Por Miguel Ángel Cid Cid
El boom del momento en nuestra política de cada día
consiste en anunciar la reservación de candidaturas a cargos congresuales,
municipales e inclusive las candidaturas presidenciales.
Son las plazas apartadas para negociar con los
partidos aliados. Pero los partidos chiquitos y los chiquititos tienen poquita
cosa —por no decir nada— qué repartir.
La moda de anunciar la reserva de candidaturas para
negociar es una modalidad reciente. Hace poco tiempo eran las cúpulas
partidarias las que decidían a quienes designar como candidatos.
La Junta Central Electoral no tenía vela en ese
entierro.
Reservas según la JCE
El Pleno de la Junta Central Electoral aprobó una
resolución, basada en la Ley No. 33-18 de partidos políticos, para regular la
aplicación del porcentaje de las reservas de las candidaturas. Los partidos
deben reservar el 20% de sus candidaturas por cada nivel de elección para las
elecciones generales del año próximo.
Los niveles de elección son el nivel senatorial, el
nivel de diputaciones, el nivel de alcaldías, el nivel de regidurías, el nivel
de directores distritales y el nivel de vocalías.
Las reservas en Santiago
En la provincia Santiago el PRM reservó la
candidatura a senador, y las candidaturas a cuatro municipios y a cuatro
distritos municipales. Sin contar las candidaturas a diputados, a regidores y a
vocales de las distintas demarcaciones.
Es decir, las candidaturas más importantes de la
provincia están comprometidas con otros partidos.
Fueron reservadas las alcaldías de los municipios de
San José de las Matas, Jánico, Licey al Medio y Tamboril.
En los distritos municipales quedan comprometidas
las candidaturas a directores de El Caimito y de Juncalito, en Jánico; Palmar Arriba,
en Villa González y Hato del Yaque, en Santiago de los Caballeros.
En los medios noticiosos y en los mentideros
políticos suena que el principal beneficiado de las reservaciones es Julio
César Valentín, líder de Justicia Social.
El asidero de esos ruidos resulta de que los
municipios y distritos municipales señalados son controlados —salvo Licey al Medio— por Justicia Social.
El partido JS está en la espera de que la JCE le
otorgue el reconocimiento legal, que ya está solicitado bajo los requisitos de
la Ley.
Por todo ello algunos perremeistas están que pegan
el grito al cielo. Si en el PRM hay compañeros con la calidad para ganar esas
candidaturas por qué dárselas a unos de afuera, gritan.
En el otro ámbito, en el de la oposición, los
líderes del PLD y de la FUPU andan enchinchando a los aspirantes del partido de
gobierno que no son tenidos en cuenta a ver si pueden pescar en río revuelto.
Pero, al fin y al cabo, otorgar esas candidaturas a
Julio César Valentín o a otros movimientos políticos es una decisión del PRM.
Los demás partidos deberían velar porque las reservas hechas en Santiago por el
partido oficial cumplan con los preceptos que estable la Ley.
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