Por Benny Rodríguez
Conscientes o no, hay personas que buscan
por todos los medios posibles de dañar a determinadas personas mediante el uso
de un lenguaje estigmatizante. El estigma, de alguna manera, contribuye con la deshumanización,
la aversión contra al otro. Buscan quitar personalidad a un individuo.
Estigmatizamos e influimos cuando
comparamos una persona con otra. Quien hace uso del estigma es vacío y carece
de sentimientos. Busca mejorar su bienestar mediante el desprecio a los demás.
Deben ser cuidadoso el que estigmatiza,
porque son fáciles de identificar, ya que este comportamiento responde a una
manifestación de odio, de rencor y de debilidad humana, producto de una
conducta dada.
Esas son actitudes o un factor negativo de
repercusiones complejas para quien la emplea. Podría ser una condición de vida
y de poca atención hacía ellos de la sociedad, provocándole e insatisfacciones
y frustraciones.
Pero a la persona que estigmatiza, hay que
verla desde distintos contextos situacionales y factores, ya que podrían estar
ligados a problemas sociales, biológicos, culturales o políticos.
Resulta necesario que seamos cuidadosos o
cuidadosas a la hora de emplear ese elemento como recurso contra otra u otra,
ya que podría dar al traste con poner al descubierto cuáles sus verdaderas
intenciones al tratar de usar el estigma solapadamente contra una persona sin
que hayan motivos para ello.
Como no soy un profesional de la conducta
ni nada por el estilo hace un tiempo adquirí el best-seller: “Inteligencia
Emocional”, de Daniel Goleman.
Leímos, pero volvemos a releer, porque
buscamos el control de nuestra inteligencia emocional, un concepto definido por
Mayer, como "una habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular
las propias emociones y las de los demás, promoviendo un crecimiento emocional
e intelectual”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .