Por Luis Aníbal Medrano S.
La monarquía
absoluta es una forma
de gobierno en
la que es el monarca quien ejerce el poder sin restricciones
en términos políticos. Siete naciones tienen eses obsoleto sistema en la
actualidad.
Leonel Antonio Fernández Reyna, su esposa la doctora
Margarita Cedeño y sus hijos Yolanda América María Fernández Cedeño, Nicole y
Omar Fernández Domínguez, componen la familia real gestada por algunos
adulones, representantes del tumbapolvismo autentico y peones políticos que
hacen de todo y para todo con tal de lograr sus macabros objetivos individuales.
Lo bueno del caso es que Leonel Fernández ingresó al Partido de la
Liberación Dominicana (PLD) en 1973, junto al equipo fundador de esa
organización, liderado por el profesor Juan Bosch, un dirigente político que
pregonó la equidad social y la honestidad como bandera, cosa que Fernández nunca
ha practicado, o sea, que ha usado la organización que para hacer realidad sus fantasías
generadas durante sus años mozos, bajo el embrujo desquiciador de cualquier
lugar de la gran urbe neoyorquina.
Tal vez el aspirante a Rey quiere superar a su
inspirador político real, el genio del cinismo y la complacencia para lograr
propósitos, Joaquín Balaguer, en años de gobierno y en la creación de
millonario o quizás hasta tenga guardado el prologo de su propia Tebaida Lirica
para arremeter hasta contra la misma vida que lo engancho en un inicio
incorrecto.
La Constitución de la República, proclamada el 26 de
enero del 2010 cuenta entre sus primordiales ideas insertadas en la llamada ley
de leyes, el artículo 7, el cual establece que la República Dominicana es un
Estado Social y Democrático de Derecho, lo cual significa que se funda en el
respeto de la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la
soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos.
Texto alejado de la realidad actual que dejó Leonel
Fernández como herencia a su sucesor, que bajo el influjo de 60 mil millones de
pesos de erario público llegó a la presidencia de la República para intentar
hacer algo más o menos decente, aceptable o creíble ante los ojos de un “amemado”
pueblo.
Se puede llamar un Estado Social y Democrático de
Derecho que solo existe en el papel o en las memorias tecnológicas de nuestra
Era, porque el irrespeto a la dignidad humana donde, tres centenares de devaluados
pesos bastan para traspasar la conciencia, donde los derechos fundamentales son
violados bajo el amparo de un sistema judicial maniatado por la voluntad de una
logia masónica política que impone su deseos, es decir, todo eso no se
corresponde con el postulado constitucional.
En esa misma línea no existe garantía del trabajo
justo y bien remunerado y menos en un gobierno con una súper numeraria nomina
estatal aumentada paulatinamente desde
su arribo en el 1996 hasta nuestros días, pero ese aumento no ha significado
mejoría en la condiciones de vida de los empleados y obreros comunes, solo ha
beneficiado a los funcionarios que pertenecen a la alta cúpula morada amarilla.
Ni hablar de soberanía popular y la separación e
independencia de los poderes públicos porque leer y pronunciar esos términos
suena hasta risible por las circunstancias que se vienen produciendo en lo que
hasta ahora se llama República Dominicana, donde los corruptos son intocables,
donde la justicia está controlada desde una oficina global.
Leonel Antonio Fernández Reyna, Presidente
de la República Dominicana para los períodos 1996-2000, 2004-2008 y2008-2012. El
número 54 en el orden de llegada, quiere regresar, si así se le permite, sin duda
alguna para establecer en el país una dinastía
absoluta en el siglo XXI, un sistema de gobierno desfasado en todos los
sentidos, máxime cuando vivimos en una época globalizada, cibernética, donde el
resto del mundo es el patio de la casa, donde los países buscan avanzar a un
mejor sistema y no retroceder de manera inducida por apetencia, rencor y
ambición del máximo exponente del desdobles histriónico dominicano.
La Democracia a pesar de todas sus imperfecciones puede
funcionar en el país que todo queremos y en el que todos quisiéramos vivir por
siempre, solo es que cada dominicano y dominicana se convierta en héroe
nacional y aportar su cuota para frenar los aprestos de un grupito de
millonarios al vapor que se creen amos y señores del país, que por haber
desplazado a las familias adineradas de tradición de trabajo y que tardaron
años y años para forjaron sus fortunas, pueden también adquirir los papeles de
propiedad de lo que como mala práctica del dictador Rafael Leónidas Trujillo
Molina, tristemente recordado, consideran el país como una finca de su
propiedad.
Sea quien sea el culpable de la
vigencia política del ex presidente Fernández Reyna, no dejó un tremendo dolor
de cabeza, ya que en sus dos últimos periodos gubernamentales se burló de forma
guasónica de todo el mundo y hasta realiza pronunciamiento que deja mal parada
la inteligencia y la capacidad de aguante de los dominicanos.
No hay que ser soñador, pero me
gustaría la existencia en mi tres cuarta parte de isla del sistema americano
donde se te permiten dos periodo de gobierno y nunca jamás, un sistema que
funciona, que ofrece alternabilidad, que si tu no sirve te sacan y si lo hace
bien te reeligen; donde no fanfarronean en exhibir miles de millones para
comprar las elecciones, un sistema con gente que un pica pollo no lo tiene
amemado. Pero que va, ahora quieren meter a la fuerza una Ley de Partido a la
medida del partido gobernante y sus sucursales de otros colores.
Es odioso decir, pensar y ver que tal parece que nadie
más puede gobernar en la República Dominicana que no sea Leonel Fernández, su
cuadrilla o su partido.
No existen cerebros pensantes con mucha mayor
capacidad que la que se creen poseer los miembros de la logia morada? Claro que si, miles y miles de seres humanos
con meritos de sobra, serios, no desfalcadores, sensibles, respetuosos y sobre
todo que a pesar de lo acontecido durante estos últimos años, aun tienen fe en
que suceda algo Made in Dominican Republic.
Si el famoso “pero” dominicano no existiera, no lo
invocara, ya que eso es lo que aplican los hombres y mujeres con suficiente
materia gris para gobernar y que en el momento actual que vive el país se
necesita de ellos.
El desprestigio que etiqueta automáticamente la
política, un pueblo pesetero, malos ejemplos que despiertan el desinterés
colectivo, valores se quedan rezagados porque tal parece que no hay para nadie,
son frenos al surgimiento de un gobernante ideal.
Ahora bien, no cerremos el país, aun puede aparece
alguien con la suficiente valentía, gallardía, honradez, capacidad, y ganas de
hacer las cosas como deben ser y a favor de todos, que no aplique privilegio ni
nombre en el gobierno a todos sus familiares directos e indirecto, aun puede
aparecer alguien que gobierne para todos.
Detengamos el retroceso inducido que nos quieren
llevar los piratas dominicanos del siglo XXI, no permitámonos reyes, reyna,
príncipes ni princesas, no, no podemos, esta bueno de relajar con la moral y la
voluntad del pueblo que en su mayoría no comulga con ellos.
Luis Aníbal Medrano S. es Comunicador,
político y autentico municipalista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .