Por Rafael Matos
Féliz
En República
Dominicana, se ha conformado una claque estatal que manda madre.Son los
denominados funcionarios: ministros, vice ministros, directores, etc.Esa claque
ocupalos principales puestos del tren administrativo del estado. Son nombrados
de dedo por el Presidente y desde hace muchos años, las mejores credenciales
quepresentan, no son las relacionadas con las nobles funciones del cargo sino
las que se relacionancon su “amistad”, postración, “lacayismo”, genuflexión,
frente al Ejecutivo.
Como los
currículos de vida de esos “funcionarios”, no se relacionan con las funciones a
desempeñar, entonces hacen solo los deseos del jefe. Recordemos que esa mala
costumbre fue instaurada en gobiernos pasados. Con Balaguer,
se hizo común ver en Agricultura como Secretario, no un agrónomo sino un
abogado; en Obras Publicas, no un Ingeniero o Arquitecto sino un agrónomo; en
Educación, no un Maestro sino un empresario; en Relaciones Exteriores, no un
Diplomático sino un Ingeniero, etc. Esa manera llevó a que la corrupción se parara
solo frente al despacho del Presidente.
Para desgracia
de nuestro paisaje, que llamamos país, esa costumbre ha sido ley, batuta y
constitución en lo referente al funcionariado dominicano. Pero como una cosa
rara, vemos que en los casos de la Justicia, Policía, Marina, Fuerza Aérea y Ejército,
allí se cumple, a rajatabla, que el incumbente de mayor rango siempre es
alguien con currículo de vida relacionado con la entidad,aunque su elección no
escapa al fenómeno de la genuflexión. No hemos visto un comerciante como jefe
del ejército ni un maestro como jefe de la marina o un ingeniero como fiscal
¿Por qué será?
Como algunos
sufrimos del Síndrome de Idiotez, nos preguntamos ¿Para los ejecutivos de la
nación, esas últimas funciones son las más importantes de la bolita del mundo?
Porque con eso no se juega nunca; sin embargo, se juega y hasta se hace chercha
con todas las demás. Esode producir alimentos, construir infraestructuras,
relación con los países, la educación, seguridad, son vainas o pendejadas. En
nuestro amueblamiento cerebral, eso retrata al estado con gran desprecio hacia
la nación y país dominicanos.
Cumplir en parte
las leyes y los protocolos cuando se refiere a Justica, Policía y Fuerzas
Armadas, donde el mandatario es “Comandante en Jefe” y está por encima del bien
y puede jugar a su antojo, y entonces cuando se refiere a alimentos, seguridad,
vivienda, producción, empleo, vías, etc.,en estos casos que son para al
bienestar de la población y del país, las leyes y los protocolos son violados,
tirados al zafacón y se limpian el…zapato, con ellos,,,,, hummm eso huele a
algas podridas.
Historiadores dominicanos
señalan que el dictador Trujillo, instauró en las Fuerzas Armadas, la Policía y
la Justicia; una forma de gobernar que unía el terror, la dádiva y permiso de
hacer lo que al tirano le gustaba; mientras que en los casos relacionados con
las demás funciones del Estado, se logró instaurar el miedo, la sumisión, el
silencio, el despojo, el destierro o la muerte. Así el tirano se rodeó de
intelectuales.La razón de la pretendida colaboración de intelectuales, fue el
nacimiento y la generalización del complejo del miedo.Para la época, la
corrupción nacía y quedaba en el jefe y su familia.
Haciendo el
parangón con la actualidad, a las Fuerzas Armadas, Policía y Justicia se les da
impunidad de hacer lo que quieran, siempre que eso complazca y le guste al
poder, ycon ello de paso, se debe atemorizary alienar a la población. Las
funciones estatales relacionadas con el bienestar general y derechos ciudadanos,
se dejan a su suerte. Así actividades
productivas, seguridad ciudadana, salud, seguridad laboral, persecución de la
corrupción, educación de calidad y otras más, se van por el precipicio de la
ineficiencia y la ineficacia. Ahora la corrupción comienza desde arriba y
abarca todo lo estatal, hay sobornos, más impunidad, más robos y acumulación.
Concluimos, que
los funcionarios, ministros, directores, etc., “funcionan” según la música o
partitura tocada en las alturas, y así cada día, el país va al colapso y al
despeñadero. A los que se molesten, les advertimos que todas esas
disquisiciones, es porque sufrimos el Síndrome de la Idiotez.
Por el
Desarrollo Sostenible
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