Con los frutos
de la corrupción de los últimos 60 años, es cierto que se pudo construir otra
República Dominicana más prospera, equitativa y desarrollada que la que tenemos
actualmente, ocupando los últimos lugares del mundo en materia de salud,
educación, seguridad ciudadana, justicia,
etc.
Tras la muerte
de Trujillo, con el poder económico que entonces tenía el Estado, control, se
pudo comenzar un proceso de desarrollo
indetenible que hoy nos colocara entre los primeros, no entre los últimos, como
sucede.
Pero diferentes factores
lo impidieron, entre ellos, el robo y el
saqueo de los bienes del Estado auspiciado por los grupos económicos más
insaciables en complicidad con la
llamada “clase política”.
Es triste
decirlo, pero desde 1961 hasta este 2015, no hemos tenido un solo gobierno,
incluyendo el de 7 meses de Juan Bosch, sin corrupción.
Los gobiernos
más corruptos que ha tenido la República desde el tiranicidio del 61 a la
fecha, han sido sin duda, los cuatro (4) del PLD, tres de Leonel Fernández y
este de Danilo Medina que aún no termina, y que pretende seguir, tras comerse un
cardumen de tiburones podridos y lanzar todos los principios al zafacón.
Este gobierno es
tan corrupto como el anterior. Quizás más… (Que es mucho decir)
El presidente
actual es peor que el anterior. Por mucho. (Hay que tenerle miedo)
Al igual que su
antecesor, (por algo son del mismo partido y vienen de la misma escuela) dice
una cosa, pero hace otra. Miente una y otra vez. (Ahora le dicen el “mudo” para
no hablar del dengue, la deuda, el alto costo de la vida, la corrupción y otros
temas “delicados” que le puedan hacer daño a la reelección)
Del mismo modo
que su antiguo socio de partido, responde a las justas protestas populares brutalmente utilizando la policía violando derechos
fundamentales consagrados por la Constitución y las leyes.
En este
gobierno, como en el anterior, la corrupción y el despilfarro de los recursos
del Estado no se detendrán. Por el contrario, en estos meses de campaña
electoral el dinero del presupuesto nacional será utilizado para comprar
voluntades y torcer la voluntad popular aunque haya que crear un déficit mayor
que el dejado por Leonel, superior a los 200 mil millones de pesos.
Pocos
funcionarios y dirigentes del PLD pueden resistir una investigación o auditoria
de sus bienes, pues antes de llegar al gobierno, eran pobres hasta de
solemnidad, no tenían, como dice la gente, “ni con qué caerse muertos”. Hoy
viven como príncipes y reinas sin el menor desparpajo y sin temores porque la “Justicia” (jueces,
fiscales y policías) está igualmente corrompida.
El grupo de
Leonel, durante tres periodos se hartó de dinero. El grupo de Danilo está en
ese tránsito. Es por ello que necesita más tiempo, uno o dos periodos más para
ponerse a la par con sus compañeros. Por eso la corrupción no se detiene. Ni se
detendrá. A menos, claro está, que el pueblo vote abrumadoramente por Luis
Abinader que no se robará “un peso del pueblo dominicano”, ni permitirá que
otros lo hagan sin terminar en la cárcel.
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