Por Miguel Ángel Cid Cid
Milton Morrison, el ingeniero eléctrico por INTEC, con maestría por la
inglesa University of Bradford, líder fundador del partido País Posible, designado
por el Presidente Luis Abinader gerente general de Edesur Dominicana, dio un
ejemplo de transparencia en sus primeros pininos en el importante cargo público.
M. Morrison, hijo del poeta Mateo Morrison (1946), ganador del Premio
Nacional de Literatura 2010, informó al Consejo Unificado de las entidades
(CU-EDES), que no aceptaba el odioso incentivo para combustibles por 60 mil
pesos mensuales.
El Consejo dispuso, en un gesto digno del rey Salomón, sumar al
salario del inteligente y capaz político esos chelitos, equivalente a diez
salarios mínimos, que él rechazaba.
A lo cual el ingeniero y político decidió donarlo a una Ong. Lo que
todavía está en el limbo es si finalmente los 60 mil pesos fueron donados;
tampoco se sabe cuáles organizaciones sociales fueron beneficiadas. Es un
asunto a esclarecer. De la misma manera sería beneficioso transparentar si en
verdad se produjo la movida de la suma de la columna de combustibles, a la
columna de salario del gerente, decidida por el Consejo; el cual, por pura coincidencia,
el mismo ingeniero Morrison preside.
Con todo, queda claro, más claro que el agua, que el director de
Edesur es un funcionario transparente, un servidor público ético. Un espécimen político
en franca extinción.
El desprendimiento monetario del ingeniero Milton Morrison es loable, digno
de ser imitado. Los senadores y diputados deberían guiarse por ese paradigma moral
fijado por Morrison en Edesur.
Los congresistas deberían someter un proyecto de Ley que establezca
que el desafortunado barrilito, al igual que el funesto cofrecito, sele sume al
salario de cada senador o diputado.
Si el Congreso acoge como bueno y válido el mencionado proyecto,
quedaría transparentado el asunto de esos desmedidos incentivos. Los dedicados
congresistas pasarían a devengar salarios acordes a su nivel de sacrificio en
sus excelentes servicios que rinden a la sociedad y al Estado dominicanos.
Porque usar los recursos del Estado, disfrazándolos de incentivos, es
un acto claro de corrupción pública. Cobrar un salario que compense por hacer
bien el trabajo, es más que una cuestión de ética y transparencia; es cuestión
de justicia.
¿Quién osaría oponerse a que los sufridos congresistas cobren 1,5
millones de pesos cada mes? ¿O acaso aparece alguien contrario a que a los
senadores y diputados se les entregue dos exoneraciones de vehículos en cada
periodo de legislatura?
No creo que los dominicanos sean tan injustos e inconscientes con unos
funcionarios que día tras día se sacrifican por la buena marcha del país y el
estado de derecho democrático.
Si acaso algunos de los legisladores se oponen a tan justa decisión,
siempre aparecerá uno más que otro que necesite con urgencia esos despreciables
chelitos. Veamos quienes estarían dispuestos a ser crucificados, a ser puestos
en la picota pública, por hacer el bien.
El senador por la provincia de Pedernales, Dionis Alfonso Sánchez
Carrasco, estaría dispuesto a recibir, con amargura y dolor, todo lo que
Eduardo Estrella rechace. Dionis Sánchezes
el electo senador en la boleta del PLD, pero que pocos días después se brincó a
la Fuerza del Pueblo, el novísimo partido que lidera el Dr. Leonel Fernández.
Sánchez asegura que el barrilito no alcanza para resarcir las tantas
necesidades que hay en Pedernales.
Faride Raful, abogada por la PCMM, con maestría en Derecho de las
Telecomunicaciones y Tecnología de la Información por la Universidad Carlos III
de Madrid y un posgrado en Derecho de la Información por la Universidad de
Salamanca, cree que a los recursos del barrilito hay que darle
una vuelta.
La opinión de la legisladora perremeista es
contraria a su propia proclama en tiempos de la campana electoral, justo en la
cual ella fue electa Senadora por el Distrito Nacional.
F. Raful, hija del poeta Tony Raful (1951), ganador del Premio
Nacional de Literatura 2014, al final escuchó el grito de diferentes sectores
sociales que pedían que ella renunciara al barrilito.
Cambiar de opinión es razonable y legítimo. Las razones de la
oposición son distintas a las del gobierno. Se lo digo yo, que mi hobby es el
saltapatrasismodialécticopolítico. No como un contribuidor, sino como
observador.
Por ello mi respeto a Antonio Marte, senador del PRM, quien representa
la provincia de Santiago Rodríguez. El sindicalista del transporte asegura que
“Todo el que ha renunciado al barrilito no ha trabajado para asumir
compromisos”. Pidió,
según reporte de prensa, que todo el que renuncie al barrilito que se lo
entregue a él. Esa afirmación es prueba suficiente
de que élestá dispuesto a que le sumen a su salario, aquello que Raful fue presionada
a renunciar.
En este país siempre hubo gente dispuesta a sacrificarse por el bien
común, por el bien de la nación. El presente no es diferente. Hoy sobran personajes
que son dignos de ejemplo, que son héroes.
En cualquier caso, el primer mandatario está listo para promover, por
la salud de la república, la modificación de las leyes que entorpezcan el
proceso de transparencia pública. La Ley que rige Inapa, otro ejemplo, va rumbo
a ser cambiada por ser una retranca en este fundamental tema.
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