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miércoles, 23 de julio de 2025

Maltratar a un animal te podría llevar hasta un año de prisión y multa de hasta (50) salarios

SANTO DOMINGO, R. D.- Un perro murió tras ser lanzado por un hombre desde el piso 11 de una torre residencial en el sector Bella Vista, Distrito Nacional. El presunto responsable es un estadounidense identificado como Michael Williams, de 38 años, quien fue arrestado por las autoridades y será sometido a la justicia.

 

El hecho ocurrió en el bloque C de la torre Villa Palmeras XXII. El animal impactó el bonete de un vehículo Chevrolet rojo, propiedad de un ciudadano identificado como Daniel Fernando Batista, y falleció. 

 

Al momento de su arresto, a Williams se le ocupó un perro de raza dóberman, color marrón, el cual presenta signos de maltrato, específicamente en el área del cuello.

 

El abogado Amadeo Peralta, explicó que millones de personas en la República Dominicana, no saben, ni conocen que desde hace más de 13 años, existe una ley de protección animal y tenencia responsable creada en el año 2012 y tampoco saben que existe un departamento especializado, ni un centro de atención al ciudadano, adscrito a la Procuraduría General de la República, para recibir, investigar denuncias y someter a la justicia a quienes violenten la ley No. 248-12.

 

El abogado explicó sobre las consecuencias  legales que puede enfrentar el sr. Michael Williams, si se comprueba que su perro murió tras ser lanzado desde el piso 11 de la torre donde reside, luego de ser captado el deceso del animal en un video ya muerto en el bonete de un vehículo Chevrolet rojo, propiedad de un vecino, nos aclaró que un hecho como ese es calificado por la ley de protección animal y tenencia responsable en su artículo 66, como “actos de crueldad” y que la pena mínima a imponer en ese caso es de 6 meses y la máxima de un (1), año de prisión preventiva y una multa mínima de (25) salarios y una multa máxima de (50) salarios, también le pueden conocer medidas de coerción y un juez decidir de entrada si le impone o no prisión preventiva por  “actos de crueldad”, contra ese animal indefenso y una persona que anteriormente haya sido condenada por ese delito podría sufrir (2) años de prisión y una multa de (100) salarios.

 

De igual modo le preguntamos, cuál es el procedimiento a seguir en estos casos y nos explicó que si se hubiese tratado de un apresamiento en flagrante delito, la policía nacional, el ministerio de salud pública o la Fiscalía del Distrito nacional, lo conducirían al destacamento más cercano y en un plazo de 48 horas, se les solicita medidas de coerción , casi siempre de prisión preventiva, pero como han transcurrido ya varias horas del hecho, el ministerio público, debe estar gestionando una orden de arresto, para conducirlo ante el juez de atención permanente del Distrito Nacional y presentarle una solicitud de medidas de coerción por los hechos verificados.

 

Amadeo Peralta sostuvo que el sr. Michael Williams, con esos hechos que le está imputando el Ministerio Público, violento las disposiciones de los artículos 18, acápite 3, artículo 19, acápite 2,, artículo 59, acápite 3 y el artículo 61, acápites 3,12 y 16, que califica los hechos vistos en el video como “actos de crueldad” y por vía de consecuencia el artículo 66 de la misma ley establece que para esos casos la pena mínima a imponer es de 6 meses y la máxima de un (1), año de prisión preventiva y una multa mínima de (25) salarios y una multa máxima de (50) salarios.

 

Sostuvo el jurista que, la ley 248-12, de protección animal y tenencia responsable, en su artículo 18 acápite 3, establece dentro de las obligaciones que debe tener quien está criando un animal doméstico está el no realizar actos u omisiones carentes de motivos razonables o legítimos, que sean susceptibles de causar a un animal dolores o sufrimientos considerables o que afecten gravemente su salud; (como ocurrió en este caso).

 

De igual modo el artículo 19, acápite 2, establece que al animal no se le puede causar ni permitir se cause daño, sufrimiento, maltrato o tratos crueles a los animales de su propiedad o bajo su cuidado, mientras que el artículo 59, en su acápite 3, califica como “negligencia”, Cometer omisiones voluntarias o hacer cualquier cosa que cause o procure sufrimiento innecesario a un animal. (como ha sucedido en este caso).

