Por
José Adolfo Herrera Acevedo
Para
el Consejo Regional de Desarrollo. Inc. (CRD), es de gran preocupación los
incendios forestales que se están produciendo en forma permanente en nuestros
bosques, los cuales se han trasladado masivamente y en un alto grado a toda la
geografía nacional, atentando en forma alarmante en contra de la
supervivencia presente y futura de los dominicanos y dominicanas, así como de
sus principales fuentes de producción y alimentación.
Dentro
de esta penosa realidad, los estudios y levantamientos
realizados por la dirección técnica del CRD, en torno a la situación del
bosque dominicano y la metodología a seguir para su preservación, arrojan que
los crecientes incendios forestales y las talas indiscriminadas y
perjudiciales de nuestros árboles, además de los señalados, nos
conducen peligrosamente hacia la destrucción de la fauna y la flora del país.
Conforme
a estos estudios, tradicionalmente existen dos períodos de alto riesgo de
incendios forestales en el año: febrero-abril y junio-septiembre, siendo marzo
el mes de mayor ocurrencia de los mismos, con un promedio de 30 incendios en
los últimos diez años, situación la cual, es también reconocida por el
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en diversos informes
presentados por sus dependencias.
Al
efecto, los mismos recogen que en el país la mayor parte de
los incendios forestales, son debido en primer lugar a la acción humana
irracional, bien sea generados intencionalmente para la ampliación de la
frontera agropecuaria o por negligencia al no tomarse las precauciones
adecuadas, sobre todo en las quemas agrícolas; por descuido (fumadores,
fogatas, entre otros.); en un segundo aspecto, se debe a hechos accidentales
(caída de líneas eléctricas sobre la vegetación o roce de las mismas con los
árboles).
El
contenido de la investigación hecha por el CRD, trazan como pauta que la
efectiva detención de los fuegos forestales y las talas indebidas, amerita de
una conciencia y voluntad colectiva, ya que con los mismos se están
afectando sensiblemente a los bosques dominicanos en las tres categorías en los
que están agrupados o clasificados, que corresponden a las siguientes :
1.- Bosque
siempre verde (Latifoliado y de coníferas):
El
mismo incluye dos subgrupos de bosques, el bosque pluvial de arboles
altos, un clima húmedo tropical y dotado de muy alta pluviometría o
capacidad de producir agua, y el bosque nublado localizado en las zonas
montañosas caracterizado por estar cubierto de nubes, que genera una alta
humedad y baja temperatura, en la actualidad el bosque siempre verde
(Latifoliado) posee en nuestras áreas boscosas, una extensión estimada de 15,
077 Kms2., se encuentra localizado en la Región Norte del país, San
Cristóbal, Monte Planta y la Sierra de Bahoruco.
2.- Bosque Seco:
Caracterizado
por la escasez de agua y la pobre retención en su suelo de la misma,
además, la alta temperatura que predomina en éste determina que su
vegetación esté compuesta principalmente por especies de árboles de
mediana altura que crecen sobre roca y secundariamente de altas alturas
que se desarrollan en terrenos pantanosos. Estos bosques están localizados en
la Regiones Sur y el Noroeste del país, en la actualidad detenta en
nuestras áreas boscosas, una extensión estimada de 4,051Kms2.
3.- Bosque de
Manglar:
Conformando
por mangle que son el habitad de una gran biodiversidad, cumpliendo
una alta función en la protección de nuestras costas y la productividad de las
riquezas marítimas, detenta en la actualidad una extensión estimada en
293Kms2 de nuestras zonas boscosas, localizado en nuestras costas y
sobre todo en los Haitises.
Rumbo que
sugiere el CRD:
Para el Consejo
Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), frente a la preocupante situación que
se presenta actualmente en nuestros bosques, sería muy calamitoso que después
de los grandes esfuerzos desplegados durante casi tres décadas por entidades
privadas y organismos estatales, para superar significativamente el 11.7% en
que se encontraba nuestra cobertura boscosa en todo el territorio nacional, en
las décadas de 1980 y de 1990, que atentemos contra nuestras vidas y de
futuras generaciones, permitiendo que colapse el proceso de reforestación
y preservación de su ecosistema, que está obligada a seguir implementando
República Dominicana, por tanto, entiende que todos los componentes de la
sociedad dominicana debemos asumir un mejor rol, para proveernos de los
niveles colectivos de conciencia y educativos, que nos permitan encarar
con eficiencia y energía tan gravísimo problema.
El autor es:
Coordinador de
Provincias del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD),
Empresario,
Ingeniero, Catedrático Universitario.
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