viernes, 26 de junio de 2015

Impacto Socio-Económico de la inmigración ilegal Haitiana


Por Dr. Remulus Della Valle

Los siglos  XX y XXI se han caracterizado por los grandes desplazamientos migratorios de seres humanos alrededor del planeta. Acontecen desplazamientos no tan solo de humanos sino también de los capitales, las mercancías, las imágenes, la música, las costumbres y los hábitos. Desplazamientos considerados imparables.

De acuerdo  a datos de Las Naciones Unidas (1998), se calcula que más de 120 millones de personas viven fuera de sus países de origen. Los dominicanos no nos quedamos atrás en ese proceso migratorio mundial, teniendo aproximadamente más de dos millones de nuestros compatriotas residiendo en el extranjero, mayormente en Estados Unidos. Nos preguntamos ¿Qué motiva a los seres humanos a migrar de un punto del globo a otro? Las motivaciones para partir siguen siendo las mismas: diferencia en los niveles de vida entre países, pobreza, búsqueda de mejores condiciones económicas y sociales, inestabilidad política, persecución religiosa, guerras, desastres naturales, etc.

En la medida que aumentan los movimientos migratorios, de la misma manera también aumentan las medidas preventivas de los países receptores a recibir a trabajadores inmigrantes que indudablemente tendrian un gran impacto socio-económico y cultural en las sociedades receptoras. . Las fronteras se cierran y la fuerza pública interviene con mayor rigor. A menudo el desempleo creciente o las pobres expectativas sociales sirven de excusa para tratar controlar la inmigración.

Existen dos tipos de migraciones: la legal que hace a través de la búsqueda de una visa (Visa de turista, de migración legal, de negocio, de estudiante, de inversión, profesional, etc.) en un consulado del país de origen, visas expedidas de acuerdo a la capacidad de absorción de cada país. Como sabemos,  a finales del siglo 19 y principio del 20, muchos países con grandes territorios, poca población, incentivaron la inmigración extranjera para aumentar su población y como ejemplo tenemos a Argentina, Paraguay y Uruguay con la inmigración italiana, Perú con los inmigrantes japoneses., estableciendo  como  prioridad el “JusSolis” como requisito para obtener la ciudadanía de esos países.

La otra migración existente, es la llamada ilegal que es simplemente la llegada de inmigrantes a los países receptores sin ser inspeccionados y sin ninguna visa que le permita entrar legalmente, pero también se pueden incluir los que una vez expiradas sus visas, se quedan ilegalmente en dichos países. Muchas de estas migraciones son dirigidas por grupos mafiosos internacionales, o instigadas por gobiernos que buscan tener menor presión política y económica en sus respectivos países, o por gobiernos de países poderosos como Estados Unidos, Canadá y Francia, promueven la  migración haitiana hacia República Dominicana para evitar que estos ciudadanos haitianos migren hacia sus países.

La migración ilegal tiene sus causas pero al mismo tiempo también sus consecuencias: Desunión familiar; violaciones sexuales, torturas, muertes, enfermedades, estreche económica; depresión, cárcel y hasta guerras Étnicas.  No obstante, la migración conlleva a un conjunto de patrones específicos en las relaciones e interacciones del migrante, distintos a los prevalecientes en sus países de origen.

El paso abrupto de un ambiente social y cultural a otro plantea serios problemas sobre la capacidad de adaptación tanto individual como colectiva del migrante. Al indagar específicamente sobre los problemas sociales causados por la migración, se encuentra que las medidas de integración adoptadas por los países receptores cumplen un papel básico. Pero estas medidas variarán sus resultados dependiendo de las circunstancias de cada país y del volumen y tipo de los flujos migratorios: si son masculinos o femeninos, si la migración es temporal o permanente, legal o ilegal, laboral o no.

El fenómeno de la migración, por razones de empleo temporal o de residencia permanente, despliega impactos complejos y, a veces, contradictorios a la estructura social de los países emisores y receptores. Al evaluar el impacto social de las migraciones en los países de origen, es importante distinguir entre migración permanente y no-permanente. De la misma manera, el efecto de la migración de retorno difiere considerablemente en relación a: - El tiempo de la estadía en el extranjero; - El tipo de contacto general con la vida cultural y política del país receptor; - Las condiciones de trabajo, incluyendo si el migrante vivía con compatriotas o si estuvo completamente integrado a la cultura del país receptor.


