Por
Tito Valenzuela
SANTO DOMINGO, R. D.- El
primer teniente en retiro de la policía, Luis Rafael Fermín Cabrera, preso
desde el 2009 en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo-Hombres, San
Cristóbal, solicitará a la Defensora del Pueblo, doctora Zoila Martínez de
Medina, vía la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que realice
una investigación de su caso, ya que permanece en prisión a pesar de que el 21
de marzo del 2011 la Suprema Corte de Justicia (SCJ) emitió la sentencia 47
ordenando la realización de un juicio nuevo en Santiago de los Caballeros, tras
admitir un recurso de casación interpuesto por sus abogados, contra la
sentencia 00051/2011 que emitió un Tribunal Colegiado de Puerto Plata que lo
condenó a veinte años de reclusión por presuntamente haber sustraído casquillos
y proyectiles de la escena del crimen donde, el 1 de marzo del 2006, a eso de
las dos de la tarde, desconocidos a bordo de un automóvil, mataron a tiros al
empresario Aladino Acevedo Díaz y al ingeniero Engels Sarita Almeyda e hirieron
al obrero Leocadio Núñez mientras se encontraban frente a un edificio propiedad
del primero, ubicado en la avenida Manolo Tavarez Justo, en Puerto Plata.
Fermín Cabrera indicó que la
misiva la enviará a Martínez de Medina por medio del periodista Ochar G.
Santana, presidente de la filial Los Mina, en Santo Domingo Este, de la CNDH.
“En esta carta le explico a la Defensora del Pueblo que el tribunal colegiado
me condenó basándose en testimonios falsos e incoherentes del sargento Miguel
Alfonzo Pozo y del obrero Hanly Luis Parra Parra, quienes, si no lo saben
pueden ser acusados del delito de perjurio conforme lo prevé el artículo 325
del Código Procesal Penal”, advirtió.
“El sargento Pozo dijo que
cuando llegamos a la escena del crimen, por orden del coronel Francisco del Rosario
Santos (Sasi), quien era subdirector de Investigaciones Criminales, en Puerto
Plata, habían algunos oficiales policiales y que se me acercó un hombre de tez
morena, que nadie conocía, y que me indicó haber recogido unos casquillos
de bala, que me los entregó y que yo los guardé en una gaveta que tenía el auto
de la Policía entre los asientos del conductor y el acompañante”.
“Esa versión del sargento Pozo
es falsa porque ¿Cómo es posible que donde hay oficiales policiales de
Homicidios y representantes del Ministerio Público, pueda un desconocido tomar
elementos de tanta importancia para la investigación, como son casquillos de
bala, quedarse a esperar al oficial encargado de la Sección de Delitos
Monetarios (robos), de la policía en Puerto Plata, que era yo, para, delante de
todos entregarme esos casquillos, y que nadie haga nada? ¿Y quiénes eran esos
oficiales policiales que dijo el sargento Pozo porque, según él narra, todo
ocurrió delante de ellos? Pero, además, demostré que el vehículo que utilizamos
Pozo y yo para ir a la escena del crimen no tenía gaveta entre los asientos, y
por eso es que en otras audiencias inventa otra versión, y dice que por orden
mía él recogió los supuestos casquillos de la escena del crimen y que me los
entregó cuando estábamos en la clínica Bournigal, donde recibían atenciones
médicas Acevedo Díaz, Sarita Almeyda y Núñez”. Afirma el oficial policial en
retiro.
El ex primer teniente de la
Policía indica que incluirá en la misiva a Martínez de Medina la versión del
ebanista Hanly Luis Parra Parra, quien trabajaba con el ingeniero Sarita
Almeyda y quien falseó su testimonio a los jueces del Tribunal Colegiado de
Puerto Plata. “Esta persona había estado en otras audiencias y fue interrogado
en el 2006 por la Policía. En la audiencia donde resulté condenado, narró que
cuando llegamos al lugar del crimen había mucha gente y eso es cierto”. “Donde
él miente es donde afirma que vio a una persona entregándome unos casquillos, y
que incluso, que me vio extrayendo proyectiles de una columna. Qué sentido
tendría que sustrajera casquillos y proyectiles, en presencia de mucha gente,
de una escena de crimen protegida por agentes de Homicidio por orden del
coronel del Rosario Santos (Sasi) quien llegó al lugar antes que nosotros
acompañado del procurador fiscal de Puerto Plata, magistrado Domingo Antonio
Belliard Robles”.
“Sobre los proyectiles que
supuestamente Parra Parra dice que me vio sacando de una columna del edificio,
es extraño porque en una audiencia anterior dijo que al momento que fueron
tiroteados no vio nada, entonces como sabía que varios proyectiles impactaron
en una columna. También es extraño que recordara mi apellido y el del sargento
Pozo pero que no recordara lo que dijo a la Policía en el 2006 cuando se
realizaron los primeros interrogatorios sobre el doble asesinato”. Sostuvo.
