POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA
Un día como hoy, pero hacen
115 años, muere ajusticiado el tirano Ulises Hereaux, alias Lilís en Moca, a
manos de los jóvenes Dominicanos, de la época, Horacio Vásquez, Ramón Cáceres y
Jacobito de Lara.
Hombre brillante
con su espada, valor e inteligencia en la lucha por la restauración de la república
y gran estatura física, con 6 pie y 4
pulgadas, es nombrado por un escritor
Norteamericano como el “Hércules Negro”, que pasó desde quedar lesionado por un
duelo a cuchillos con un portentoso
gigante Neibero, el sargento Cremallera,
que inducido a provocarlo por su in conducta como cuatrero, provocándole con el
siguiente lema, “hay en este campamento un negro mentecato. Yo pido que lo vigilen
porque es ladrón como los gatos” , a tener varios percances en combates de la
guerra de los seis años, bajo el gobierno de Meriño fue anunciada su muerte en
varias ocasiones, incluyendo una en que se recuperó de un balazo en la nuca.
Con toda la hazaña
heroica en su haber, escaló al poder, para con el implantar el terror, crimen y
el robo, llegando a un enriquecimiento que al ser ajusticiado un día como hoy,
fueron confiscados, no alcanzado el
disfrute de los mismos por parte de sus familiares, quedó en el zafacón de la
historia como se merecen todos los tiranos agentes de los intereses
extranjeros, agentes del crimen, el abuso y pisoteadotes de los principios democráticos.
A su muerte y
desordenes legados por su conducta, el país vivió momentos amargos en su
historia, para con ellos, después de una cruenta intervención Norteamericana y
sucesos colaterales que dieron como parto al gran terror de los 31 años, la
llegada de Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien afianzado por la destrucción
de la capital dominicana por un gran huracán, el San Zenón (1 de agosto 1930),
manejó el país con tal criterio de propiedad, que la mayoría de las
edificaciones hechas el país para sus
estadías, tiene una forma de T en su vista superior, es decir, vista desde
arriba.
Hoy en día, en el
discurrir de nuestros días, pseudos democráticos, contemplamos dos especímenes
de esas pretensiones, uno, de carácter ilustrado y el otro, con impresión de
ser políticamente, “más bruto que el diablo”, firmaron ambos, un pacto, que el comunicador José
Laluz denominó como el “de las corbatas Azules”, esto, porque en el protocolo
que suponemos le impusieron, estuvo hasta en la vestimenta, ( no estamos
acusando a los de hoy de las acciones personales de Lilís, aunque si su
accionar político).
Después de este
pacto, la suerte del PRD y la del Ingeniero Miguel Vargas ha cambiado, la
integridad del partido camina inversamente proporcional al cúmulo de sentencias
graciosas conseguidas por Miguel en los tribunales conformados después de ese
cuestionado pacto.
El descaro ó
desfachatez de los hechos más recientes, los de la mal llamada convención
perredeísta, en la que más de un millón de perredeístas fuimos excluidos del
padrón partidario e incluidos figuras de otros partidos, con gravedad tal, que
en Neiba, en la mesa número seis, donde yo voto de por vida, solo de más de
seiscientos, aparecieron dieciocho y en una de esas mesas, un funcionario
edilicio, pariente y muy querido por nosotros fue a votar, la fuerza
perredeísta autentica presente se lo impidió, ya que el es Concejal por el BIS
ante la Alcaldía de Neiba y miembro prominente del referido partido, lo sacaron
a la fuerza. Todo esto prohijado por el doctor Fernández y ejecutado por Don
Miguel, ha pesar de expresar públicamente en el referido pacto que su misión
era ayudar a la unidad de ese partido opositor, en aras de preservar la
democracia, Palabras, tan solo Palabras…
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