Por Menegildo
Cruz
La lucha por
alcanzar una posición de diputado de Ultramar, se ha convertido en un
privilegio donde los aspirantes tendrán que hacer una gran inversión económica,
tendrán que desarrollar capacidad operativa y tener un liderazgo con sobrada
experiencia para lograr su propósito.
Representar la
comunidad en el exterior, es cuestión de crear las expectativas a la diáspora
Dominicana en materia de iniciativas legislativas y borrar el fracaso de
gestión y evaluación casi cero de los 7 diputados actuales.
Las quejas por
el abandono de las ofertas incumplidas, las promesas de campaña, la posición
social que representan, son algunos de los reclamos que se escuchan en las
comunidades.
Lo que se dice, es
que los diputados son una gran incógnita, debido a que su liderazgo es
simplemente por su capacidad económica, lo hacen para elevar su ego
personificado o por colocarse en las altas esferas del poder político burgués.
Las aspiraciones
en estos momentos carecen de planes y propuestas, solo le interesa brillar en
el ámbito social sin planes reales y basados en aspiraciones personales para
bloquear las aspiraciones de candidatos con muchas posibilidades.
Recordemos la
experiencia del 2012 donde las aspiraciones desmedidas de candidatos sin
posibilidades cerraron paso a posibles triunfadores como sucedió con los
compañeros Arsenio Devarés y Neftalí Fuertes.
Soy de los que
se adhieren a las quejas de la comunidades se sienten desprotegidas por tener
representantes sin méritos ninguno, no merecen tan digna posición y el
comentario es de fracaso y engaño total por no cumplir con las ofertas hechas.
En la campaña
electoral del 2012, los aspirantes se colocaban en las tarimas ofreciendo
reivindicaciones: decían que lucharían por eliminar los elevados costos de los
pasajes aéreos, abrirían oficinas de servicios, ayudas en caso de muertes,
regulación de las famosas mudanzas, ventanilla única, oficina del Banco de Reservas,
becas para jóvenes, en fin promesas, promesas y más promesas.
Este panorama es
un indicador de la tradición politiquera y clientelismo social paternalista
impregnada en la conciencia de las comunidades donde se lucha por conquistas
personales.
Estamos
desprotegidos, sin representantes y sin líderes reales, se impone un liderazgo
renovador. Un total abandono político, por el solo hecho de elegir
representantes que solo les interesa formar parte de un club politiquero busca
vida que en la campaña aparecen vendiendo ideas, haciendo promesas y mintiéndole
a las bases.
El PRM no puede
presentar candidatos para repetir la historia, los militantes apoyaran aquellos
compañeros ( a ) con sobrados méritos, aquellos aspirantes a tan digna posición
que sean capaces de presentar un programa de consenso y creíble.
El próximo
diputado(a) tendrá que garantizar un programa de gestión que sintetice el deseo
colectivo de la diáspora, diputados con sobrada hoja de vida y preparación
lideril para representar la lucha política del PRM en el exterior.
El deseo de ser
diputado de ultramar, se inspira en los privilegios que la sociedad burguesa le
oferta: Salario de RD$175.474 por mes, gastos de representación RD$ 35 mil,
dietas RD$45 mil, pago de teléfonos RD$22 mil, más otros privilegios como
seguridad, choferes, ticket aéreos y más.
La pregunta que
se hace las bases, si valió la pena elegir representantes burócratas?
Los cálculos
económicos dan señales de que la gran inversión económicas por año le
representa al Estado Dominicano la suma de RD$25.247, 712, dinero del pueblo
que muy bien resultaría positivo invertirlos en Educación, salud e
infraestructuras.
Estos privilegios,
son razones suficientes para que surjan cantidades de aspirantes, sin planes,
sin programas, sin hoja de vida, y sin historia comunitaria.
Pero surge el
pero dominicano. Por suerte existen contados con reducidos número de los dedos
de una mano, aspirantes a la diputación en el exterior, que tiene en su aval
preparación profesional sin limitaciones, capacidad de planificación, son
solidarios, tienen don de gente, no evaden las responsabilidades asumidas, son
humildes y por sobre todo, tienen el don de gente. En eses reducido número de
candidatos y candidatas, es que debemos pensar.
Por eso debemos deliberar
en la gran incógnita del nuevo liderazgo que surgirá de la selección acertada
de todos y cada uno de los que podemos incidir en el surgimiento de los
diputados y diputadas de ultramar.
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