Por: Nélsido Herasme
Con Leonel Fernández no se puede negociar, porque ha
demostrado en la práctica que es un alumno aventajado de Joaquín Balaguer, ese
viejo zorro que, en el marco de la crisis electoral de 1994, le firmó al
doctor Peña Gómez una elecciones con un 45 por ciento, y el congreso en su
poder aprobó el 50 más uno para una primera vuelta electoral, cuyo único
objetivo era impedir que el líder opositor se alzara con la victoria y
gobernara la República.
En los acuerdos de las corbatas azules, entre Leonel y Miguel
Vargas, en la que se sorteó el control de las altas cortes, el líder de los
morados le dio a tomar un trago de hiel al del PRD, porque se alzó con el 98
por ciento de los tribunales, dejándole a penas un 2 por ciento a su
canchanchán.
Ahora, el presidente de la República, Danilo Medina, quien en el
2008 también había saboreado parte de esa dosis, se quiere cuidar del
exterminador morado dándole una primera estocada al león en el seno del
organismo que preside.
Ahora el implacable ataca en procura de destruir su propia
aldea.
Ayer desbarató al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC),
redujo a la nada al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se apropió del
Partido Revolucionario Independiente (PRI), encantó a MODA y ahora se apodera
de la llave del Congreso Nacional, cerrando la posibilidad de que prospere la
decisión del Comité Político, máximo organismo del Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) para una reforma al texto sustantivo de la nación.
Las ganas de unos por continuar y de otros por regresar parecen
tocar las puertas de la división y el desguañangue peledeísta.
Recordemos la crisis que se llevó a los doctores Juan Bosco
Guerrero, fundador en la UASD, del Frente Estudiantil de Liberación (FEL), de
José Antinoe Fiallo Billini, director de la revista “Teoría y Acción” y de Max
Puig.
Más tarde el vendaval que cargo con Nélsida Marmolejos, Vicente
Bengoa, Rafael Espinal y una rumba de dirigentes y cuadros intermedios.
De crisis peledeistas vimos salir al Partido de la Unidad
Democrática (UD), Partido Bochista Dominicano PBD), Alianza por la Democracia
(APD), el Partido del Pueblo Dominicano (PPD) y más reciente, al Partido Opción
Democrática (POD), de Minou Tavarez, todos, fruto de divisiones y luchas
internas, sin que nadie haya tenido que intervenir.
El pleito está casado entre quienes quieren continuar y los que
quieren regresar. Nunca fue tan propicio el momento, como ahora, para que la
oposición política se mancuerne, afine la puntería y de en el blanco
deseado.
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