 

Refiere además, que son más graves aún las sanciones que prevé el artículo 61, acápites 3, 12 y 16, de la misma ley, que califica como “actos de crueldad”, Maltratar a un animal de forma alevosa, por maldad, brutalidad, egoísmo y satisfacción; Llevar a cabo cualquier operación dolorosa en un animal de manera no profesional; Lastimar o arrollar animales de manera intencional, cause torturas o sufrimientos innecesarios a un animal o le provoque la muerte.

 

También aclaró, que hay acciones crueles contra los animales contempladas en el artículo 61, que los ciudadanos no saben que puede sufrir también hasta un año de prisión ;(acápite 4), por abandonar a los animales domésticos o bajo cuidado; (acápite 10), Por mutilar innecesariamente partes de un animal viviente; incluye cortarle el rabo y las orejas; (acápite 15), Intervenir quirúrgicamente animales sin anestesia o sin poseer el título de médico veterinario, salvo en casos de urgencia debidamente comprobada; (acápite 16), Lastimar o arrollar animales de manera intencional, cause torturas o sufrimientos innecesarios a un animal o le provoque la muerte; (acápite 17), Practicar zoofilia.

 

 

 

Por último, invita a toda la población a leer los 84 artículos que contiene esa ley, la cual también castiga otras acciones contra los animales, vinculados a la venta, alojamiento, carga, albergues y otras disposiciones importantes.

 

 

jueves, 29 de junio de 2023

Abogado mentiroso y el daño que le hace a la sociedad


 

Por Amadeo Peralta

 

Recientemente un fiscal me comentó que cuando tal abogado va a su despacho, no le cree aun sea verdad lo que dice, por la frialdad con que suele hablar mentiras a tal punto que parece que el propio abogado ya se las cree lo que es digno de ser estudiado por la psiquiatría y estoy seguro que los jueces que lean este artículo recordarán enseguida algunos seres especiales como los mencionados y no los culpen pero ayudenlos que necesitan asistencia psiquiátrica  para controlar la impulsividad de ser mentirosos.

 

El 99% de los abogados son honestos y si usted es uno de ellos siéntase orgulloso, pero no podemos negar que todos los profesionales se forman inicialmente en el hogar y si una persona viene con deficiencias de conducta y con malas costumbres desde el hogar no podemos esperar que en su vida profesional no practique lo que de nacimiento sabe,  pero hay un 1% que jode la moral de los demás y esos seres especiales la sociedad debe tenerlos muy en cuenta por ser un reto a combatir.

 

En opinión del abogado Amadeo Peralta, entiende que pudiera estar equivocado, pero entre todas las profesiones liberales la profesión de abogado es la que más exige honestidad, respeto, confianza, rectitud, seriedad e integridad personal, quienes no tienen nada de esto están destinados al fracaso y seguramente no entenderán la profundidad de este análisis porque para esos pocos “el fin a perseguir justifica sus medios”.

 

En el ejercicio de la abogacía, cuando un abogado se dedica a defender un cliente diciendo mentiras delante de colegas, jueces y fiscales y hasta en los medios de comunicación, no sabe el daño que se hace como persona, como profesional y la confianza que pierde frente a quienes están para impartir una solución judicial a sus casos, ya que la mentira se hace demasiado evidente a flor de labios.

 

Un abogado pierde respeto, estima y consideración cuando hace parte de sus argumentaciones, la mentira y no se dan cuenta que muchas personas incluidos sus propios clientes no confían en ese abogado sobre todo cuando sus mentiras se convierten en el pan nuestro de cada día, las cuales las pronuncia de manera normal como si quienes están a su lado no se percatan de la batería de embustes que él mismo dice a tal punto que lo he visto personalmente mientras le suena una llamada y el abogado contesta “sí, estoy llegando” siendo mentira, o dice delante de otro “estoy en La Vega”, estando en la capital, entre un millar de mentiras que las dice delante de sus hijos, esposa o empleados y colegas y a veces las celebra. Si usted es uno de esos, revísese que algo anda muy mal en su personalidad y seguro necesite ser visto por un profesional que maneje estas conductas desviadas.