Fermín Cabrera sostuvo que el
3 de septiembre de este año tiene audiencia en Santiago de los Caballeros y que
desea conversar con la doctora Zoila Martínez de Medina antes de esa fecha, y
que tiene la fe de que Dios dará entendimiento a los jueces que conformarán el
Tribunal Colegiado en esa ciudad para que se den cuentan de la injusticia que
contra él se está cometiendo. “No quiero acusar a persona alguna del vil y
cruel asesinato contra Aladino Acevedo Díaz y Engels Sarita Almeyda porque no
participé en las investigaciones pero sí deseo que en mi caso se haga justicia
porque ya tengo cinco años preso por algo que no hice, yo no sustraje ningún
casquillo de bala ni ningún proyectil, aun así no siento rencor contra el
sargento Pozo y ni contra Parra Parra por ofrecer esos falsos testimonios”,
indicó.
“Quiero conversar con la Defensora del Pueblo
para ampliarle mi caso, entregarle documentos y videos donde otros dos testigos
que buscó el exfiscal adjunto Juan Francisco Rodríguez, de San Francisco de
Macorís, aseguraron en el tribunal que cumplían condenas por drogas y homicidio
y que ese magistrado los convenció para que dijeran que me vieron en la escena
del crimen recogiendo casquillos de bala, pero que después se arrepintieron por
el daño que me estaban haciendo”. Fermín Cabrera dice que tiene en un
poder un recibo donde consta que el fiscal Rodríguez le entregó cinco mil pesos
a uno de estos hombres como adelanto del pago que le ofreció.
El doble homicidio
En el año 2006 Fermín Cabrera
se desempeñaba como encargado de la Sección de Delitos Monetario de la Policía
(robos), en Puerto Plata, narró que cuando se produjo el doble homicidio, a eso
de las 2 de la tarde del 1 de marzo, se encontraba en su casa descansando luego
de haber amanecido de servicio y que le avisaron por radio que el coronel
Francisco del Rosario Santos (Sasi), director de Investigaciones Criminales, en
esa ciudad, le ordenaba presentarse al cuartel. “llegué a las 2:30 de la tarde,
momentos que también se presentó el sargento Miguel Alfonso Pozo” dijo.
“El coronel Sasi ordena que me
dirija a la escena del crimen acompañado del sargento Pozo. Llegamos a las 3:10
de la tarde, pero no nos desmontamos del vehículo porque los heridos habían
sido trasladados al centro médico Bournigal. De ahí nos dirigimos al centro
asistencial donde el coronel Sasi me ordena regresar a la zona del crimen para
que indague entre los vecinos, esa fue mi participación en la investigación
sobre este caso, ya que no pertenecía a homicidios”, asegura.
Revela el ex oficial que un
año después del doble crimen fue pensionado de la Policía, y en el 2009, el
coronel Sarita lo cita a su despacho de la Interpol donde acudió sin conocer el
motivo del requerimiento. “En la oficina estaba el fiscal adjunto Juan
Francisco Rodríguez, enviado desde San Francisco de Macorís, y el coronel me
indica que ayude a resolver el caso del asesinato de Aladino y del ingeniero
entregando unos casquillos de balas que, según ellos, el sargento Pozo les
había dicho, me entregó la tarde del doble crimen cuando estábamos en el centro
médico”.
Indica que explicó al coronel
Sarita y al fiscal adjunto Rodríguez que nunca hizo contacto con la escena del
crimen, y que por tanto no tenía en su poder casquillo de bala alguno como les
informó el sargento Pozo. “Aunque me dejaron en libertad me advirtieron que me
encarcelarían por alterar la escena de una crimen”, puntualizó, y agregó “tres
meses después me hicieron volver al cuartel para indicarme que el sargento Pozo
reveló que había recogido los supuestos casquillos de bala de la escena del
crimen y los guardó en la gaveta de mi auto, que según él estaba ubicada en
medio de los asientos del conductor y el acompañante”, explicó.
El ex encargado de Delitos
Monetarios de la Policía, en Puerto Plata, dijo que el sargento Pozo mintió
porque el auto, un chevrolet del 79, no tenía gaveta en ese lugar, y sostuvo
que, “el sargento Pozo siguió cometiendo errores, que fueron obviados por el
coronel Sarita y el fiscal adjunto Rodríguez, porque en otra parte de los
interrogatorios dijo que había visto cuando un “hombre moreno” me entregó los
supuestos casquillos, lo que también es mentira, con lo cual ofreció versiones
diferentes” aseguró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .