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Por Isaac Terrero y
Julio Alejo
Según el español Isidoro Álvarez Sacristán, abogado y profesor
de derecho del trabajo, “Los sindicatos, por definición, tienen sus propios fines,
sus propios medios, y en cierta medida su propia ideología. Los partidos
políticos son el cauce de las aspiraciones ideológicas de los ciudadanos que
aspiran a un determinado modelo de sociedad, y penetran en todo el entramado
social, independientemente de la condición ciudadana. Materialmente
constitucionalizados, sindicatos y partidos se acompañan (pero no revueltos)”
El papel sindical del
asociativismo municipal dominicano, y las líneas políticas de los tres partidos
mayoritarios de la República Dominicana, hasta el 2012 se puede afirmar que
casi coincidía en su totalidad en término de la acción y orientaciones o
aspectos del funcionamiento de los mismos, para la conformación y desarrollo de
las estructuras nacionales y regionales que lo integran y para ello se trataron
siempre en pleno contubernio o armonía con las cúpulas partidarias, quienes
daban su aquiescencia a los acuerdos que los actores del asociativismo
arribaban, ese mecanismo funcionó por diez años.
La situación actual de crisis por la que
atraviesa el sistema de partidos en el país y las aspiraciones por la toma del
poder en el año 2016, ha provocado que el ex presidente de la República, Dr.
Leonel Fernández establezca una alianza coyuntural con el presidente del PRD,
Ing. Miguel Vargas Maldonado, con miras a impedir dos cosas, por una lado, el
ascenso político que lleva el presidente Medina valorado en casi un 90% de
aceptación, como forma de garantizar el regreso de Fernández al poder, y por
otro, la posible vuelta al ejecutivo por parte del ex presidente, Ing. Hipólito
Mejía. En ese sentido, las olas de dos costas que debían dirigirse de forma
contraria, ahora apuntan en la misma dirección, llegando con todas sus fuerzas
hasta la municipalidad.
En esa tesitura, la convención del PRD del
pasado domingo 20, en lo concerniente a la municipalidad, buscaba la
legalización de las autoridades municipalistas actuales de ese partido y la
formalización de una propuesta para dirigir ciertas entidades asociativas. De
ahí que, todo presagia, y ha creado pánico, que el presidente de dicho partido
Ing. Miguel Vargas, con el apoyo del presidente del PLD, Dr. Leonel Fernández,
tiene la firme decisión de colocar a su Secretario de Asuntos Municipales,
Pedro Richardson en la dirección ejecutiva de Fedomu, luego de siete años
ocupando similar plaza en Fedodim, quien pretende por todos los medios
políticos y no políticos ocupar ese espacio, situación que tiene nerviosos a
varios sectores y actores de la municipalidad, por tanto están preparando una amplia
ofensiva a todos los niveles, por lo que se da por un hecho que la
desintegración del asociativismo municipal ha iniciado un retroceso sin
retorno, sin control y sin árbitros valido de tomar en consideración para una
mediación en la que no resulte afectado tan importante instrumento asociativo
dominicano. Incluso, a Vargas Maldonado se le ha escuchado decir en encuentros
públicos con las autoridades locales que le profesan su apoyo que “esa posición
es el PRD que él dirige”.
Este binomio tiene sus méritos, los cuales
son importantes colocar sobre la mesa. Al ex presidente Fernández se le
reconoce el record de haber sido a penas el tercer político en la historia
contemporánea en alcanzar el ejecutivo en tres ocasiones, compartiendo ese
renglón con Trujillo y Balaguer, siendo el único en lograrlo antes de los 60
años de edad bajo el régimen “democrático”. Además, debe recordarse la
histórica asamblea de la Liga Municipal Dominicana (LMD) del 2012, en la que
los alcaldes del PLD simpatizaban por un candidato a la secretaría general, sin
embargo, el ex presidente Fernández se las arregló para colocar el candidato de
su interés y que todos quedaran felices. Lo que quiere decir, que el hombre
tiene bastante soga para amarrar. Veamos cómo le responden ahora que está fuera
del poder. Por su parte, el Ing. Vargas Maldonado tiene el mérito de haberse
quedado con las siglas del PRD histórico, otrora del pueblo dominicano, aun
cuando no cuenta con la mayoría de su militancia y una buena parte de la alta
dirigencia les adversaba en esas pretensiones.
Faltaría esperar si el presidente Medina y
el ex presidente Mejía se quedarían de brazos cruzados. No obstante, ya se
tiene conocimiento de que ambos están interesados en el tema y han llevado a
cabo algunas acciones importantes. Debe recordarse que ellos son parte y
contraparte, ya que fueron quienes se enfrentaron en las últimas elecciones por
la presidencia de la República, quedando el marcador muy cerrado. Y,
posiblemente no vuelvan a enfrentarse más, por lo que no serían adversarios
políticos. Sobre los méritos de este binomio se puede decir lo siguiente:
Es en el 2012, una vez alcanzado el poder
ejecutivo por Danilo Medina, imponiéndose al gobierno de turno y su propio
partido, uno de sus hombres más cercanos, Juan De los Santos, manifiesta su
interés de presidir la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu), el
presidente Medina logra colocarlo en la posición por encima de todo el rechazo
con el que contaba, incluyendo el de la actual dirección de Fedomu, hasta tal
punto, que en su primera aparición en el escenario de Fedomu, éste solo contaba
con dos votos, naturalmente, el de él y el del Alcalde de Azua, sorprendente y
desconsiderado trato, ni siquiera le ofrecieron una silla para sentarse, con
todo y haber sido presidente de la Región Ozama. Posteriormente, De los Santos
alcanzó una posición en el poderoso Comité Político del PLD. No se puede dejar
de mencionar el aumento de dos mil millones de pesos en los ingresos de los
gobiernos locales en los últimos dos años.
Por su parte el ex presidente Mejía, en su
vida política más reciente, acumula como merito el haber resurgido de sus
propias cenizas y ganar una convención interna en el PRD viniendo de un lejano
3%, llegando a alcanzar hasta un 47% en las elecciones presidenciales frente al
gobierno, el poderoso PLD, así como contra el presidente y algunos dirigentes
de su propio partido en esa época. Además, luego de haber sido expulsado de su
partido, ha logrado concertar alianzas con sectores sociales, económicos y
políticos que lo han reinventado como líder. Y, de su capacidad de amarrar ni
hablar, pues se le reconoce que es un gran zorro político.
Es por ello, que en el actual escenario el
presidente de Fedomu, Juan de los Santos, debe tener mucha prudencia y sobrada
cautela al asociar sus aspiraciones de reelegirse en el puesto que ostenta, que
dicho sea de paso está bien valorada por la mayoría de los alcaldes, con otras
reelecciones que no parecen ser tan potable. Las razones saltan a la vista,
primero, no es cierto que tengan algo que ofrecer que no hayan tenido la
oportunidad de dar al asociativismo, y segundo, no es verdad que gozan del
aprecio y reconocimiento de una gran parte de los alcaldes de los tres
partidos, independientemente de que a algunos de ellos se les reconoce la
virtud del cangrejo, no solo por las muelas, sino, por su capacidad de
orientarse, colocarse y caminar en varias direcciones a la vez. Volveremos
sobre el tema…
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