Por Darwin Feliz Matos
El asesinato de la joven Chantal Jiménez
Vargas, fue una tragedia que pudo haber sido evitada, lo que provoca mucha
indignación ante la indiferencia y negligencia de algunos miembros del Ministerio
Público con este flagelo que se ha enraizado en la sociedad, difícil de
extirpar. Todo parece indicar de larga
duración, lo que ha cobrado muchas vidas de mujeres y hombres en República
Dominicana.
La joven comunicadora y locutora, de
apenas 25 años, que fue ultimada de un balazo en el cabeza, perpetrado por un
hombre que se refiere fue su pareja sentimental, crimen que ha consternado a la
sociedad dominicana y de forma especial al mundo del espectáculo, ambiente en
donde se dio ella a conocer y se había desarrollado.
Chantal Jiménez Vargas, una reconocida
influencer, quien logró destacarse en los medios de comunicación, tanto en sus
inicios por su participación en el desaparecido programa “Sábado
Extraordinario”, asimismo como modelo, locutora y panelista de algunos medios
alternos como “Qtv” y “Cooltura radio”, de igual forma participaba con el
Youtuber Carlos Durán, con quien ya había realizado algunos videos.
Además de su fascinación por los medios
de comunicación, la joven asesinada buscaba abrirse espacio como emprendedora
con su propio negocio llamado “ArKo organlc”, dedicado a la venta de productos
cosméticos para las mujeres a través de su tienda virtual.
Las acciones aberrantes de su expareja
Jensy Graciano Cepeda, de 35 años, quien se quitó la vida tras cometer el
hecho, habían sido denunciadas anteriormente por ante la procuraduría de Santo
Domingo Oeste, debido a supuesta violencia de género.
El pasado día cinco de abril, Graciano
Cepeda fue detenido porque supuestamente le disparó a los pies y le rompió las
pertenencias a su expareja, pese a la denuncia que tenía Jensy y a las
agresiones realizadas contra Chantal, el Ministerio Público lo despachó a su
casa y no le despojó de su arma de fuego.
El hecho de haber liberado al joven Jensy
Graciano Cepeda y dejarle el arma de fuego, es una muestra irrefutable de que
se violaron algunos protocolos de seguridad por parte del Ministerio Público
actuante en el caso, el cual debió confiscarle su arma, mientras se investigaba
sobre el incidente y así evitar que la misma arma sirviese como cuerpo del
delito para posteriormente quitarle la vida a la joven y él mismo suicidarse.
Otro elemento preocupante fue que la
joven Chantal retirara la querella ante la petición de su padre, siendo esta es
otra omisión, por parte de las autoridades, debido a que este incidente de
violencia de género es de orden público, por lo que las partes no podían
convenir su libertad, sino que el Ministerio Público debió asumir y velar por
su protección y su vida.
Las autoridades del Ministerio Público
deben tomar medidas más estrictas e implementar acciones investigativas más
profundas para mitigar este flagelo que debido a los niveles de violencia
incrementados tras la pandemia nos azotan día a día.
Otras acciones a asumir por las
autoridades son evitar que muchos a través de las redes sociales y medios
alternos laceren el honor y la imagen de una persona fallecida publicando
imágenes sangrientas y en violación a la Ley 192-19 sobre Protección de la
Imagen, Honor e Intimidad Familiar Vinculados a Personas Fallecidas y
Accidentadas.
Las publicaciones de imágenes que
afecten su reputación, el buen nombre o su intimidad, fotos en hechos
sangrientos, así como la revelación o publicación en medios no autorizados del
contenido de escritos personales de carácter íntimo, dan lugar a demanda civil,
a fin de que los parientes sean indemnizados por los daños y perjuicios
causados.
Debemos no solo tomar conciencia, sino
que deben ser sanciones hacia a aquellos que buscan ultimar física y moralmente
a quien ya está muerto.
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