Por Reynaldo Peguero
Con un Decreto Presidencial que fortalezca Barrio Seguro en su
concepción original, la aceleración del sistema 911 en Santiago, un fondo
nacional y provincial y un control riguroso de la circulación caótica de
motoristas y motoconchistas, se logra más impacto en seguridad ciudadana que la
aventura de enviar simplemente a las calles miles de guardias y policías en
uniformes camuflados de guerra, sin plan, ni normas institucionales claras.
Mientras el Decreto presidencial impondrá orden en un área sensible: EL
TRÁNSITO Y TRANSPORTE DEL CRIMEN; la movilización de tropas es un acto de
guerra que impone riesgos que habrá que calcular para calmar una opinión
pública hastiada por la irresponsabilidad e ineficiencia de las fuerzas del
orden público. Sobre todo cuando se sabe que miembros de la policía y el
ejército participan directa o indirectamente en el crimen organizado. Las
tropas requieren orden, plan y programa sostenible de trabajo en coordinación
con las organizaciones de la ciudadanía en el territorio.
El militarismo pura y simple es una imprudencia política, especialmente
en un país que recibe más de 5 millones de turistas anuales y casi dos millones
de dominicanos de la diáspora observarán en las calles las patrullas mixtas con
uniformes verdes y grises camuflados de tropas equipadas hasta los dientes con
armas de guerra, fusiles y escopetas recortadas. Súmese ahí la gran cantidad de
jóvenes entre 15 y 30 años de todos los estratos sociales, residentes en las
grandes ciudades dominicanas que como resultado de la transición demográfica,
circulan noche a noche en búsqueda de sana diversión y entretenimiento en
discotecas, restaurantes y centros nocturnos. El Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) analiza críticamente los errores de la Policía
Latinoamericana en seguridad ciudadana.
Hemos fracasado en controlar la delincuencia y el crimen, pero todavía
estamos a tiempo. Mayor es la ineficiencia de cientos de generales, coroneles y
oficiales; miles de tropas, representantes del ministerio público y la
judicatura a los que la ciudadanía paga sus salarios buenos y malos vía los
impuestos. Han fallado en reducir crímenes y asesinatos prevenibles. Hechos que
han tomado mayor magnitud por los mismos sistemas de cámaras y videos que circulan
en las redes sociales filmados por receptores del sistema 911. En Santiago,
para trabajar bien las “tropas” requieren orden y programa concreto, en
coordinación con las organizaciones ciudadanas, en especial el Consejo para el
Desarrollo Estratégico (CDES) y las entidades empresariales y desarrollo de
Compromiso Santiago.
Se juega irresponsablemente con números y percepción. En este contexto
recordamos una anécdota de la actual ministro de salud, Altagracia Guzmán a la
que en su despacho (1997) yo mismo le calculaba la reducción de la mortalidad
infantil, ella con mucha sabiduría materna me dijo: “Reynaldo hasta un sólo
niño que muera por una causa prevenible es vergonzoso, no cantemos victoria con
el dolor humano”.
República Dominicana en homicidios por 100 mil, tasas de raterismo y
porcientos de robos comunes, no ocupa los primeros lugares de Latinoamérica.
Sin embargo toda la generación de los años 70, 80 y 90 del siglo XX, que es hoy
la población económicamente activa (PEA) se desarrolló con cifras muy bajas de
delincuencia, para ellos la actual situación es una grave epidemia, tragedia y
cataclismo nacional, hipertrofiada por medios de comunicación irresponsables.
Todos los presidentes de las Federaciones de Juntas de Vecinos de
Santiago que trabajan con el Consejo para el Desarrollo Estratégico (CDES),
reclaman que el programa BARRIO SEGURO sea restaurado integralmente sin el
protagonismo personal precedente, pero en similares términos que lo
implementaba la pasada gestión del Ministerio de Interior y Policía. Debemos
subrayar que en muchas ciudades del mundo, es el Ayuntamiento municipal el
órgano rector de la seguridad pública, por lo que afirmamos que toda solución
atraviesa por involucrar las autoridades municipales en la solución. Subrayamos
dos aspectos clave, primero más de 50 entidades recientemente crearon el
Consejo de Seguridad de Santiago (COSESA) que a 10 años del fallecimiento de la
estudiante de medicina PUCMM Vanessa Ramírez Faña, posee un plan operativo en
ejecución. COSESA fue creado para trabajar con el gobierno, para apoyar las
buenas medidas y exigir el cumplimiento de otras. Segundo igualmente, debe
recalcarse la creación por el Ministerio de la Presidencia de la Comisión de
Proyectos Presidenciales (COCIPS) que impulsa la culminación exitosa del
Sistema 9-1-1 en Santiago.
Concluyo con los 7 Principios de Medellín a favor de la seguridad
ciudadana que el pasado Alcalde Aníbal Gaviria tuvo a bien en presentarnos en
el contexto de los encuentros del Centro Iberoamericano de Desarrollo
Estratégico Urbano (CIDEU), coherentes con las 10 recomendaciones del PNUD al
respecto. Ninguno de ellos se refiere al envío de tropas armadas de fusiles de
guerra a las calles, sino que subrayan formas concretas de asumir una NUEVA
CULTURA PARA LA SEGURIDAD CIUDADANA.
1) El ejemplo de las autoridades públicas es la principal herramienta
pedagógica de transformación cívica a favor de la seguridad ciudadana; 2) El
dinero público es sagrado, no es una mercancía utilizable entre delincuentes y
fuerzas del orden; 3) La gestión de lo público debe ser transparente y
someterse al escrutinio de concursos y licitaciones; 4) Reducir en sitios
públicos los “disparadores” de la violencia: drogas, armas y alcohol; 5)
Generar acciones de proteger las poblaciones más afectadas por la violencia y
el delito, 6) la Planeación debe imponerse sobre la improvisación y el
activismo de campañas inmediatistas; y 7) Las relaciones con la comunidad deben
ser abiertas y claras, y desarrollarse a través de los espacios de participación
social, donde la vida es el máximo valor y no hay una sola idea, ni buen
propósito que amerite quitarla. En la
otra seguimos.
Por Reynaldo Peguero es Director del Plan Estratégico de Santiago. rpeguero.pes2020@gmail.com (Con ajustes sugeridos por los miembros directivos
del Consejo de Seguridad de Santiago COSESA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .