Por Miguel
Ceara-Hatton
Según la Encuesta Hoy-Gallup, el 65.7% de los dominicanos
califica “las condiciones actuales del país” como mala o muy mala. El 51.6%
considera que su situación económica personal es mala y muy mala. Esta
percepción negativa sube al 72.5% en las mujeres. El 53.2% dice que al “final
del período del gobierno la situación económica de RD estará” igual o peor. El
63.4% de la población entiende que las “cosas” no se mueven o va mal. Pero el
dato más dramático es que el 85.7% dice que no hay ninguna o poca posibilidad
de salir de la pobreza. Al mismo tiempo, el 60.3% de la población dice que el
país está progresando.
¿Cómo explicar esta paradoja? Pobreza generalizada, las “cosas”
estancadas o en retroceso, ausencia de expectativas de mejorar pero al mismo
tiempo decir que el “país está progresando”.
Sencillamente por la “ideología del progreso” encarnada en el
partido oficial, para quien el progreso son las cosas, los edificios y las
avenidas del polígono central, los centros comerciales, los carros lujosos, los
exquisitos y caros restaurantes de Santo Domingo y Santiago, Casa de Campo, la
revista “Hola” y “Forbes”, la posesión de tecnologías, entre otras cosas.
Para esa “ideología del progreso” las personas no existen, sobre
todo los que residen fuera del polígono central en Santo Domingo o fuera de
algunos edificios bonitos de Santiago. En esa concepción de “progreso” las
personas son invisibles, no existen y son un estorbo porque “afean” las
ciudades. Es por esa razón que la gran mayoría de los indicadores de bienestar
e institucionales de la República Dominicana muestran retroceso o
estancamiento, avanzan mucho menos (cuando lo avanzan) que lo avances de
América Latina, están muy por debajo del valor esperado dado el
estándar mundial que relaciona el PIB percapita con esos indicadores y muestran
una gran desigualdad social y territorial.
¿Qué ve la gran mayoría de la población? Edificios y carros
lujosos, centros comerciales inaccesibles, etc. pero al mismo tiempo exclusión
y una desigualdad que se corona con el reino de la impunidad y el secuestro de
las altas cortes. Por eso se habla de “progreso” cuando se construyen edificios
iluminados mientras la gran mayoría pierde la esperanza, se hunde en la pobreza
y pierde derechos. La paradoja es el efecto de la “ideología del progreso” al
cual hay que derrotar, entendiendo que solo se progresa cuando mejora la
calidad de vida de la gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .