Por JUAN T H
Si yo fuera el
presidente Luís Abinader hace tiempo que hubiera abandonado las redes sociales
porque le ocupan demasiado tiempo y energía, generando demasiado estrés
emocional, lo cual le impide relajarse, tener un sueño profundo y reparador
para activar la dopamina, ese neurotransmisor y hormona producido en el cerebro
que desempeña un papel determinante en la memoria, el placer, etc. El ser
humano está diseñado para dormir entre seis y ocho horas todos los días.
Y el presidente
Luís Abinader duerme poco, descansa menos de lo que debe descansar. Se ha
convertido en un adicto el móvil. Incluso en las reuniones del partido y del
gobierno, se le vez “chateando” con los “compañeros”, respondiendo mensajes,
devolviéndole a los “influencer”, etc.
Cuando llega a su
hogar, después de una agotadora jornada de trabajo, vuelve al móvil, tiene más
de uno, para continuar laborando hasta dos y tres de la madrugada. El
presidente no sólo es adicto al celular, también es adicto al trabajo. No sé de
dónde saca tanta fuerza, tanta energía, ¿será que también es adicto al país?
Cuando se le habla
de tomarse unas vacaciones como lo hacen hasta los presidentes de Estados
Unidos, dice que lo hará cuando termine el gobierno o muera como cualquier
mortal. Tiempo habrá luego para dormir y descansar. (No sé que pensará doña
Raquel y las “niñas”, que ya son adultas, sobre el particular).
La cosa es, mis
queridos lectores, que considero que el presidente Abinader debe “soltar” el
celular. No dedicarle tanto tiempo, no responder tanto. Las redes no tumban
gobierno. El presidente debe delegar más, que sus colaboradores y compañeros
jueguen el rol que le corresponde en la defensa y protección del gobierno y del
propio mandatario, sobre todo los aspirantes a sustituirlo en el cargo.
Mucha gente,
incluso del PRM, no parece darse cuenta del “tolete de presidente” que tiene el
país. Un hombre dedicado 24/7 al trabajo, con honestidad y transparencia, ubicándose
entre los presidentes con mayor nivel de aceptación popular de toda América
Latina, según dicen las encuestas. Este país tiene lo que ningún otro de la
región: paz social, estabilidad, gobernabilidad y democracia. ¡Eso no tiene
precio, amigos!
Dicen que nadie
sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Defendamos lo que hemos logrado como
pueblo. Abinader es un buen presidente, a pesar de los yerros, de los “golpes
bajos” de muchos de sus funcionarios que han traicionado su confianza, a pesar
de las acusaciones malsanas de intentar vincularlo con el narcotráfico a
sabiendas de que en ningún gobierno anterior se ha combatido ese flagelo con
más fuerza y determinación que en el de Abinader, según establece la DEA. (El
general Cabrera Ulloa, jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas
informó que actualmente se han incautado o decomisado mas de 159,400 kilos de
drogas a nivel nacional. 67 mil 373 kilogramos, y miles de apresados) El PLD de
Leonel y Danilo, no pueden ofrecer una cifra ni siquiera parecida. En los 20
años del PLD se pagaba para no matar, incluso en “especies”, no solo en dinero.
En materia
institucional lo que se ha logrado también es mucho para fortalecer el Estado
de Derecho. Modificación de la Constitución, fortaleciendo la no reelección,
próximamente nuevo Código Penal, Ministerio Público en camino de ser verdaderamente
independiente, con nuevos fiscales apegados a la ley, nuevos jueces, incluso en
las “altas cortes”, nuevo Consejo Nacional de la Magistratura, nuevo Ministerio
de Justicia, Roberto Santana como director del Sistema Penitenciario, lo cual
es garantía de transparencia y honestidad. Se acabo el “macuteo” de la policía
y los militares, etc.
En materia de
infraestructura las obras inauguradas todas las semanas están ahí, a la vista
de todo el que quiera verlas. Dicen que no hay más ciego que aquel que no
quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír, (puentes, carreteras,
hospitales, escuelas, universidades, acueductos, presas, viviendas de bajo
costo para gente pobre) no como las torres de lujo que levantó Leonel para los
dirigentes y funcionarios de su gobierno) canchas deportivas, multiusos, etc.,
etc.
Este país es otro.
Solo hay que ir a Santiago, San Francisco de Macorís (mi pueblo que ya no lo
conozco) Higüey, La Romana, Bávaro, Peravia, Puerto Plata. La Capital, Santo
Domingo, La Provincia, Barahona, San Juan de la Maguana, Bahoruco, Cotuí. La
presencia del gobierno del presidente Luís Abinader se extiende positivamente
por todo el territorio nacional. ¡Si señor!
Y ni hablar de la
construcción de extensiones de la UASD, del ITLA, de INDOTEL, Ministerio de la
Mujer, Ministerio de Deportes, Plan Social, entre otras que en el pasado eran
la “cenicientas” del Estado, abandonadas por falta de inversión estatal. Ni hablemos
de las inversiones grandiosas en el sector eléctrico, a pesar del apagón
general, del monorriel de Santiago, de los túneles y elevados, del “cambio” que
por fin llego a la Isabel Aguilar (el nueve) que Danilo Medina, a pesar de
haber nacido en el Sur (el empobrecido Arroyo Cano) no hizo ni mierda por su
pueblo. ¡Cínico abusador!
¿Y qué decir de
los cambios en la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas? ¿No comienzan a notarse
ya en sus filas? ¿Alguien quiere hablar del sector Turístico, de hoteles,
playas, montañas, cruceros, etc.? ¿Alguien quiere hablar del Ministerio de
Agricultura? En este país no hay desabastecimiento. ¡Hay de todos los alimentos
en de la canasta básica los mercados, supermercados y colmados! ¡Los planes
sociales son una garantía de estabilidad y gobernabilidad!
¿Qué hay corrupción?
¡Claro que hay corrupción! Pero se combate, porque como ha dicho Abinader,
tiene “amigos, pero no cómplices”, asegurando que en su gobierno no hay, ni
habrá, vacas sagradas”, que todo aquel que haya cometido dolo, pagará con sus
huesos en la cárcel. (Espero que así sea, juro por mi madre murta, que espero
que el presidente cumpla su promesa)
(El cantautor y
compositor cubano Pablo Milanés escribió: “No vivo en una sociedad perfecta, yo
pido que no se le de ese nombre, si alguna cosa me hace decir eso, es porque la
hacen mujeres y hombres”)
Presidente
Abinader, “suelte el celular”, olvídese de las redes y las plataformas
digitales dedicadas, muchas de ellas, a la mentira, la difamación, la injuria,
le extorción y el chantaje. Recuerde que casi el 70% de las informaciones que
aparecen en esos medios son falsas y que una cantidad similar de ciudadanos las
da como verdad y la reproduce. La mentira, Donald Trump, su amigo, la ha
convertido en una “arma política” para enajenar y embrutecer a las masas
ignorantes de todo el mudo.
Suelte las redes,
presidente, tire el celular en un rincón, déjelo en una gaveta por un buen
tiempo y dedíquese a gobernar, que lo está haciendo muy bien. No importa que
los perros ladren, como dice El Quijote, es sinónimo de que avanzamos.
´PD: No sé si han
notado que en este país solo hay “crisis” algunos días de la semana. El “lunes,
para el que puede”, martes, la chercha disminuye, pero miércoles, jueves,
viernes, sábado y domingo, los malecones de todo el país se abarrotan de gente
bailando y bebiendo. Todos los restaurantes de clase media y alta, llenos. Los
restaurantes, los bares saturados de gente tomando romo, wiski, cerveza, vodkas,
tequila, cocteles, etc. Tenemos un país alegre, divertido, bailando merengue,
perico ripiao, acudiendo más de 50 mil personas para ver a “Bad Bunny”, pagando
boletas exageradamente caras. Estamos frente a un pueblo que canta y ríe todos
los días. ¿Dónde está, pues, la crisis de la que habla la oposición? ¡Pregunto!

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