Por Miguel Pineda López
En reuniones por
separado con Miguel Vargas Maldonado, Hipólito Mejía y Luis Abinader realizadas
recientemente, el Lic. Hatuey Decamps advirtió a estos prominentes líderes
nacionales que si no ponían un alto a las agresiones y enfrentamientos le
estarían allanando el terreno para que el PLD ganara las elecciones del 2016.
Hatuey Decamps ha
estado haciendo ingentes esfuerzos para lograr la unidad de la oposición y
particularmente del Partido Revolucionario Dominicano, pero la insensatez, el
personalismo y la falta de comprensión de los sectores en pugna ha
imposibilitado esa loable iniciativa. Su residencia en Naco se ha convertido en
una especie de santuario político y sin embargo a pesar de su agudeza y
sagacidad como negociador o mediador los resultados son negativos.
Ante el hecho
consumado de la división del PRD y el surgimiento del llamado Partido
Revolucionario Mayoritario, cuya oficialización o rechazo está en manos de la
Junta Central Electoral, el Lic. Decamps Jiménez solicitó a los mencionados
líderes frenar la confrontación, a fin de facilitar un pacto en una posible
segunda vuelta, pero según sus propias palabras el silencio fue la respuesta.
Tenemos que
destacar el individualismo que ha primado en esta lucha, contrario a otras
divisiones que se caracterizaron por cuestiones ideológicas y los métodos
utilizados para alcanzar el poder como fue la confrontación Bosch-Peña Gómez en
la que indudablemente se impuso la tesis del extinto líder perredeista de
que era posible derrotar a Balaguer en el marco electoral.
En esta ocasión ha
habido una verdadera desnaturalización de la función o el papel de un partido
político que es alcanzar el poder y por ello el aventurismo y el sectarismo
están a la orden del día.
Los antecedentes
históricos son irrefutables y contundentes y por tal razón, divididos no van
para ninguna parte en términos electorales y el ejemplo de Jacobo Majluta
cuando fundó el PRI es suficiente para que no se repitan los mismos
errores.
La profética
advertencia de Hatuey Decamps a Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Luis Abinader
se parece a la que le hiciera el Ing. Ramón Alburquerque al propio ex
Presidente Mejía Domínguez cuando propició la modificación constitucional para
permitir la reelección, que es a nuestro juicio la génesis de todos los
males perredeísta. Ojala que esta vez aprendan la lección y rectifiquen a
tiempo para bien del equilibrio democrático dominicano.
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