Por JUAN T H
Me lo pregunto
una y otra vez: ¿Qué está pasando con el candidato presidencial opositor Luís
Abinader que está llamando tato la atención del candidato oficialista Danilo
Medina que luce nervioso, furibundo, con ojeras, perdiendo el pelo que se
injertó hace unos años, como si ya no estuviera tan seguro de su fortaleza y de
su triunfo en las elecciones venideras? ¿Qué está pasando que el gobierno
decidió adelantar tres meses la campaña electoral, violando la ley que
establece que la misma debe iniciar 90 días antes? ¿Por qué la prisa? ¿No que
el porcentaje era tres a uno, según dijera el Primer Ministro y vocero
plenipotenciario de Danilo, José Ramón Peralta? ¿Qué sabe el equipo estratégico
de la campaña de Danilo que yo y el pueblo no sabemos? ¿Por qué intentar cerrar
una empresa familiar como Cemento Santo Domingo que tiene 16 años operando sin
ningún problema, generando riquezas, empleos, pagando correctamente sus
impuestos? ¿Qué está pasando? ¿Y esa locura, por qué?
Algo sabe Danilo
sobre su potencial electoral, sobre su imagen, sobre su gobierno, que la
mayoría percibimos, pero que no sabemos a ciencia cierta. ¿Será que se
derrumba, que va estrepitosamente “cuesta abajo en su rodada” sin que nadie
pueda detenerlo? ¿Es posible que los escándalos de corrupción, que no se
detiene en la puerta de ningún despacho, hayan provocado un descontento
popular? ¿O que las “visitas sorpresas”
ya no le causan sorpresa ni agrado a nadie? ¿Que se agotaron los “charquitos” para
saltarlos ante las cámaras de televisión y de la prensa para mostrar una falsa
imagen de humildad? ¿Es eso, Presidente?
¿Me pregunto,
por qué alguien que asegura tener entre un 75 y un 80 % del electorado compra un partido que vale
“diez cheles” como el PRD, y su presidente Miguel Vargas, que vale menos
todavía, en miles de millones de pesos? ¿Por qué anda desesperado tratando de
comprar, “a la buena o a la mala” al Partido Reformista chantajeando a Quique
Antún con un préstamo familiar y lanzando calumnias de que está pidiendo diez
millones de dólares “por la izquierda” para firmar un pacto? ¿Por qué socavar
las filas del PRM comprando dirigentes y militantes “por lo que pidan” si Luís
Abinader no tiene ninguna posibilidad de ganar las elecciones? ¿O si las tiene
y por eso el miedo?
Las campañas
publicitarias y propagandísticas se han triplicado. La agresión visual es
abusiva. Miles de millones de pesos se están invirtiendo en televisión, radio y
prensa destacando los supuestos logros de la gestión de Danilo Medina. No hay
sentido de proporción ni de equidad. La mayoría de los programas de “panel” han
sido copados por el oficialismo. El dinero está rodando por las alcantarillas
de la inmoralidad política y comunicacional. Yo me sigo preguntando, ¿por qué
tanto atropello y abuso, por qué tanto despilfarro, tanta agresión si ya Danilo
ganó, si las elecciones serán un “puro formalismo” como dijera un Ministro que
no es el Primer Ministro?
¿Será, pregunto,
que Luís Abinader está acercándose demasiado en las encuestas que no se publican, cabeza con cabeza con
Danilo, incluso, lo que motiva el nerviosismo que no cede con diazepan, ni la
diarrea con Lomotil?
Lejos de mostrar
fortaleza y seguridad, Danilo está demostrando debilidad e inseguridad. Por eso
el uso de la fuerza brutal policial y militar para intimidar a la población,
por eso el derroche de dinero del pueblo comprando lo que no sirve ni para
echárselo a los perros.
Como dijera
George Rodríguez en un comercial del Partido Reformista hace unos años: “¡Están
temblando…! ¡Están en la cuerda floja...!”
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