POR
JOSE ANTONIO MATOS PEÑA
Parece ser la
lectura que pudiéramos darle a la situación actual del partido de gobierno
dominicano con rumbo a culminar sus extraños 16 años de gobierno en el año
2016, que de ganarlas, lo cual dudamos, dadas las graves dificultades internas
y la evidente recomposición de la oposición a encabezar por el PRM y su candidato,
el licenciado Luis Abinader, lo llevaría a 20 años de gobierno de los últimos
24 años a cumplirse en el 2020.
Nos llega a la memoria la sentencia antigua que expresa, no hay mal que
dure cien años ni cuerpo que los resista, ya que es consabido que los
gobernantes y partidos, al cumplir los
doce años de gobierno, se van , y ese ciclo extrañamente fue roto en las
pasadas elecciones, las del 2012 y que muchos no terminamos de aceptar, los
cuales han sido de relativa paz por una actitud de parte del gobernante, que
aunque no ha surtido soluciones nacionales, representa un oasis en comparación
con la hostil acción de gobierno que lo precedió, de 8 años seguidos.
La inmensa
agitación que representa el Leonelismo a la gestión de gobierno de Medina,
exhibe su máxima expresión en tres vertientes, una, las sostenidas y ardientes declaraciones de los Vinchos,
sobretodo del diputado designado, la renuncia en pleno de esa cuadra aliada
aparentemente eterna del partido de gobierno, materializada ya desde
anoche cuando fueron sustituidos en los
puestos de gobierno, y el tercer factor lo constituye la rebelión congrecional que se ha escenificado en el país contra las
directrices de la más alta instancia política en materia de ese partido,
rebelión ésta, claramente prohijada por
el ex presidente Fernández.
La salida del
poder del PLD, es evidente que para las
elecciones venideras, las grandes diferencias grupales lucen superar con creces
las de su otrora archienemigo PRD cuando
ejercía el gobierno, no parece existir
causa alguna que los unifique, mientras en la oposición nace una esperanza.
El PRM realizó
su convención sin pleitos y solo resta que su candidato tome un camino
inteligente de desprendimientos y concertaciones reales con todo el espectro
político opositor y que también lo haga hacia el interior de su partido, debe
entender que no basta con la integración de todos los perremeista, que los
equipos de el ingeniero Mejía suman mucho y suman más como equipo que en la
individualidad, la oportunidad de salir de estos males están dadas, solo hay que aprovecharlas, el pueblo está en
Abinader y eso es lo que importa.
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