Los efectos der esas migraciones requieren de la intervención y supervisión a niveles nacional e internacional sin que los países dejen de ejercer su soberanía de determinar quiénes son sus ciudadanos y nacionales apegados a sus constituciones y normas particulares.. Acciones semejantes son requeridas en la medida en que los migrantes inducen eventualmente problemas políticos, sociales y económicos en los países receptores. Algunos problemas con efectos sobre las estructuras sociales de los países receptores incluyen:

El incremento de la población con consecuentes efectos adversos sobre las instituciones sociales existentes y tenemos de ejemplo la Republica Dominicana:
- Incremento en la demanda de bienes y servicios;
- Desplazamiento del empleo de los nacionales (La Ley establece 80% mano de obra dominicana y 20% extranjera debidamente calificada) Ley que no la cumplen ni el gobierno dominicano ni los empresarios;
- Incremento del sector informal;
- Deterioro de las estructuras salariales en los sectores informal, rural y urbano;
- Cambios en las costumbres y tradiciones mantenidas por las poblaciones locales;
- La transculturización;
- La presión causada por el ingreso de los hijos de inmigrantes en el sistema educativo;
- La introducción de enfermedades endémicas y otros problemas sociales.
-Gastos del presupuesto nacional para cubrir la educación y salud de los inmigrantes ilegales.

En la Republica Dominicana en  los últimos cincuenta (50) anos hemos tenido una invasión pacifica de ciudadanos haitianos ilegales propiciada por sectores de los gobiernos Dominicano y Haitiano, planificada por EEUU, Canadá y Francia que a toda carrera quieren evitar la migración haitiana hacia sus países y por ende propician la unificación de la Isla para desligarse de su responsabilidad y compromiso de la desfalleciente nación llamada Haití. Obviamente, esta invasión ha contado con el apoyo los políticos dominicanos de los partidos traiciónales incluyendo los líderes opositores Luis Abinader y Guillermo Moreno que desde un principio se han opuesto a la Ley patriótica 168-13 para apoyar la ilegitima Ley 169-14 que viola nuestra Constitución y así quieren ser elegidos presidentes de la nación.

A parte de los políticos tradicionales que apoyan la invasión haitiana, tenemos también la prensa amarilla y mercurial a trasvés de sus representantes Juan Bolívar Díaz (Jean Bolivite), Marino Zapote, Nuria  Piera, Álvaro Arvelo (la verborrea humana) y otros, así  las ONGs pagadas junto a los pedófilos jesuitas.

Lo irónico de esta tragedia que azota nuestra patria, es que aquellos que nos acusan de “racistas” (EEUU, Francia, Canadá, Haití, Barbado, Granadina, CARICOM) por ejercer nuestro derechos soberanos de determinar quiénes son nuestros ciudadanos y quienes deben vivir en nuestro país, aquellos que en nombre de los llamados “Derechos Humanos” haitianizar a la Republica Dominicana, sus países son los primeros violadores de los derechos humanos y donde el racismo es una manifestación diaria (en EEUU mueren diariamente jóvenes negros a mano de policías blancos solo por el color de su piel). Irónico también es que en Haití no existe el “JusSolis” sino el “jusSanguini” y en cambio quieren que se aplique en nuestra nación el “jusSolis” para que todos los hijos de las parturientas haitianas que diariamente paren aquí se conviertan en nacionales dominicanos, negándole al mismo tiempo la nacionalidad haitiana que le corresponde de acuerdo al artículo 11 de la Constitución haitiana.

Necesitamos miles de ciudadanos como el profesor Manuel Núñez que se sientan orgullos de ser dominicanos y dispuestos a defender a nuestra patria de los enemigos externos como internos, dispuestos a combatir a todos esos políticos, legisladores, religiosos, falso comunicadores traidores y corruptos que su patria es un peso en el bolsillo y no el apego a la tierra que los vio nacer. A formar la nueva Trinitaria para rehacer una Nueva República Dominicana digna de llamarse una nación libre e independiente como lo sonaron los padres de la patria, así como lo quisieron  Luperón, los héroes del 14 de junio, las hermanas Mirabal, Manolo Tavares Justo, Caamaño y miles de dominicanos que murieron defensa de la patria contra las invasiones haitianas y Norteamericanas.  ¡! Patria o Muerte, venceremos!!

Dr. Remulus Della Valle es Politólogo y empresario residente en New York









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