Por Miguel Ángel
Cid Cid
Cada pueblo
tiene sus personajes pintorescos y solo hay que obsérvalos con atención para
sacar de ellos lecciones de vida. Villa González tiene a El Kera. Y El Kera tiene
una forma muy peculiar de definir a un político, como se verá más adelante.
Luis Alberto
Vásquez Silverio, nombre de nuestro personaje, es un hombre de baja estatura,
de tez canela y una delgadez quijotesca. Su popularidad en su municipio, cuna
del mejor tabaco del mundo, obedece a su condición de borracho perpetuo. Quizás
por eso sus ojos grandes y redondos parecen salírseles de su cuenca.
Unos lo consideran
un “loco”; otros, un “sinvergüenza”. Pero lo cierto es que es querido por la mayoría
de los villagonzalences. Y esta expresión de cariño se confirmó cuando líderes
sociales y dirigentes políticos solicitaron al Ayuntamiento una asignación
mensual para él. La decisión se tomó sin rodeos y a unanimidad, procediendo el
entonces Alcalde Andrés Alexis Fermín a nombrarlo con 350 pesos.
Transcurrieron
los años y meses hasta que llegaron las elecciones congresuales y municipales
donde resultó electo Víctor D’Aza Tineo, representante del Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), desplazando de esa posición al mencionado Andrés
Alexis Fermín, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Pero antes de
continuar recordemos que Villa González es un municipio de la Provincia de
Santiago, sito a 14 kilómetros al noroeste de Santiago de los Caballeros, con
un territorio de 104.13 km². Posee una población de 37,349 habitantes,
segmentados en 19,029 hombres y, 18,320
mujeres, de los que, 18,288 vive en zona urbana y 19,061 en la rural,
evidenciando una distribución equitativa en el territorio y el sexo.
De vocación
agrícola, su principal cultivo es el tabaco, inicialmente este lugar fue
llamado Las Lagunas. Convertido en distrito municipal en 1915, y por conflictos
políticos perdió esa categoría, recobrándola en 1958. Elevado a municipio de la
provincia de Santiago en 1991, al tiempo que se le dio el nombre de Villa
González. Cuenta con los distritos municipales Palmar Arriba y El Limón.
Quinigua, Palmar Abajo y Las Lavas son secciones rurales con sus 37 parajes.
Pues la estrecha
visión de los políticos criollos los conduce a ver las acciones de sus
antecesores con cristales oscuros, a fin de minimizar los logros ajenos. Fue
esto lo que condujo a Víctor D’Aza a
considerar que 350 pesos a El Kera, era una asignación injusta, una desconsideración.
“Eso no alcanza
para nada – vociferó frente al Concejo de Regidores--¡El Kera se merece más que
eso!
Propuso,
consecuentemente, elevar el monto de ayuda de 350 a 1, 200 pesos.
Pero por entonces
el flamante alcalde D’Aza había construido “El Paseo de los Estudiantes”, una
de sus más importantes obras de infraestructura, denominada y vendida orgullosamente
como el “bulevar de Villa González”. En realidad, ese boulevard no es más que
una acera elevada por encima de las demás y con unas dimensiones entre dos o
tres metros de ancho.
Pero de acuerdo
a la retórica populista era una edificación tan “importante y vistosa” que ameritaba
atención especial. Por ello esta labor se le encomendó a El Kera, quien quedó
nombrado con los 1, 200 pesos, mencionados. De modo que ahí estaba la ínsula de
El Kera y, por tanto, debía mantenerla limpia.
El Kera
agradeció, sin embargo, con tímida cortesía lo que él entendió como una
degradación. Según su lógica, él era miembro
de la seguridad del alcalde. Y dicho puesto se lo había dado el mismo D’Aza de
manera oral. Un rol, por cierto, complejo y arduo, consistente en anunciar con algarabía
la llegada y la salida del jefe del pueblo, franquear su paso, empujar a uno y
otro lado la gente para mantenerla a raya. Y dirigirse a todo el mundo con su
entrecortada forma de hablar y pluralizando las palabras agregando una “s”
larga y sibilante como el sonido de la brisa pasando por entre las canas de los
ranchos de tabaco.
El pesar, la
deshonra mantuvo a El Kera sumido en una profunda reflexión. Pero semanas después,
ya decidido, se presentó al Ayuntamiento y esperó callado al ejecutivo
municipal. Al verle salir de su oficina, lo abordó:
-- “Vea Victosss,
quíteme eso, déjeme mi 350 pesosss que yo lo que soy e políticosss”
¿A caso quiso
decir El Kera que los políticos cobran sin trabajar? ¿Cree usted que la definición
del político dominicano actual guarda algún parecido con la conceptualización
del político según El Kera?
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