Por Miguel Ángel Cid Cid
Luego de un día de perro, en la media noche, escuché un ruido en la
cocina, parecía como si estuvieran meneando trastos para cocinar. Los fogones
están unidos a la casa a través de un zaguán, así que me levanté y me dirigí
hacia allá. Oiga usted, no bien me disponía a cruzar el zaguán cuando de pronto
salió esa mujer de pelo largo y negro como azabache, “desnudiiiita”. Yo no tuve tiempo ni siquiera de verla, solo alcancé
a darme cuenta que los pies los tenia al revés, con lo de adelante para atrás.
A mí, todavía se me engrifan los pelos cuando hablo de eso, ¡Jesús santísimo, era
una Ciguapa!, exclamó Don Luis.
En efecto, en medio de la época ilusoria de la niñez uno escuchaba
esas historias de Don Luis, mi padre, y la creíamos ciertas. Al cabo de un
tiempo, mis hermanos y yo nos percatamos de que lo de la Ciguapa sólo era cuentos
de caminos. La Ciguapa es una criatura mitológica, parte del folklore de la
República Dominicana. A pesar de ello, Don Luis murió en el 2013 con 90 años de
edad, cayó creyendo con firmeza en que las ciguapas existen, nadie pudo
convencerlo de lo contrario. Era imposible que Don Luis negara las ciguapas, siendo
que vivió varios encuentros con ellas.
En la literatura se habla de la Ciguapa desde el siglo XIX, en 1866 el
escritor dominicano Javier Angulo Guridi (1816-1884), escribió un cuento
titulado “La Ciguapa”. En “Mitos, Leyendas y Personajes folclóricos”
dice que “La Ciguapa es un personaje
mítico que vive en el corazón rural de la República Dominicana, especialmente
en las regiones montañosas”. Y sigue diciendo:
“Las ciguapas son mujeres de tez
morena con ojos negros rasgados y con el pelo negro, suave y lustroso. El pelo
es tan largo que llega a constituir su única vestimenta. Para algunos son
pequeñitas, con el cuerpo desproporcionado, mientras que para otros tienen
piernas largas y delgadas. Incluso algunos dicen que su piel es azul.”,se
afirma en Mitos, Leyendas y Personajes folclóricos.
Contaba Don Luis, que la Ciguapa se traslada a gran velocidad, dando
saltos de sitio en sitio.Mientras salta emite aullidostenebrosos,y en cuestión
de minutos puede pasar de un pueblo al otro. Dice que anda de noche, por las
orillas de los ríos y vive en las montañas.Incluso, si un hombre la mira a los
ojos de seguro que será embrujado por ella.
Sin ninguna dudas, mi padre tuvo alguna relación con las ciguapas. La
similitud de las historias narradas en los textos y los cuentos de Don Luis
hablan por sí solos.
Según Angulo Guridi la Ciguapa es una “…cosa que roba y mata sin quitarnos
la vida o el dinero...”. Y sigue diciendo.
— La Ciguapa, caballero: la
Ciguapa es la criatura que con un alma como nosotros alienta sólo por el
exterminio de nosotros mismos...—
Algunos servidores de misterios aseguran que para poder atrapar una
Ciguapa hay que hacerse acompañar de un perro blanco, y que sea en noches de
luna llena. En cambio, otros afirman que para capturarla debe ser “…un día de luna creciente con un perro
jíbaro y cinqueño”.Se cree que al ser atrapadas el cautiverio le produce un
castigo tan profundoque terminan muriendo de pena.
Don Luis aseguraba, que ya él no les hacía caso a las ciguapas –yo las escuchaba llegar y me quedaba en la
cama, en fin, ellas sólo robaban sal y ajo, y quizás algún bocadito sobrante de
la cena--, decía.
Según mi padre, que era un experimentado conocedor de las ciguapas, estas
criaturas son inofensivas. Afirmaba Don Luis que si usted se presenta frente a
ellas,huye de inmediato.Ahora, si usted la enfrenta vas a tener todas las de
perder.
Nota: “La Ciguapa”, narración de Francisco Javier Angulo Guridi puede
leerse en el siguiente enlace:
Miguel Ángel Cid
Twitter: @miguelcid1
26septiembre 2018
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