Por Balbueno Medina
En nuestro país, hemos llegado a un estadio en el que hay sectores que se
quieren oponer a todo lo bueno o lo malo que se haga desde el gobierno, y eso
ha venido afectando la convivencia colectiva de la sociedad, que observa cómo
se pretende polarizar la nación.
Desde el punto de vista de lo que deberíamos aspirar en estos momentos como
país, esa medida que sectores de la oposición han adoptado en aras de
incrementar su popularidad en el seno de la población, nos podría hacer mucho
daño ante el reto que debemos enfrentar de cara al problema haitiano.
Esos grupos o partidos políticos que en su mayoría están siendo dirigidos
por dirigentes de larga trayectoria política, están haciendo esa oposición
irracional convencidos del daño que le hacen al país en un momento en que
necesita más que nunca mantenerse unido para poder salir airoso de los embates
de los males que le afectan como consecuencia de la pandemia del Covid-19, la
invasión rusa a Ucrania y el desafío que representa Haití, en medio de la
turbulencia que vive.
Esas contradicciones que se han venido arreciando contra todo lo que
emprende el gobierno, la hemos podido observar con las ejecutorias que ha
venido haciendo a favor de los afectados del huracán Fiona, los afectados por
las lluvias del viernes 4 de noviembre y el Censo Nacional de Población y
Familia, que desde el año 2010 no se realiza en la República Dominicana.
La realidad es que la única justificación que se tiene para que el gobierno
no lleve a cabo las medidas que tiene que ejecutar para que esas acciones se
lleven a cabo, es meramente políticas y de eso el pueblo dominicano se
encuentra harto y estoy seguro de que no tolerará que se le siga utilizando
como tonto útil con fines politiqueros.
Salvo los deslices en que han caído algunos funcionarios del presente
gobierno, la población dominicana está más que consciente de que las
intenciones del presidente Luis Abinader, es de hacer una gestión gubernamental
que trace la pauta del futuro en cuanto a la administración pública se refiere,
para que desde el Estado no se pueda hablar más de corrupción e
impunidad.
Sin embargo, esas aspiraciones del presidente Abinader, han encontrado
fuerte oposición en sectores de la oposición y hasta de su propio partido, que
intentan impedir el cambio de la forma en que se ha venido manejando el Estado
dominicano porque les favorece para seguir enriqueciéndose como lo han hecho
durante tantas décadas.
Se opusieron al Ministerio Publico Independiente, se opusieron a las 13
reformas que fueron discutidas en el seno del Consejo Económico y Social y
ahora también se están oponiendo a la creación del Ministerio de Justicia, como
si lo que pretendieran es que el país se cierre y sigamos sin dar un paso de
progreso hacia la consecución de un mejor bienestar para la colectividad
nacional.
Ante lo que he estado exponiendo y observando que pese a que se ha
pretendido atar de pies y manos al gobierno para que no haga lo que prometió al
electorado nacional, quiero pedirle a esos sectores políticos y grupos de la
sociedad civil que reflexionen sobre el daño que con sus actitudes vienen
haciendo a la población, porque al fin y al cabo el daño se lo van a terminar
haciendo ellos mismos, porque se les va a revertir como ha estado sucediendo
según las encuestas profesionales creíbles que se han realizado en el
país.
Esos sectores deben saber que no vivimos en la República Dominicana de los
años 90s y de mediados de la década del año 2000, porque contamos con una
población de votantes conscientes que evalúan frecuentemente a los líderes
políticos y candidatos a través de los múltiples medios de comunicación de
masas y redes sociales en base a las acciones que ejercen para manipular o
desinformar a quienes pretenden utilizar para sus fines politiqueros en
desmedro de los intereses de todos.
Es por esa razón, que esos mismos sectores, que dicen oponerse a todo para
desacreditar al gobierno y la posible reelección del presidente Abinader, no se
explican el por qué el gobernante se mantiene tan alto en los resultados de las
encuestas creíbles que se han hecho en el país, y la respuesta deben
encontrarla en su errada política de oposición a los cambios que se deben de
dar en la sociedad dominicana y que sin lugar a dudas las encarna hoy quien
gobierna la nación.
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