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jueves, 30 de junio de 2016

Debemos prevenir, antes que lamentar


Por Melba Navarro

Un amplio segmento de la población dominicana tiene la creencia de que la presencia de nuevas enfermedades en la región del Caribe  -casos de los virus del Zika y Chikungunya- es producto de “algo que echaron en el ambiente”, o también de que el mosquito Aedes Aegypti es el responsable de la transmisión del ya endémico dengue.

En ambos casos, consideramos que no siempre la verdad está de parte de quienes así razonan. Y se debe tomar en cuenta los riesgos a que se exponen día por día amplios núcleos poblacionales en todo el territorio nacional, debido a las condiciones deplorables en que se desenvuelven.

República Dominicana se incluye entre los 24 países de Latinoamérica y el Caribe que han adoptado medidas preventivas. El decreto número 15-2016 persigue priorizar los procesos de compras y contrataciones de bienes, obras y servicios destinados a la educación y prevención de la presencia y proliferación del mosquito transmisor.

En febrero de 2015 se dio a conocer en el país la declaración del virus del Zika, que para entonces fue tildado como una “emergencia sanitaria global”. En días recientes hemos visto que las autoridades han activado jornadas de prevención contra esas enfermedades, con la incorporación de instituciones públicas en contacto directo con segmentos de población vulnerables.

En vista del peligro de propagación que representa este virus, que se cree mutó hasta hacerse mucho más infeccioso, la senadora estadounidense Janet Sheen solicitó a la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, evaluar si los Juegos Olímpicos de Brasil, país donde fueron notificados y confirmados los primeros casos del  virus, deben ser retrasados o pospuestos.

Científicos de alto nivel han sido enviados a Brasil, a fin de evaluar el riesgo que representa el Zika para los casi 500 mil atletas y visitantes de todo el mundo que se espera asistan a los Juegos Olímpicos, pautados para celebrarse del 5 al 21 de agosto próximo.

En nuestro país, no será un decreto presidencial el que logre detener la propagación de los virus causados por el mosquito Aede Aegypti. Se requiere una mayor voluntad del pueblo para eliminar criaderos de manera individual, así como acciones tendentes a evitar que se convierta en amenaza de grandes proporciones.

Cifras oficiales destacan que hasta el primer cuatrimestre de este año, las acciones de movilización social han eliminado más de 1.3 millones de criaderos de mosquitos, y realizado visitas domiciliarias a más de un millón de hogares a nivel nacional.

A pesar de las jornadas de movilización llevadas a cabo por las autoridades de salud para evitar la propagación de los virus transmitidos por el mosquito, da la impresión de que el país requiere medidas ejecutorias más agresivas, y que se amplíe el radio de acción de las ejecutorias estatales. Hay sectores que nunca han recibido acciones de eliminación de mosquitos y reservorios, contrario a lo sucedido cuando hemos sido golpeados por brotes de dengue.

A finales de abril del presente año, Salud Pública colocó al Zika virus en el pico epidémico, con un registro de más de 1,400 casos sospechosos. En mayo el país se encontraba en la fase epidémica del virus, y ya en junio las cifras empezaron a disminuir, según datos suministrados por los doctores Luis Pichardo y Marcelo Puello, directores de los hospitales Marcelino Vélez Santana y Vinicio Calventi.

Todos debemos involucrarnos en las labores que se están tomando a nivel mundial, tendentes a controlar estas enfermedades producidas por mosquitos. Y eso tendrá que ser antes de que se conviertan en amenazas verdaderamente incontrolables.


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