POR JUAN T H
Algunos amigos
afirman que “Danilo (Medina) le está haciendo a Leonel (Fernández) lo mismo que
Leonel (Fernández) le hizo a Danilo (Medina)” en años anteriores cuando le
impidió ser candidato presidencial. “Ni más, ni menos”, añaden.
Es verdad que
Leonel le hizo sus bellaquerías a Danilo, pero no hasta el extremo de
humillarlo y hundirlo con la intención de asesinarlo política y moralmente para
que no pueda resucitar ni en dos mil años.
Danilo actuó con
“premeditación, mala fe y alevosía” contra Leonel desde que asumió la
presidencia de la República, no por venganza, como suponen muchos, sino
intereses políticos y económicos.
Danilo y su
grupo precisan del gobierno por más de un periodo para acumular capitales de la
misma manera que lo hicieron Leonel y sus colaboradores durante 12 años. Y para lograrlo tenía que quitar del
medio al obstáculo principal, que no era otro que su antecesor, compañero de
partido y socio político durante varias décadas.
Para aniquilar a
Leonel, el estorbo en el camino de la continuidad, había que arrebatarle el
control del “Soviet Supremo” (Comité Político y Central) del Partido de la
Liberación Dominicanasin importar el costo con dinero del Estado que sigue y
seguirá siendo un factor determinante en los procesos electorales.
Increíblemente Leonel
y su gente no advirtieron la trampa cuando asistieron a la decapitación que se
produjo en la reunión del Comité Político donde se ordenó la aprobación en el
Congreso de la reelección, aun cuando sabían que fue Danilo el artífice de la
llegada al país de Quirino y de la costosa campaña mediática que se montó para
presentar sus presuntos vínculos con el narcotráfico y el mundo del crimen.
Fue más que
penoso ver a Leonel en el acto de “proclamación” de Danilo como candidato único
del PLD. tras cercenar la democracia interna reservándose prácticamente todas
las candidaturas congresuales y municipales sin importarle que con ello también
violaba la Constitución que consagra el derecho de “elegir y ser elegido” de
todos los ciudadanos.
Había que ver el
rostro de Leonel. Era un poema… (El León quedó sin melena y sin el rugido que
lo consagraba Rey de la Selva política del país)
No creo que
había que golpearlo una y otra vez después de haberlo tirado en la lona
política con un nocaut fulminante. Fue abusivo seguir dándole trompadas y
patadas a un hombre indefenso que sangraba por boca y nariz provocando la ira
de los espectadores. El árbitro, de haber habido uno, tenía que detener el combate. Pero nadie lo hizo…
Hoy Leonel está
derrotado. Se vio obligado a colgar los guantes políticos.
Tal vez peque de
ingenuo de nuevo, tal vez no sepa que no será presidente del PLD por mucho
tiempo, que no continuará teniendo control en las Altas Cortes, ni una cuota
importante en el Congreso, que Danilo
seguirá golpeándolo a pesar de estar tirado en la lona inconsciente por todos
los golpes recibidos.
Y si logra
reelegirse, terminará rematándolo para que no se levante nunca más.
La promesa de
Danilo de no presentarse como candidato si gana las elecciones, es un caramelo
envenenado. En el 2020, si se reelige, cosa que dudo, sus ministros, senadores,
diputados y periodistas pagados, estarán montando la campaña para el “vuelve y
vuelve” acostumbrado.
Con Leonel
aniquilado, sin esa amenaza perturbadora en el PLD y el país, Danilo está
aniquilando el sistema de partidos comprando al PRD y al Reformista. Y para
concluir su obra maestra, se lanzara con todos sus cañones por tierra, mar y
aire, contra Luís Abinader y el Partido
Revolucionario Moderno, únicos obstáculos para convertirse en el “Trujillo del
Siglo 21”.
Como puede
verse, lo de Danilo no es venganza, es línea política diseñada para mantenerse
en el poder todo el tiempo que el pueblo se lo permita.
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