viernes, 26 de junio de 2015

La Inequidad Socio-Territorial de Santiago


Por Reynaldo Peguero

Lo planteamos en la metodología de formulación del nuevo Plan Estratégico 2020 desde que iniciamos: Santiago atraviesa por una contradicción entre una población que crece de manera importante aunque ya no al mismo ritmo demográfico, pero se distribuye en el territorio de forma contradictoria.

El 25% de la gente que vive en Santiago construye establecimientos, edificaciones y viviendas hacia el Este, pero el 69% de la población construye casuchas, pulperías, bancas, comedores, fondas y todo tipo de mala edificaciones hacia el Oeste. Los sectores de poder económico y la clase media crecen hacia el Este, pero los pobres, los excluidos, los desempleados y no asegurados lo hacen hacia el Oeste. 

Se destaca que los (7) siete servicios de apoyo a la habitabilidad y confortabilidad de la ciudad de Santiago se concentran en su polígono central. Esto quiere decir que los pobladores de las zonas originarias de Santiago tienen mejor alumbrado público, pavimentación, acceso al agua potable, energía, servicios de cloacas, drenaje pluvial y aceras-contenes que los ciudadanos de otros territorios más periféricos.  Si hoy tenemos grupos sociales y políticos aunados para crear nuevos municipios en la provincia de Santiago, ese es el resultado de la inequidad socio-territorial de la ciudad.   

El Estado y el gobierno no existen en muchos territorios de Santiago, donde ni siquiera aparece un inspector, un policía, un miembro de salud pública, un promotor, un supervisor, un funcionario o un representante público que asegure un orden de cosas y una intervención organizada para resolver un problema elemental.

Esa es la base del crecimiento de los puntos de comercialización de drogas, y esa la razón del por qué, un vendedor de sustancias controladas de un territorio ha llegado a convertirse casi en un héroe popular, pues ese "comercializador de estupefacientes" resuelve los problemas cotidianos de muchas personas pobres. Esta inequidad socio-territorial de la ciudad se manifiesta también en el dilema de lo propio y lo común de Santiago. En la dialéctica entre el Espacio privado y el Espacio público, y en el hecho de cómo el ejercicio privado lucrativo de un servicio o comercialización, termina siendo decisivo para apropiarse, adueñarse y poseer a la fuerza el espacio que le corresponde a la ciudadanía. 

En materia de gobernabilidad y eficiencia de gobierno de la ciudad, acontece otra gran dialéctica. Los servicios sociales que han sido construidos en los 50 grandes barrios de la ciudad, no le dan acceso a la ciudadanía en la toma de decisiones. Pocos hospitales y centros de salud aseguran la participación de la gente en la gestión. Cada centro de salud recibe millones de pesos de financiación, pero la gente no conoce el uso de esos recursos. Lo mismo acontece con las escuelas y los centros educativos, las funerarias populares, los comedores económicos, y otras entidades de servicios a la comunidad.

El sistema vial y la movilidad urbana es contradictoria con el desarrollo de las labores cotidianas de la gente, es otro eje de inequidad. Vías primarias, secundarias y terciarias son utilizadas por pasajeros y transportistas a discreción. A gusto, donde quiera se coloca una parada de buses o de taxis, y donde sea los mismos sindicatos de choferes establecen controles muy particulares de la movilidad de sus asociados.

De qué le puede servir a Cienfuegos, Bella Vista o Gurabo tener un sistema vial asfaltado y ordenado, si no hay cumplimiento de las leyes de tránsito, y pero aún las multas y penalizaciones son centralizadas a favor de órganos del Estado que la gente no conoce, ni tampoco valora el buen resultado de su gestión. Las multas que penaliza la AMET son ejecutadas exactamente los días de pagos salariales, tanto por el gobierno como por el sector privado.  

Otra fuente de inequidad urbana lo constituye el equipamiento segregado que se ha dispuesto en Santiago.  Del 1999 al 2015 ha sucedido un significativo aumento de centros de salud, escuelas, canchas, estadios, bibliotecas, centros culturales, salas de teatro y cines, iglesias, capillas, centros religiosos, cementerios, oficinas de seguridad, pero las mismas han tenido una distribución desigual. Los hospitales y centros de salud tienen una elevadísima concentración hacia el Este de la ciudad, pero la mayor cantidad de pobres se ubican hacia el lado contrario, hacia el Oeste.  

Todo lo anterior entorpece la eficiencia del tránsito, aumenta el consumo de combustibles fósiles, eleva las toneladas percápita de producción de gases efecto invernadero y favorece un mayor consumo de energía urbana.

Para superar esta inequidad se ha consensuado en el PES 2020 lograr curso de acción dirigido a la formulación, desarrollo y consolidación del  sistema de planificación urbanística del municipio y su entorno regional y metropolitano, conducente a una gestión estratégica del territorio. Ese esa es la gestión que se ha impulsado con el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) para articular las Mesas de Cooperación por el Desarrollo local en Santiago, para en conjunto con el Ayuntamiento y el CDES atraer a Santiago diversas iniciativas internacionales, muy en especial la iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) del BID, el proyecto de Adaptación al Cambio Climático de USAID  y las 100 Ciudades Resilientes de la Fundación Rockefeller.      

Estamos construyendo entre todas y todos, Ayuntamiento como gobierno de la ciudad y el Consejo Estratégico de más de 70 entidades sociales, comunitarias y empresariales y del gobierno nacional  un accionar que establece la corresponsabilidad de proyectar y asegurar la la ciudad como un territorio ordenado en sus modalidades de uso y ocupación del suelo y en su conectividad urbana y sus sistemas de transporte, protegiendo y ampliando el espacio público y verde de la ciudad. Se reorienta el desarrollo urbanístico hacia el suroeste de la ciudad, se revalorizará el centro histórico y se establece una relación integral entre lo urbano y lo rural, incorporando este vínculo como un “contínuum territorial” sostenible.    

Reynaldo Peguero es  Director del Plan Estratégico de Santiago



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