Por Isaac Terrero y Julio Alejo
SANTO DOMINGO, R. D.- En la entrega anterior de esta
serie de reflexiones se había reseñado la celebración de sendas asambleas, en
el PRD primero, y luego en el PLD, eventos que según las predicciones del
secretario de asuntos municipales del PRD, preludiaban una fácil victoria en su
favor, ya que entendía que podía manejar el candidato escogido por el partido
oficialista para ocupar la presidencia de Fedodim y convencerlo para que
declinara de sus aspiraciones presidenciales y pasara a formar parte de una “plancha
única de consenso”, pero asumiéndose nuevamente como secretario general de
Fedodim. Y, colorín colorado, el cuento habría terminado…
Bien reza el dicho, “en política no hay nada escrito”.
El candidato escogido legítimamente en la asamblea del PLD hizo valer el
mandato partidario de tomar el control de esa entidad asociativa. Y, cuando en
la asamblea eleccionaria, el director ejecutivo de Fedodim, trató por todos los
medios de convencerle para que aceptara la segunda posición en orden de
importancia, sucedió lo previsible. La mayoría impone su fuerza.
Las artimaña, triquiñuelas y trapisondas políticas
fueron tales, que el director ejecutivo de Fedodim llegó al punto de vender la
especie de que se pospusieran para el día siguiente las votaciones, a los fines
de esperar una comunicación que enviaría el secretario de organización del PLD,
en la que supuestamente, se le brindaría el apoyo de esa agrupación política al
candidato del PRD. Pero, ¿qué comunicación podía enviar el senador de San Juan
de la Maguana, cuando previamente, la secretaría de asuntos municipales del
oficialista partido había tomado una decisión irrevocable con el apoyo de su
presidente?
La desesperación y la impotencia fueron tan grandes,
que hasta se llegó a decir, la noche antes de las votaciones, que los
presidentes del PLD y el PRD estaban negociando en New York una plancha de
consenso en la que saldría beneficiado el candidato del director ejecutivo de
Fedodim. Nunca se produjo una llamada de los indicados líderes; nunca se
produjo una llamada del secretario de asuntos municipales del PLD y; nunca
llegó la esperada carta. El mandato previo a la partida hacia la ciudad más
Cosmopolitan del mundo era muy claro y determinante. Presentar y elegir una
plancha en la que el PLD estuviera el control prácticamente absoluto de la
institución. Y, así ocurrió.
El nuevo presidente de Fedodim, es el señor Francisco
Concepción, quien es el director de la junta de distrito del distrito municipal
de Boyá, municipio Monte Plata, provincia del mismo nombre. De quien se conoce
la condición de buen gerente, con dotes de emprendedor que desarrolla un
hermoso proyecto ecoturístico en su distrito municipal y quien siempre mostró
desacuerdo con la mayoría de los manejos políticos y administrativos de la
pasada dirección de Fedodim, pero que supo esperar su momento.
Con esta imposición de la mayoría aplastante del PLD,
se pueden observar en el panorama asociativo tres grandes derrotas, sin
menoscabo de otras no menos importantes. La primera derrota, la recibe el
presidente del PRD, ingeniero Miguel Vargas, ya que con su presencia en la
mencionada asamblea de ese partido dio el frente para mantener el control de
Fedodim, causa que se le convirtió en fracaso, puesto que el apoyo casi seguro
que presumía tener del su homologo del PLD no fue materializado y sus muchachos
no salen del espanto.
La segunda y más contundente derrota, la recibe el
secretario de asuntos municipales del PRD, quien conjuntamente con su pupilo,
se negaron a cumplir lo pactado con la secretaría de asuntos municipales del
PLD, cuyos términos han sido reseñado en estas prospectivas y consistían en que
el PLD tomara la presidencia de Fedodim, en virtud de la mayoría que ostentan y
el PRD asumiera la dirección ejecutiva y la secretaria general de Fedodim,
dejando para el PRM, el cargo de tesorero, y con ello producir algún tipo de
equilibrio.
Al momento de ejecutar lo pactado, hicieron todo lo
contrario. Incidieron en la elección del candidato del PLD, mal creyendo que se
beneficiarían de ello, además de presentar una plancha unilateralmente, en la
que no figuraba como presidente el señor Concepción y en la que el PRD mantenía
el control absoluto de la institución. Más aun, dejando fuera la participación
del PRM, que como se estableció en el anterior escrito, son cerca de cuarenta
directores con derecho a voz y voto y que en los próximos días serian más, algo
que probablemente pesó en las derrotas.
La tercera derrota, la recibe el PRD, agrupación
política que continua su curso reduccionista, en el entendido de que pierde el
control de la entidad asociativa municipal más numerosa del país, con la que se
pretendía enarbolar la bandera de partido municipalista para sostener el
proyecto político a la presidencia de la República de su presidente.
De modo que, esta asamblea deja una gran experiencia.
Una derrota por partida triple del PRD y los acólitos seguidores de su
presidente y candidato presidencial en la municipalidad. La gran incógnita es:
¿cómo esta violación de pactos y convenios políticos y asociativos por parte
del secretario de asuntos municipales del PRD incidirían en la escogencia y
definición final de las autoridades de Fedomu, ya que no es de confiar? Es de
conocimiento generalizado que el PRM ahora es la segunda fuerza política del
país y de alguna manera ayudó al PLD a ocupar por primera vez la presidencia de
Fedodim. Esto ha sido ratificado por el propio presidente del PRD, quien desde
New York ha lanzado laureles en pro de una alianza con esa organización
política y su líder de manera particular, el ingeniero Hipólito Mejía.
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