminente, produjo una impresionante arenga patriótica, donde dijo: “¡Todavía
hay patria..!”; y su único deseo fue que lo sepultasen con la bandera
nacional.
Lo que acabamos de decir explica que ni en vida ni cuando se preparaban
para morir, en sus últimos alientos, se dedicaron a amasar fortuna o
cosas materiales. La única preocupación de Sánchez y Mella (hasta
después de la muerte) fue la independencia de la República Dominicana. Es
decir, que nadie que sea dominicano debe ofender la memoria de estos dos
hombres excepcionales, y quienes los injurien no deben vivir en el país, deben
ser expulsados de la República Dominicana que ellos fundaron. ¡Fuera los traidores
a la Patria!
Su muerte
Mella murió antes de concluir la Guerra de Restauración, el 4 de junio de
1864, pero antes ofreció a los restauradores el instrumento para derrotar a los
españoles y reconquistar la soberanía: elaboró el plan de guerra de guerrillas.
Fue héroe de las guerras de Independencia (1844), y la de Restauración (1863).
Fue vicepresidente del gobierno restaurador de Santiago y ministro de guerra.
El catedrático universitario, Euclides Gutiérrez Félix, explica que el plan
de guerra de guerrillas de Mella es tan magistral que fue llevado por
instructores norteamericanos a la academia militar de Wepoin, en Estados
Unidos.
El plan del ministro de Guerra del Gobierno Restaurador, general Matías
Ramón Mella, convirtió a los combatientes dominicanos en invisibles como el
viento y sus hazañas eran contadas por los mismos españoles en cartas y
documentos secretos.
La táctica se fundamentaba en atacar en emboscadas y desaparecer rápido en
los densos bosques, pero antes quemaban ciudades, cultivos, mataban animales.
El plan era que los españoles no tuvieran acceso al agua, comida,
transporte y alojamiento. Incendiaron Santiago de los Caballeros, parte
de Puerto Plata, Barahona, Montecristi, San Cristóbal, Azua y Neiba.
Cuando comenzaba la guerra se distribuyó el manual titulado “Instrucciones
del Ministro de Guerra del Gobierno Restaurador, general Matías Ramón
Mella”, para combatir con un ejército más disciplinado y numeroso que el
dominicano. Mella explicaba que “nunca, nunca” se debía chocar frente a
frente con los españoles y que las milicias debían ser invisibles como el
viento: atacan y desaparecen. Están en todas partes y en ningún lado”.
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