 

Un defecto paralelo y mortal en la profesión jurídica es la adulación maliciosa contra un colega a sus espaldas, esto casi siempre producto de la envidia o del éxito profesional del otro abogado, que va avanzando por encima del cadáver profesional de otro colega que no lee, que no se actualiza o que no avanza profesionalmente, porque posee defectos en su personalidad que no le permiten conseguir buenos clientes y recurren a las críticas personales con sus colegas, haciéndole loor a la frase “las críticas a mis espaldas son el honor que hacen la envidia y la mediocridad al talento”.

 

La mentira y la mediocridad son peores cuando se deben soportar en silencio, cuando la cortesía y la solemnidad te piden que calle ante un abogado emocionado y embriagado de embustes y mentiras, mientras los demás quieren explotar. Eso es un sufrimiento constante en el ejercicio de la profesión, por suerte no generalizado.

 

Me llama la atención como un abogado es capaz de decir una mentira atroz y luego irse a dormir “tranquilo”. Quisiera que la psicología pudiera definir estas conductas de cómo un abogado es tan capaz no solo de tragarse una pasta de jabón y ni siquiera eructar, sino hasta si fuera necesario tragarse un tiburón p……para justificar sus medios,  por suerte son la excepción porque el 99% de los colegas no lo hacen y sé que la clase jurídica ha tenido la oportunidad de encontrarse alguna vez con esos seres excepcionales y dignos del estudio de la psiquiatría.

 

Cuando un abogado jura ante Dios por la patria y por su honor, respetar y hacer respetar las leyes, sus principios morales y éticos, es con el deber de darle honor a la profesión, los jueces y fiscales están en el deber de amonestar verbalmente al abogado mentiroso porque este con sus mentiras intenta influir en ellos y llevarlos o inducirlos a error en sus decisiones, por eso deben ser descubiertos de inmediato y hacérselos saber, con eso contribuyen a limpiar el entorno de esos fabuladores, mentirosos y sinvergüenzas en beneficio de dignificar la profesión.

 

Hay abogados que cuando hablan ya han perdido tanto la credibilidad moral que de antemano, nadie les cree aún estén en ese solo instante diciendo la verdad, eso es fatal para un abogado cuando su credibilidad se la comieron los cuadrúpedos realengos y él ni siquiera se da cuenta.

 

Las excusas banales e injustificables en un abogado les son perjudiciales frente a sus clientes, jueces y fiscales, un abogado que les haya prometido una solución mágica o imposible a su cliente solo por cobrarle honorarios al final quedara muy mal, perderá el caso, el cliente y fácilmente estaría sometido frente al tribunal disciplinario del colegio de abogados, viendo como le dan por la cabeza con todos los artículos del Código de Ética.

 

Los abogados aspiramos a una profesión libre de abogados mentirosos, fabuladores  mediocres, hipócritas, que por cobrar dinero son capaces de atropellar a quienes se les cruce en agitada marcha al fracaso, abogados que intentan defender lo indefendible alegando que poseen licencia para ello, desvirtuando el derecho, en total impertinencia dilatan los procesos, acuden a recursos que la ley no permite, recusan jueces que intentan aplicar la ley, idean descabelladas salidas extrajudiciales, recurren al fraude moral y perverso y son expertos en la desaparición de expedientes, recurriendo a todo tipo de falsedades; que no logran comprender que no es sano el que “el fin justifique los medios” y que tarde o temprano esas acciones se van a revertir en su contra.

 

En cada tribunal hay cientos de casos que si los abogados que los depositan hicieran una reflexión con sus conciencias no los depositaran, porque ellos mismo saben que solo pretenden burlar al juzgador con esos adefesios plagados de mentiras.

 

Invito a mis colegas a buscar y leer diversos artículos vinculados con este tema y cuyos títulos en google son: ¿Hay que ser mentiroso para ser abogado?, ¿son corruptos los abogados?, ¿Cómo es el día de un abogado?, ¿Cuáles son las series o películas que todo abogado debe de ver?, ¿Cómo es trabajar en un bufete de abogados de élite?

 

Cualquier parecido de este artículo con la realidad, no lo tome para usted, ni tampoco me refiero a nadie en particular, si no, asúmalo como una pura casualidad pero compártalo.