Por JUAN T H
El
juicio contra Félix Bautista no debe personalizarse, porque no es un caso
único, ni aislado en los gobiernos pasados, ni en el actual donde también hay
depredadores y prevaricadores, solo que menos evidentes y posiblemente menos
ambiciosos y depravados.
Durante
los gobiernos de Leonel Fernández se denunciaron cientos de casos de corrupción
sin que en ninguno se hiciera una investigación seria que terminara condenando
a los culpables y enviados a la cárcel, como debió ser, para dar un ejemplo.
Todo lo contrario, el propio mandatario promovió el tráfico de influencia, el
despotismo y la malversación de fondos.
Fue
el presidente Fernández quién, desde el Palacio Nacional creo la Fundación
Global, Democracia y Desarrollo (Funglode) –hoy cuerpo del delito- obligando a
empresarios, suplidores y contratistas
de obras del Estado a entregarle cientos de millones de pesos como
contribución, en una acción sin
precedentes en la historia del país.
Se ha
dicho, con sobrada razón, que Leonel Fernández encabezó los gobiernos más
corruptos de toda la historia de la nación. Fue tan corrupto, que el gobierno
actual es resultado directo de la falta de ética y moral del ex mandatario,
creando un déficit de 200 mil millones de pesos para mantenerse en el poder de
algún modo y evitar ser procesado ante los tribunales.
Félix
Bautista, convertido en senador precisamente para garantizarle inmunidad
parlamentaria, no es el único que debe ser enjuiciado. Sería injusto llevar a
la cárcel al inefable senador. Bautista no hizo nada que no le ordenara su jefe.
Las demás alcancías o testaferros también hicieron lo que les ordenó o les
permitió que hicieran el jefe de la banda.
No
debemos tener corruptos preferidos o sacrificables para proteger a los
verdaderos culpables. No solo Félix Bautista tiene que estar sentado en el
banquillo de los acusados; los demás deben acompañarlo, incluyendo al cabecilla
de la pandilla.
Félix
Bautista podrá tener los mejores y más costosos abogados, los periodistas y
comentaristas mejor pagados, pero es indefendible, no puede justificar su
fortuna. Es imposible. Un hombre sin abolengo, sin familia, que estudió a duras
penas, que no podía pagar el almuerzo en el Comedor Económico de la Universidad
Autónoma, que vivía en una pensión donde se atrasaba en el pago, que su primera
declaración jurada fue de medio millón de pesos, con un salario en el Estado de
57 mil pesos, no puede presentarse hoy como uno de los hombres más ricos y
poderosos del país, capaz de financiar candidaturas de senadores, diputados,
alcaldes, como lo hizo , ni hacerlo mismo en otros países con aspirantes a la
presidencia de la República donde hoy tiene grandes negocios.
El
jefe de la administración pública, de acuerdo con la ley, es el presidente de
la República, quien dijo que Félix Bautista era como un hijo para él. No fue
Félix Bautista quién nombró a Leonel Fernández, fue al revés.
El
juicio no es contra Félix Bautista, es contra los corruptos, contra la
corrupción. En ese sentido el ex presidente Leonel Fernández debe estar, al
igual que otros, en el tribunal respondiendo por sus hechos. (Seguiré con el
tema)
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