Por Adriano Espaillat
Es inconcebible que compañías de bienes raíces estén tratando de
cambiarle el nombre a Harlem, como si intentaran borrar, de un plumazo, toda la
riqueza social, artística y cultural de esta extraordinaria comunidad.
El nombre que buscan imponer es SoHa, muy similar al vecindario SoHo del
Bajo Manhattan. Reportes periodísticos indican que ya el nombre de SoHa ha
empezado a aparecer en listas de empresas de bienes raíces para venta de
apartamentos localizados entre las calles 110 y 125 de Manhattan, área que
corresponde al vecindario de Harlem.
Esta semana encabecé una conferencia de prensa frente al teatro Apollo,
sitio histórico de Harlem, junto a líderes como el senador Benjamin, el concejal Ydanis Rodríguez, el ex gobernador de
Nueva York David Paterson, el concejal Bill Perkins, la ex presidente del
condado de Manhattan, C. Virginia Fields, y otros, para expresar nuestra firme
oposición a los esfuerzos de estos desarrolladores de cambiarle el nombre a
Harlem, y reafirmar nuestro apoyo a la comunidad de Harlem, a sus sitios
históricos, su rica cultura y extraordinario legado.
También anuncié, durante la conferencia de prensa, la introducción de
una resolución de la Cámara de Representantes en el
Congreso de los Estados Unidos, titulada Apoyando la Protección del
Nombre Harlem, que apoya la imposición de limitaciones en la capacidad de
cambiar el nombre de un barrio basado en ganancias económicas.
Harlem es un tesoro de Nueva York, de los Estados Unidos y del mundo, y
ha sido durante mucho tiempo el centro de la cultura negra y la historia
afroamericana.
Harlem ha servido de hogar de grandes artistas y personalidades de
renombre, entre los que figuran el poeta Langston Hughes y los cantantes Harry
Belafonte y Ella Fitzgerald, quien debutó como cantante a los 17 años en la
famosa Amateur Night del Apollo en 1934.
En Harlem Martin Luther King y Malcolm X pronunciaron numerosos
discursos en la lucha por los derechos civiles, con cuyos nombres fueron
bautizados famosos bulevares de la localidad.
Este vecindario es la casa del Centro Schomburg de Investigación sobre
la Cultura Negra, que contiene una biblioteca y un archivo donde se conserva
información sobre las personas de descendencia africana de todo el mundo.
Turistas de todas partes del mundo, en su visita a Nueva York, incluyen
en su lista de viaje a Harlem, para tener contacto con la riqueza cultural de
esta comunidad.
Por estas y muchas razones resulta inconcebible que unos empresarios de
bienes raíces pretendan cambiarle el nombre a Harlem. Harlem es y siempre será
Harlem y este nombre tiene peso y un valor incalculable en sus residentes, en
Nueva York y en todo el mundo.
Cambiarle el nombre a Harlem, aparte de ser una forma más de
gentrificación, es un intento increíblemente insultante de negarle a los
residentes de largo tiempo de Harlem su legado y cultura, y simplemente no lo
consentiremos y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para impedirlo.
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