Por Miguel Ángel Cid Cid
El significado de las palabras recibe valor agregado
en los tonos musicales. Por eso Luis (Terror) Días no murió. Él hizo una
mudanza de espíritu, puso su cuerpo en descanso y fundió su aliento en el
cuerpo mortal de su discípulo José Duluc. Duluc transforma los canticos en
partituras.
Oriundo de las llanuras de Higüey, José Duluc se
internó —para no salir— en los bateyes, los cañaverales y los cafetales
dominicanos. Desde entonces anda en una búsqueda interminable aspirando
interiorizar en su repertorio los ritmos excluidos de la narrativa festiva y de
los salones.
Conversar con Duluc pone a los contertulios en un
conflicto de intereses en torno a cómo definir al maestro. Él se autodefine
como bailarín, pero anda calle arriba y calle abajo con una guitarra terciada
en la espalda. No obstante, tiene en su haber un repertorio de composiciones
que ponen en escena las costumbres más particulares de los dominicanos y que
parecían olvidadas.
Cuando habla de sus canciones, los canticos
tradicionales o de composiciones ajenas, sus ojos brillan de emoción. Entonces
él pela por la guitarra o recurre a la superficie de una mesa como símil del
tambor para explicar el sentido de cada copla.
Trayectoria
Era apenas un imberbe de once años cuando José Duluc
inició sus estudios musicales de trompeta en 1969 en su natal Higüey. Seducido
por los cueros de los tambores dejó atrás los metales de la trompeta. A los
veintidós cumplidos, en 1980, se integró como bailarín del Ballet Folklórico de
la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Sus dotes de compositor comenzaron a descollar desde
que sus músculos y sus nervios comenzaron a vibrar con los ritmos folklóricos
en los predios universitarios. La pasión por el baile la comparte con la
percusión. Ese ímpetu lo lleva a entregarse en cuerpo y alma no a los brazos de
Morfeo sino a la música popular alternativa.
Esa combinación de percusionista, folklorista y
compositor lo adentró en el oficio de investigador incansable de la música
dominicana.
José Duluc fue integrante de los grupos Palemba y Transporte
Urbano, este último liderado por Luis Días. Luego formó su propia agrupación Los
Guerreros del Fuego, pero no se quedó ahí, fundó, además, Ga´Caribe y Domini-Can.
Con estos grupos musicales ha grabado varios discos, entre ellos “Pánico” y “A
quién le creo”.
Duluc en otros artistas
Las composiciones de un gran artista son
consideradas siempre para ser incluidas en la producción de otros virtuosos. Es
el caso del maestro Duluc. Varias de sus piezas musicales han sido grabadas por
artistas renombrados en los escenarios nacionales y en allende los mares.
Entre los artistas de fama internacional y local que
han logrado éxitos con canciones del maestro Duluc están, por ejemplo: Chichí
Peralta con la “Ciguapa” obtuvo un disco de oro y otro de platino. Pero “Música
negra in the Americas” incluyó “El Caminante” en una compilación, grabada por
Duluc en el disco Música Raíz, Vol. 1; y junto a Maridalia Hernández interpretó
“Carnaval para gozar”, tema oficial del Carnaval Dominicano en 1997 hasta 1999,
luego la grabó Sergio Vargas. Diómedes y el Grupo Mío cantan “Pega´o de qué”.
Encabezando “Los Guerreros del Fuego” se ha
presentado en escenarios de Moscú, Rusia; en La Habana, Cuba; en Cergy,
Francia; en Japón, etc.
La banda la componen Gioel Martín, en la guitarra
eléctrica, Sunil Mejia en el Violín, Duluc en las percusiones, Manuel
Cornielle, en el bajo y Moises Silfa en la batería.
Investigación en marcha
La labor investigativa de José Duluc es indetenible.
Antes de terminar un trabajo inicia el otro, la ociosidad no es parte de la
agenda de Duluc.
En la actualidad se encuentra indagando los ritmos
tradicionales interpretados de oído por los campesinos y sectores urbanos. El
objetivo es transcribir al lenguaje musical la mayoría de estos cánticos. Es
decir, poner en el pentagrama las tonalidades de cada ritmo, eso que los
músicos llaman partitura.
Una vez los compases musicales del folklor estén
traducidos en partituras los músicos de cualquier otro país podrán
interpretarlos sin importar su idioma. Pretende establecer un puente entre las raíces
sociales, la oralidad y la escritura musical.
El maestro José Duluc vino a Santiago a ofrecer un
concierto en uno de los bares instalado en el Boulevard de los Artistas. Josué
Gómez, arquitecto, folklorista y gestor cultural me contactó para sostener una
conversación entre amigos. Tuvimos como lugar de encuentro El Punto de Juan
Isidro Inoa, un bar para juntar las almas libres.
En suma, este modesto recuento muestra las huellas
de Luis Días infundiendo Terror al través del espíritu indomable de José Duluc.
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