Por
Salvador Holguín
Hilando
Fino
Es mucho lo que se ha
dicho de las razones por las cuales perdió el pasado domingo 15 de mayo el
alcalde del Distrito Nacional y miembro del Comité Central del Partido de la
Liberación Dominicana, Roberto Salcedo, alias “fuikiti fuikiti”, ya que se caracterizó
por ser un candidato imbatible venciendo a líderes políticos de esa demarcación
de la talla de Peggy Cabral, viuda del más grande líder de masas en la
República Dominicana José Francisco Peña Gómez, ganándole en el 2002 con un 48%
y Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados en una de las ocasiones
que compitió con él, a quien le ganó en el 2006 con un 57% y en el 2010 con un
54% de los votos.
Dentro de
los argumentos que han surgido después de su aplastante derrota el que más
ha sido comentado es el de “la supuesta traición" del dirigente del PLD y
aspirante a la alcaldía del DN, Domingo Contreras, de quien se ha dicho que en
varias ocasiones realizó reuniones clandestinas con la familia Viccini, específicamente con
Juan Viccini, quien se desempeñó en la campaña electoral como mentor y guía
financiero del electo alcalde perremeísta por la capital, David Collado.
También ha trascendido de
los corrillos palaciegos que el desplome del trono de Salcedo se debió a un
acuerdo económico político con altas esferas de funcionaros del gobierno del
presidente Danilo Medina, miembros del Comité Político y altos dirigentes del
partido morado que decidieron salir de Roberto transándose con la oligarquía
empresarial de la ciudad.
Hasta este momento ningunos
de los cuestionamientos que han salido son constatable, pero hay de todo
en la viña del señor, tal como le dijo el predicador oficial de capilla Fray
Hortensio de Paravicino a Felipe
IV en 1624 durante una visita a Sevilla, en el llamado Sermon de la Viña indicando
con este antiguo dicho proverbial la certeza de que en todo hay cosas buenas y
malas, lo que sí es cierto es que el comediante no seguirá dirigiendo a los
capitalinos porque el emprendedor le quitó el trono, independientemente de los
métodos utilizados para despojarlo.
Con el pugilato interno que
hay en el partido del profesor Juan Bosch entre Leonelistas y Danilistas puede
ser que exista alguna pizca de traición por el comportamiento exhibido desde
antes del proceso eleccionario de los aspirantes a senadores, diputados,
alcaldes, regidores y el candidato presidencial de esa organización
política, que para lograr una unidad simulada tuvieron que arribar a un acuerdo
de reelección por reelección.
Lo que ha pasado con el
síndico Salcedo Gavilán es que está dado y no sabe quién le dio porque se creyó
ser un faraón intocable imbuido de arrogancia, prepotencia y
triunfalismo, que pensó que nunca volvería a ser un ciudadano común y corriente
tal como lo era antes, cuando vivía en la pobreza extrema que tenía que cenar
con pan y mabí y pedir el pasaje en los pasillos de Color Visón cuando
participaba en las comedias con Don Freddy Beras Goico, Cuquín Victoria, Felipe
Polanco (Boruga) y Luisito Martí.
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