Por Miguel Ángel Cid Cid
Hablar del sur en el resto del país es como definir, con una palabra
de una sola sílaba, la pobreza extrema. En debates complejos hilvanados por los
teóricos del tema, basta con que alguien exclame: “¡y el sur!” No importa la
debilidad argumentativa, la pronunciación de esas tres letras, “sur”, surte su
efecto. Todala miseria de esta región del país parece explicada de esta manera,
incluyendo la aridez de la tierra, la improductividad de las bayahondas, los
cactus, las aromas y los cambrones.
Este sur, el sur geográfico que, en dominicana, se conjuga con el sur
político-ideológico es rico en historias, leyendas y personajes. Son pueblos de
cocina deliciosa como el ChenChen, el Chaca, el chivo picante, el moro con
coco, sin que se queden las bebidas preferidas como el ron, el clerén, el triculi,
el pitrinche y más.
Contextualizando a Bánica
San Francisco de Bánica,municipio de la provincia Elías Piña, en la
frontera con Haití, está bañada por el Río Artibonito. El termino Bánica es una
modificación del vocablo taínoBanique, que significaba "tierra de
ébano" que identificaba la región. Su población supera los 7.500
habitantes ysus principales localidades sonlos distritos municipales Sabana
Cruz y Sabana Higüero.
Fundada por el Adelantado Diego Velásquez en 1504.Fuerepoblada por
inmigrantes de las Islas Canarias a finales del siglo XVIII. Trasladada al
lugar actual, abandonada a comienzos del siglo XIX, y restablecida por la dominación
haitiana (1822-1844). A raíz de la Separaciónpaso a ser parte del Departamento
de Azua.Desocupada de nuevo, ésta vez por sus habitantes,quedó despoblada hasta
la guerra de la Restauración, tiempo en que se refundó nuevamente con familias
provenientes de varios pueblos fronterizos.En 1938 pasó a ser parte de la
Provincia Benefactor, hoy San Juan de la Maguana. Y en 1942 se convirtió en
Municipio de la Provincia San Rafael, hoy Provincia Elías Piña.
Dos historias en una
Cuentan los lugareños que Bánica es un pueblo bendecido por la
providencia divina y lugar de “residencia de San Francisco Asís”, su santo
patrón.Y que éste santo fue quienorientódónde debía construirse su templo de
adoración.
Las autoridades locales, obedeciendo línea bajada del norte político,
iniciaron la construcción en vía contraria a la dirección divina. Los trabajos
avanzaron durante doce horas seguidas.Obreros y maestros, agotados por el
trajín, marcharon a descansar, pero al día siguiente, ¡sorpresa!, todo estaba
desecho, sin que nadie supiera quiénesni cómo habían perpetrado semejante
sabotaje.
El misterio se repitió una y otra vez. Un día, los filibusteros,
amparados en autoridades locales, decidieron no laborar, pues así tendrían
tiempo para profundizar las indagatorias y dar con los “malhechores”. Cuentan
además, que esta coyuntura fue clave para que el Santo Patrón, en horas de la
noche, cuando todos en el pueblo dormían santamente, pusiera en movimiento los
ejércitos celestiales con el propósito único de cumplir la voluntad divina.
Durante una noche se escucharon golpes de martillos, silbidos de
sierras, al ir y venir en el proceso de corte de la madera, movimientos de
vigas. En fin, en sus sueños, los lugareños percibían los sonidos armónicos
típicos de una construcción en mampostería y techo liviano.
Al levantarse, todos los lugareños se trasladaron al centro del pueblo
en estado de inconsciencia, pero sincrónicamente, al lugar donde hoy está el
parque central. En uno de los laterales de la plaza encontraron la iglesia,
impecable y señorial, acabadita de construir.“¡Esto es una Obra de Dios!”,
clamaron al unísono.
El Reloj de sol y el parque
El parque es el lugar donde los “herejes” pretendían levantar su meca
de adoración, en contraposición a la divinidad. Quien va a Bánica nota que a
ambos lados del parque se elevan dos muros, uno al frente del otro. Según los
lugareños eso es una muestra fehaciente de la negación del Poder Santísimoa
esas fuerzas oscuras.
En el centro de esta plaza (¿alegórica de la eterna lucha entre el
cielo y el infierno?)está el reloj de sol que, junto al de Santo Domingo, es
considerado una joya universal de la relojería solar, construido por la Iglesia
Católicadurante la época de la colonización. Sin embargo, hoy está vuelto
ruina, desvencijado por los rigores del tiempo y la mano intrusa. Su actual
estado lo asemeja a un mogote de hormigón arruinado.
Muchos afirmanque debajo de este reloj se esconde un inmenso tesoro,
en onzas de oro macizo. Tanto a calado la leyenda que no han faltado los
intentos de demolerlo, con el solo propósito de hacerse del tesoro escondido. Que
ello no haya ocurrido es el verdadero milagro.
Miguel Ángel Cid
Twitter: @miguelcid1
7enero 2015
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