Por JUAN T H
El candidato
presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y probablemente de una
coalición de partidos y movimientos políticos de oposición, Luís Abinader,
tiene una importante ventaja comparativa frente al candidato oficialista Danilo Medina.
Hijo de una
familia de inmigrantes libaneses (José
Rafael Abinader y Rosa Sula Corona) se
presenta ante el electorado como una figura fresca (este domingo
cumplirá 48 años de edad), de una gran formación familiar, con estudios de
economía tanto en el país como en importantes universidades de Estados Unidos, casadocon
Raquel Arbaje con quien ha procreado tres hijas.
No tiene por qué
temerle a su pasado, pues no bebe, no fuma, no conoce el bajo mundo de la
prostitución, las drogas y el crimen.
Luís es un
candidato limpio, algo muy inusual en nuestro país. Heredó la política de su
padre, un profesional y académico que ocupó cargos importantes sin que nadie,
al día de hoy, en el ocaso de su vida (nació en 1929) nadie lo haya señalado en
actos reñido con la ley.
Los diseñadores
de campaña sucia o negativa que contratará el gobierno del PLD para intentar desacreditarlo tendrán un serio
problema, pues Luís no tiene vicios, ni puede ser vinculado a la corrupción,
como sus adversarios, que tienen una cola más larga que la del cometa Halley,
tras gobernar el país durante 16 años.
Luis no está en
política buscando dinero, porque lo tiene, ni quiere una escalera para subir
socialmente porque está en la cima.
Contrario a sus
enemigos del gobierno, de ganar las
elecciones como espero, no llegará al
Estado con una mano delante y otra detrás, ni en chancletas. El Estado no será
de su propiedad, sino del pueblo, como debe ser.
El candidato del
PRM y la Convergencia no se presenta demagógicamente como un comunista o
socialista, ni nada que se parezca. Es un hombre del sistema, un burgués del
siglo 21 consciente de que el país, su país, no avanzará en medio del caos, la
pobreza, la miseria absoluta, el narcotráfico, el crimen, el clientelismo y la
corrupción, razón por la cual está convocando a todas las fuerzas políticas y
sociales honestas a la unidad para
derrotar esos males que representa Danilo Medina y su partido.
Luís es un buen
candidato, sin dudas.
El país tiene
dos caminos: El de Luís, que representa el trabajo, la honestidad y la vocación
de servicio, y el otro, el de Danilo, que es más de lo mismos. Es decir, más
pobreza y miseria, más impunidad, más
clientelismo, más endeudamiento, más corrupción y falta de transparencia en el
manejo de los fondos públicos.
Los
que consideran que no tienes las agallas ni el coraje necesario para enfrentar
al gobierno corrupto y depredador del PLD, precisamente por su condición
social, están equivocados. Y lo verán en
los próximos meses, pues sabe que con palabras,
discursos y declaraciones de prensa, no se vence a un grupo que tiene el
control de los poderes del Estado y lo usa sin ningún escrúpulo.
Además, Luís no
está, ni estará solo en defensa de la voluntad popular que se expresará en las
urnas en mayo próximo.
Luís sabe, como
lo saben todos, que enfrentar y derrotar al PLD, no será fácil, que habrá que
organizar al pueblo para la lucha en el terreno que sea necesario, porque el
poder no se regala, se gana a fuerza de votos o se arrebata a fuerza de botas
cuando la Constitución y las leyes se violan para imponer una dictadura.
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