Por Luis Aníbal
Medrano S.
En los predios
del asociativismo municipal dominicano, específicamente en la Federación
Dominicana de Municipios (Fedomu), tal parece que se ha solucionado el
conflicto que la sumió en autoridades ilegitimas durante casi tres meses, por
la terquedad de un funcionario y por la flojedad premeditada de algunas
autoridades de la conocida institución.
Lo que se
observa desde la grada ciudadana es que la autoridades municipales electas que
componen a Fedomu se empantalonaron y decidieron poner fin a un conflicto
inmerecido y por demás desprestigiante que
ponía en entre dicho su buen desenvolvimiento institucional.
Alegra saber que
los alcaldes, alcaldesas, regidores, regidoras y demás representativos municipales
hayan ejercido el principio de autoridad y detuvieran las reiteradas
pretensiones de continuar sembrando el caos en detrimento de Fedomu, por lo que
aplaudimos resonantemente tal acción que puso en su puesto la avaricia y la
desfachatez de quien quiso perpetuase en una posición administrativa.
En ese sentido,
y como lo cortés no quita lo valiente, se debe resalta el papel jugado en la
solución del prostituto conflicto, por el ingeniero Ignacio Ditrén, secretario
de asuntos municipales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que con
su habilidad política le dijo un ya no más al papelazo por lo que pasaba la
agrupación municipalista.
Por lo visto “le
salió el tiro por la culata” a quien o quienes se favorecían de la crisis creada,
los que pretendieron alargar su agonía y resistirse a su muerte por inanición
que tarde o temprano ocurriría, ya sea por el empuje de una sociedad hastiada
de conflictos o por la decisión de los verdaderos actores fundamentales,
esenciales y dueños absolutos de su entidad.
Todo esto quiere
decir que el Sultán Cibaeño fue destutanado, lo poncharon por no saber agarrar
bien el bate de la institucionalidad y creerse que era el Barry Bond de la
municipalidad cuando no es más que un Sammy Sosa cualquiera con su rostro embadurnado
por la altanería que le caracteriza y por su egocentrismo arraigado que
desarrollo durante su diez años de gestión.
No le valió
hacer el papel de un tiburón herido y dar zarpazos de arrogancia con exigencias
destempladas que no se corresponden y que atentan al sano desenvolvimiento de
Fedomu y fue cazado con arpones de la moralidad y anzuelos de la ética que debe
primar, rematado con un ancla contra el chantaje.
Lo que más
deseamos es que Fedomu retome las causas que le dieron origen, que trabajen con
criterios participativos e incluyentes a favor de los gobiernos locales y que
se desprenda de una vez y por toda del cáncer conflictivo porque puede hacer
metástasis y causar la fiebre de la discordia.
Fedomu funciona
a la perfección sin tener que depender de una persona en particular, la entidad
tiene su nombre forjado por hombres y mujeres de mucha valía que forma parte de
su historia y por lo tanto sus relaciones internacionales, los acompañamientos
financieros de instituciones internacionales y todo el flujo de acciones
tendentes a fortalecerle, llegarán de manera más fluida porque no tendrá el
cedazo medalaganario de una persona absolutista.
Los cambios que
se avecina en Fedomu y que fueron
aprobado internamente por los asociados municipales serán de mucho valor para
la posteridad y el desprendimiento del cordón umbilical a que esta forzosamente
sujeta es una medida ejemplar por lo que es propicia la ocasión para felicitar
a su presidente reelecto, licenciado Juan de Los Santos, alcalde de Santo
domingo Este y con él al resto de autoridades municipales que le acompañarán
para los próximos dos años.
Auguramos el
mayor de los éxitos para la selección de quienes ocuparán las Direcciones
Ejecutivas y seguro que darán lo mejor de sí a favor de Fedomu y actuarán sin
creerse omnipotentes, iluminados o predestinados, simplemente funcionarios con
sus capacidades al servicio de los gobiernos locales.
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