Por Adriano Espaillat
En la ciudad de Nueva
York y en las comunidades de todo Estados Unidos, el COVID-19 sigue siendo una
amenaza muy real y mortal. Las pérdidas que enfrentan innumerables
estadounidenses son insuperables, especialmente la lamentable pérdida de más de
400,000 vidas estadounidenses, y los medios de subsistencia continúan en
riesgo.
Mi distrito se ha visto especialmente afectado, y se me parte el corazón por un
sinnúmero de mis constituyentes que se han visto afectados directamente,
especialmente aquellos que se han visto obligados a ingresar a cuidados
intensivos en nuestros hospitales locales; muchos son ingresados sin poder
respirar y muchos se van de este mundo sin poder volver a ver a sus familias.
Este es un momento sin
precedentes para nuestras comunidades y la disponibilidad de las vacunas contra
el COVID-19 es un elemento esencial de la forma en que enfrentaremos esta
crisis.
Para muchos, las vacunas Pfizer/BioNTech y Moderna representan una luz al final
del túnel, la posibilidad de volver a la vida normal y la capacidad de
sobrevivir a esta desgarradora crisis. Y en nombre de esos estadounidenses,
sigo agradecido por los firmes esfuerzos realizados por los líderes de nuestras
comunidades científicas que han trabajado para garantizar que todos los
estadounidenses tengan la oportunidad de luchar contra este virus mortal y la
capacidad de volver a la normalidad a su debido tiempo.
En diciembre, recibí la primera dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech contra el
COVID-19 y luego recibí la segunda dosis necesaria a principios de enero. Sin
embargo, el 13 de enero de 2021, di positivo en la prueba de COVID-19.
Esta es una historia esperanzadora. Gracias a que la vacuna fue efectiva y creó
una respuesta
de anticuerpos para disminuir la gravedad de los
síntomas asociados con el coronavirus, me salvó la vida. Se me dio la
oportunidad de vivir y respirar otro día, una oportunidad que no se brinda a
todos los que han caído en manos de esta desgarradora pandemia.
Como afirman en
su guía los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de
EE.UU., la vacuna contra el COVID-19 es solo una pieza de un rompecabezas más
grande, que requiere que todos sigamos cumpliendo con pautas estrictas para
garantizar la salud y la seguridad de nosotros mismos, nuestras familias y los
que nos rodean. A pesar de mis mejores intenciones y persistencia en el uso de
mascarilla, el distanciamiento social y una higiene personal vigorosa según lo
recomendado por los CDC y los principales médicos, científicos y expertos en salud pública de
nuestra nación, todavía obtuve un resultado positivo, y a usted también le
puede pasar.
Tuve el privilegio y la oportunidad de hablar con el Dr. Anthony Fauci, el
principal experto en enfermedades infecciosas de nuestra nación, después de dar
positivo por COVID-19, y él dejó en claro que la vacuna Pfizer/BioNTech que
recibí era la única razón por la que no necesitaba cuidados intensivos e
inmediatos de emergencia. Sin esta vacuna, mi salud se habría deteriorado
rápidamente y, muy posiblemente, podría haber enfrentado un destino fatal.
Esta vacuna sin duda me salvó la vida. También podría salvar la tuya. Le pido
que se vacune cuando sea elegible.
Fauci dejó en claro que incluso con las vacunas cada vez más disponibles, no
debemos volvernos complacientes y debemos continuar haciendo todo lo posible
para proteger la salud y la seguridad de quienes nos rodean, usando una
mascarilla en entornos públicos, observando estrictas pautas de distanciamiento
social, y lavándonos las manos constantemente. Solo siguiendo estos pasos,
junto con la vacunación, tenemos una oportunidad de luchar contra el COVID-19.
Esta experiencia fue reveladora, y es por eso por lo que he prometido hacer
todo lo posible para traer más vacunas disponibles a nuestros vecindarios, para
ponerme en contacto con los más vulnerables en mi distrito para ayudar a
coordinar citas y, sobre todo, luchar para cerrar las brechas de equidad racial
para los residentes afroamericanos, latinos y otras minorías.
Sabemos que nuestras comunidades minoritarias han sido las más afectadas por el
coronavirus, tanto por el número de vidas perdidas, como por los negocios
obligados a cerrar, y las dificultades en curso para reconstruir; y en Nueva
York, los latinos tienen las tasas más altas de infección y muerte entre casi
todos los otros grupos.
Ahora que las vacunas están disponibles para los constituyentes elegibles, y
después de esta experiencia escalofriante, mi oficina ha continuado trabajando
con socios comunitarios para garantizar la disponibilidad de las pruebas y las
vacunas, y no se detendrá hasta que nos aseguremos de que estos recursos estén
disponibles y accesibles para todos, especialmente para nuestros constituyentes
más vulnerables. Los animo a todos y cada uno de los que leen esto hoy y son elegibles
para recibir la vacuna a que la tomen lo antes posible. Soy la prueba viviente
de que salva vidas, y también puede salvar la suya.
Espaillat representa el Alto
Manhattan y partes de El Bronx en la Cámara de Representantes de Estados Unidos
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