Por Miguel Espaillat Grullón
En esta ocasión me dirijo al "conglomerado Marcha Verde", a los
partidos políticos, a todas las organizaciones progresistas del país
cualquieras que estas sean y a la nación en general. ¿Para qué lo hago?
Pues bien; hay que concientizar al país de lo que representa y significa el
Congreso Nacional para que tengamos una verdadera democracia.
Una mayoría abrumadora de nuestro pueblo no tiene conciencia del papel que
juega ese poder del Estado en el funcionamiento de una autentica
democracia. Muchas veces, ni siquiera los altos dirigentes de los
partidos tienen ese conocimiento. ¿Por qué, lo expreso así?, muy
sencillo. En las dos ocasiones en que estuve participando como candidato
a diputado de ultramar me topé con la desagradable sorpresa, que altos
dirigentes de mi partido, sostenían (y así lo predicaban a las bases), que la
lucha del partido debía concentrarse en la elección de presidente de la
República que era lo importante, que la elección de los diputados y senadores
era una cuestión secundaria. Sazonaban esta predica diciendo, que no le
importaban mucho la elección de los diputados y senadores porque estos solo
querían llegar al poder para resolver sus problemas personales, que estos nada
aportaban al país y al Partido; o sea "soltaban en banda" la elección
de estos importantes funcionarios públicos. Ignoraban la importancia del
Congreso. Actualmente, esa situación no es diferente.
El Congreso que hasta ahora nos gastamos refrenda en media hora contratos
lesivos al país por sobornos millonarios, tal como sucedió con el contrato de
la Barrick Gold y el contrato de la carretera Santo Domingo- Samaná. Y
para "buscárselas" se inventan cualquier concepto.
"Cofrecitos y barrilitos" dietas, gastos de representación,
pago por cada sección, pago de celular, viáticos, comida gourmet de almuerzo
(se dice que cada comida que le sirven a cada congresista, tiene un costo de
cuatro mil quinientos pesos [4.500], lo que casi gana un policía al mes),
además, estos congresistas disfrutan de dos exoneraciones para un carro de
costo ilimitado, pago de gasolina, más el dinero extra que reciben cuando
llegan los días de las habichuelas dulces, los días de la secretaria, de los
reyes, de la madre, el inicio del año escolar, y cualquier otro que se le
antojen.
En este contexto, nuestros senadores y diputados incurren hasta en el
crimen de lesa patria que constituye hipotecar al país, quebrando la soberanía
nacional con préstamos onerosos que jamás podremos pagar. La agravante de
esta situación es vergonzosa: ellos ríen, se burlan, abusan del pueblo, al
ellos mismos proclamarse, honorables congresistas.
¿Por qué sucede esto? Se ha dicho que para "ganar", una
curul de diputado o senador se tiene que gastar hasta sesenta millones de pesos
(60). Es una cifra que no es proporcional con lo devengado en los cuatro
años de función legislativa, siendo así (y es así), entonces es claro, que los
sobornos y demás formas de obtener el dinero precedentemente aludido, obedece a
la recuperación con creces de la inversión señalada en gastos de campaña.
¿Quiénes pueden hacer semejante inversión para luego recuperar el dinero
invertido con gran lucro? Naturalmente, gente sin escrúpulos y que el
dinero que tiene es mal habido, principalmente procedente del lavado de
activos, del narcotráfico y de los juegos de azar. Es tan así, que en el
Congreso Nacional hay por lo menos diez congresista dueños de bancas de
apuestas. Y de los restantes, hay muchos, que al igual que los anteriores son
comerciantes de la política o representantes de la indolente y siniestra
burguesía nuestra.
Lógicamente, de un Congreso conformado por gente así, no se puede esperar
otra comportamiento, que el visto hasta hoy en día tienen nuestros
representantes en ese importantísimo poder del Estado, del cual dependen y
emanan, todas nuestra leyes y los nombramientos de los los jueces de las
diferentes cortes.
¿Qué hacer para acabar con esta penosa y bochornosa situación?
Públicamente el hoy presidente pidió al pueblo darle su congreso: "yo
quiero mi congreso", dijo con voz estentórea; ¿recuerdan? Craso
error, el Congreso jamás debe ser de un presidente, sino del pueblo, legislar
para el pueblo, representar al pueblo, nunca a un presidente o a grupos
corporativos.
Para lograr cerrar el camino al poder a senadores y diputados anti-pueblo,
hay que abocarse a concientizar las masas. Para ello, hay que elaborar un
programa de estudio que dé a entender la importancia que reviste para una
nación el tener un Congreso conformado por los mejores hombres y mujeres del
país; un Congreso integrado por gente decente y honrada, por gente sin codicia,
sin esas ganas enfermizas de poder y dinero. Además, esa educación tiene
que ser extensiva, para la comprensión de por qué debemos elegir las mejores
personas para alcaldes y regidores, y para presidente y vicepresidente, ni
hablar. Con igual celo debemos velar y procurar para que también los
ministros y altos funcionarios como el Gobernador del Banco Central, no sean
como las alimañas que desde hace un tiempo están ocupando ese cargo y otros.
Condiciones que tienen que reunir los que se van a elegir por votación
popular
Hoy en día, no es difícil identificar un ciudadano (hombre o mujer), que
reúna las condiciones necesarias para uno de los puestos electivos que nos
ocupan. Para ello vasta analizar concienzudamente la hoja de vida de la
persona. Esa es la mejor manera para depurar la elección. Por lo
regular, el perfil de una persona en cuanto a su comportamiento, es constante,
lineal. Por lo regular, una persona, si es seria y honesta, lo es por
toda su vida. Por lo regular, familias serias, dan hombres y mujeres
serios. En consecuencia, para dar con la persona que reúna las
condiciones morales, patrióticas y académicas requeridas para unas de las
posiciones electivas señaladas (por medio al voto), solo hay que revisar su
hoja de vida.
De lo precedente de puede derivar, que debemos negarle el voto a los que
han conseguido dinero con negocios turbios, como los dueños de bancas de
apuestas; a los que han hecho fortunas con el lavado de activos y el
narcotráfico; a los que se han enriquecido especulando; a los que de varias
maneras han demostrado amor por el dinero y el poder; a los que vemos muy vivos
y sabichosos; a gente que fue pobre y de la noche a la mañana se hicieron
millonarios sin sacarse la lotería(como ha sucedido con decenas de periodistas
bocinas del PLD y la mayoría de la cúpula de ese Partido).
También debemos negarle el voto a los candidatos que son apoyados por
empresarios voraces, a personas con un pasado inmoral y concupiscente,
alcohólicos, drogadictos, jugadores de casinos y de otras especies (aunque sean
ex). Debemos negarles el voto a los que identificamos como oportunistas, a hombres
con historias de violadores y golpeadores de mujeres; a los padres
irresponsables con sus hijos, a los hombres y mujeres reaccionarios con pobre o
sin ninguna formación política. Debemos negarles el voto a los ciudadanos con
un pasado sin lucha social y política. A todos los identificados con
semejante hoja de vida, de plano, hay que rechazarlos.
Conclusión
La conclusión es tan obvia, que no vamos a explayarnos sobre ella. No
obstante, queremos resaltar, que la lucha frontal contra la corrupción y la
impunidad, y el logro de una autentica democracia, solo será posible, cuando
esos hombres y mujeres elegidos por su probidad a las funciones de Estado
señaladas, puedan operar bajo un régimen con fuerte institucionalidad y con un
sistema judicial verdaderamente independiente.
A los lectores les dejo la palabra
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