Por Miguel Ángel Cid Cid
El
pasado 2 de noviembre, el equipo de Grandes Ligas, los Cachorros de Chicago,
ganó la serie mundial a los Indios de Cleveland. Los Cubs, luego de 108 años batallando
para vencer “la maldición de la cabra”, al fin le dieron cristiana sepultura a
la condena. Que esto acontezca en un país súper desarrollado, no es más que un indicador
de que las creencias mágico-religiosas son intrínsecas a la curiosidad humana.
Las cábalas, maldiciones y, amuletos de buena suerte, influyen en las personas
sin importar su conocimiento, formación académica o el poder que ostente.
En
efecto, en Santiago, los fanáticos del equipo Águilas Cibaeñas, atribuyen las
derrotas de las Águilas a que la cabra de Chicago semudóen la Ciudad Corazón.
Incluso, algunos explican que la cabra, en el trayecto, se transformó en
lechuza, (ave de mal agüero o mala suerte).
La maldición de la cabra
La
Serie Mundial del 1908 fue ganada por los Cubs. En la serie, un fanático de los
Cachorros asistió al estadio acompañado de una cabra como fetiche. Cuenta la
leyenda, que el fanático fue expulsado del estadio junto con su mascota.
La
cabra, hedía insoportablemente, razón por la que los admiradores de uno y otro
equipo se quejaron. La seguridad del estadio atendió los reclamos de los
fanáticos e invito al seguidor de los Cubs, a sacar la cabra de la instalación
deportiva.
El apasionadofanático,
conciliaba su creencia con cábalas típicas del sincretismo religioso. Basta
saber, que él creía que la cabra le daría buena suerte a su equipo favorito.
Esta, y no otra, es la razón por la que se negó categóricamente, a sacar la
mascota de las gradas y prefirió una salida forzada. El fanático, humillado,
maldijo su equipo.
--
El espíritu ofendido de esta cabra pesará sobre el futuro de los Cubs por la
eternidad, ¡jamás verán una corona mundial! --, sentenció.
El
curso del desarrollo de la humanidad siempre ha estado matizado o influenciado
por las creencias mágico-religiosas.Tanto en las competiciones deportivas, como
en el amor, en la actividad económica y en los estudios, la gente se empecina
en conseguir la bendición de alguna deidad.
--
Hay que ponerse en manos de Dios, para evitar que el mal entre en ti --, dicen.
En
ese sentido, el poder político no escapa a esta práctica mágico-religiosa. Una muestra de esto puede comprobarse
revisando algunas de la arengas de guerra.La gran mayoría tienen una fuerte carga
espiritual y subliminar.
Incluso,
muchos recordarán el famoso debate entre el sacerdote católico, Laútico García
con el profesor Juan Bosch. El sacerdote insistía en demostrar que Bosch era un
comunista y por tanto no podía ser presidente del país.
El mismo
Bosch, años después de Laútico, fue víctima de
acusaciones de ateísmo y de comunista por parte de sus contrarios. ¿Quién no
recuerda el corte publicitarios donde supuestamente el candidato del PLD se
declaraba no creyente?
--
No, yo no creo en Dios –, parecía afirmar el profesor.
Los
más jóvenes también fueron testigosde una trama similar en contra del líder
negro, José Francisco Peña Gómez, concretizada por el Dr. Joaquín Balaguer. En
medio de una concentración de masas, el entonces presidente y candidato a
reelegirseel Dr. Balaguer arengo la multitud.
--
El camino malo está cerrado, ¡cerrado!, ¡cerrado para siempreee! –, enfatizo
Balaguer.
De
hecho, la reelección presidencial en el país, y su secuela de autoritarismo, es
responsabilidad de Trujillo, según alegan los sucesivos inquilinos del Palacio
de Gobierno. En efecto, se cree que la mayoría de presidentes, llega con
intenciones sanas al gobierno, pero el fantasma de Trujillo pende sobre ellos
al poco tiempo. La maldición del dictador se acerca a los 60 años. Cabe
entonces la pregunta:
¿Habrá
de esperar el pueblo dominicano más de cien años para enterrar el maleficio
trujillista?
Miguel Ángel Cid
Twitter:
@miguelcid1
30noviembre 2016
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