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Por Isaac Terrero y Julio
Alejo
El escenario proyectado
quedaría definido por la ocupación de la dirección ejecutiva de Fedomu por
parte de un candidato del PRM de la estrecha confianza de Hipólito Mejía con
vasta experiencia y capacidad en el área municipal, cuyo nombre ha sido
facilitado a las altas instancias del PLD, por lo que está claro que el actual
director ejecutivo de esa institución estaría trabajando sus últimas semanas
para facilitar el proceso de transición. De ahí su bajo perfil.
En anteriores reflexiones, se ha sido
reiterativo en el sentido de exponer que existe un acuerdo tácito en el
liderazgo político nacional para reordenar el asociativismo como paso táctico
en la estrategia de fortalecer la gestión municipal de cara al logro de la
visión de desarrollo 2030 de la nación dominicana.
Tanto los principales líderes políticos
nacionales (Danilo Medina, Hipólito Mejía y Leonel Fernández), como los actores
fundamentales del asociativismo municipal tienen bien clara la forma en
la que debe quedar configurado el escenario directivo de las entidades
asociativas para producir equilibrio y gobernanza local, de forma que todos los
sectores se sientan parte y a la vez representados en función de su influencia
en el electorado. Las más resientes encuestas, dadas a conocer, que miden la
popularidad de cada uno de los partidos políticos, así como de sus líderes por
separado y de manera conjunta ofrecen una idea para tratar el tema.
A menos de un mes de celebrarse la asamblea
eleccionaria de Fedomu, como luce el escenario político dominicano,
caracterizado por un encuadre en el que el PRM- Hipólito Mejía se ha
posicionado como segunda fuerza política con un 31%, de conformidad con una
encuesta de un periódico de circulación gratuita que dio cuenta, además, de que
el candidato del PRD el Ing. Miguel Vargas, solo cuenta con un 3% de la
simpatía del electorado, situación que lo saca automáticamente de competencia
de cara a las elecciones del 2016 y de la legitimidad de la representación, ya
que lo coloca en un lejano cuarto lugar.
Según la indicada encuesta, el actual escenario
político, sin el presidente Danilo Medina, que está por encima de todos, queda
configurado con la siguiente jerarquía: PLD-Leonel Fernández 31%, PRM-Hipólito
Mejía 31%, Alianza País-Guillermo Moreno 7%, PRD-Miguel Vargas 3%, PRSC-Quique
Antún 1%. En otras mediciones no dadas a conocer, la gran mayoría de los Alcaldes
que aun se identifican con el PRD aparecen mejor posicionados que su candidato
presidencial, situación que esas autoridades locales tienen bien claro; de ahí
la especulación de que podrían estar cerrando filas con el PRM e Hipólito Mejía
en las próximas semanas.
Si se hace una conciliación entre el
posicionamiento de los partidos políticos y la configuración de poder del
asociativismo municipal, se obtendría que: El PLD ocuparía todas las
presidencias como ya se ha acordado, aunque el secretario de asuntos
municipales del PRD y director ejecutivo de Fedodim trató por todos los medios
de violentar dicho acuerdo; El PRD ocuparía tres direcciones ejecutivas
(Fedodim, Asodore y Unmundo), mientras que el PRM ocuparía la dirección
ejecutiva de Fedomu.
El panorama descrito evidencia claramente que
de continuar ejecutándose lo pactado, el PRD ocuparía el 75% de los cargos
ejecutivos-administrativos del asociativismo municipal, con lo que se le habría
cumplido por encima de su nivel de influencia electoral, por lo que cualquier
otra acción tendente a promover el incumplimiento de lo acordado constituye un
atentado político al más importante instrumento asociativo municipal
dominicano.
Un caso que merece especial atención, no porque
tenga relevancia alguna, sino, porque se da en el mismo escenario, lo es el del
director ejecutivo de Fedomu, quien se ha autodenominado el “señor de los
sombreros” (“el mago de los sombreros”). ¿Esto por qué? Porque se coloca un
sombrero del color en el que coyuntura se presenta.
A principio de año tenía el sombrero blanco;
más adelante se colocó el sombrero de la unidad, incluso realizando actos
pomposos de recolección de firmas promoviendo la unidad entre Hipólito Mejía y
Miguel Vargas, lo que lo llevó a perder el cargo de secretario de asuntos
municipales de ese partido; cuando la dirección ejecutiva de Fedomu cayó
en un limbo sobre cual partido la ocuparía, el incumbente se puso un sombrero
incoloro, pero amenazando con tomar uno morado prestado y ponérselo;
posteriormente cuando se define la voluntad del PLD de entregar esa posición al
PRM, inmediatamente le pidió el sombrero prestado a uno de sus colaboradores y
amigos cercanos del PRM, pero sin asumir la responsabilidad política que ello
constituía, consistente en ocupar la secretaria de asuntos municipales del PRM
con todo lo que implica. Con su actuación, el supra indicado “mago de los
sombreros”, al igual que el “hereje”, no es confiable para nadie.
En ese sentido, El escenario proyectado
quedaría definido por la ocupación de la dirección ejecutiva de Fedomu por
parte de un candidato del PRM de la estrecha confianza de Hipólito Mejía con
vasta experiencia y capacidad en el área municipal, cuyo nombre ha sido
facilitado a las altas instancias del PLD, por lo que está claro que el actual
director ejecutivo de esa institución estaría trabajando sus últimas semanas
para facilitar el proceso de transición. De
ahí su bajo perfil.
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