Por Milton Olivo
¡A grandes males, grandes remedios!
Un estadista, es aquel gobernante que sus acciones la
ejecuta pensando en las conveniencias del presente y de las próximas
generaciones de su patria. Contrario a los gobernantes demagogos e
irresponsables; que actúan pensando en salir del paso, las conveniencias
personales y las próximas elecciones.
De ahí, mi -inocultable- admiración, en ese orden, por el
generalísimo Trujillo, al pagar la deuda externa, eliminar la delincuencia y
sacar los haitianos del territorio. Los extranjeros deben entender, que desde
Haití, -en el pasado- los dominicanos hemos sufrido su invasión militar y
gobierno por 22 anos, luego más de 15 invasiones militares, con la intensión de
hacer desaparecer la R. Dominicana.
En el presente, Haití, de país, solo tiene el nombre. Es
una especie de corral casi desertico o finca absolutamente deforestada y los
ríos en extinción, donde coexisten capataces y siervos, en situación infrahumana.
Como EEUU, Canadá y la Unión Europea, no quieren esas
masas hambrientas y analfabetas en su territorio, y entienden que deben
permanecer recluidos en la isla. Lo que significa que es un problema
dominicano, nosotros temprano que tarde tendremos que hacernos cargo. Y mejor,
temprano que tarde.
Con Haití tenemos dos grandes problemas o dos grandes
temas pendiente; UNO: de presente e inmediato: resolver el problema de la
invasión a nuestro territorio. DOS: de futuro, el problema de evitar la isla se
convierta en un desierto, el rescate de los bosques, de los ríos, la
preservación del Medio Ambiente, la vida y la paz en la isla.
UNO: De presente detener, desincentivar su ingreso al
país y hacer que regresen a sus casas. Fíjese que digo, “regresen a sus casas”,
lo digo, porque deben crearse las condiciones para que ellos regresen por sus
propios medios, al igual de cómo vinieron. En un plazo que no debe pasar de 30
días.
Transportar de regreso más de tres millones de invasores,
es caro, antieconómico y no conveniente, sobre todo, si ellos pueden regresar
por sus medios.
¿Cuál es el problema de futuro? Que el crecimiento de
nuestra población ronda los 2.5% anual, lo que significa que se duplica cada 40
años.
Significa que si ambos pueblos duplican su población para
el 2057, en la isla habrán mas 40 millones de habitantes, lo que la hará
invivible. El Medio Ambiente al ritmo que vamos, habrá sido destruido, los ríos
se secados. Y tendríamos hambruna, no habría agua, y tendrían nuestros hijos y
nietos, una guerra de exterminio entre ambos pueblos por la supervivencia. Lo
que es nuestra responsabilidad histórica evitar, para beneficio de ambos
pueblos.
Solución al problema del presente. ¿Que hacer para que
los haitianos decidan regresar voluntariamente a sus hogares en su país, a
reunirse amorosamente con sus familias? ¿Y qué no se sientan tentados a
regresar?
Crear una nueva Ley de Migración, que establezca penas de
tres años de cárcel y trabajos públicos a los migrantes ilegales, los cuales lo
purgaran reforestando nuestros bosques y cuencas hidrográficas, recluidos en
campos de refugiados construidos para tales fines. Para lo que hay que eliminar
la prohibición de trabajos públicos establecida en nuestra constitución.
Luego de promulgada esta nueva Ley de migración,
facilitarle 30 días a todos los extranjeros para que regresen voluntariamente a
su país.
DOS: Solución al problema del futuro. Necesitamos
controlar el territorio haitiano, para salvar la isla, para evitar se
transforme en el desierto del Caribe, reforestarla, controlar el crecimiento de
la población haitiana para evitar las tragedias y conflictos Malthusianos
futuros, por un crecimiento descontrolado de esa población.
Propuesta “Operación Caonabo”: Luego de la salida de los
Cacos Azules de la Naciones Unidas, invadir militarmente Haití. Tomar control
de su territorio. Imponer un control de la natalidad, de solo un hijo por
madre. Tomar el control del oro, la bauxita y demás minerales, para impulsar la
agricultura, y la reforestación de su territorio.
Recursos, con lo que rescataríamos los bosques, Ríos y
Medio Ambiente de esa parte de la isla. Se crearían millares de empleos.
Impulsaríamos su desarrollo, elevaríamos su nivel de vida, le construiríamos
escuelas, hospitales y lo pondríamos en la senda de que en el futuro puedan
autogobernarse.
Haití, de país, solo tiene el nombre. Es una especie de
corral casi desértico o finca absolutamente deforestada y los ríos en
extinción, donde coexisten capataces y siervos, en situación infrahumana.
La “Operación Caonabo”, será criticada por la diáspora haitiana, pero será apoyada por las potencias mundiales, y calificada de humanista, solidaria, verde y responsable por la comunidad internacional.
E invitaríamos a las Naciones Unidas, EEUU, Canadá y la
Unión Europea, a participar y colaborar en la magna tarea que hemos asumido.
Inclusive si quieren participar en darle forma a una especie de Fideicomiso
Internacional para la co-administración de ese territorio.
¡A grandes males, grandes remedios!
El autor es Escritor y presidente del Proyecto Quisqueya
Potencia –PQP-.
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