Por Miguel Ángel Cid Cid
El Almirante
Cristóbal Colón estableció en La Vega, la primera fábrica para fundir el oro
que pretendía saquear. Desde entonces, la común ha demostrado que tiene
capacidad para orientar su desarrollo. La prueba es el
carnaval.
La provincia congrega
una trilogía territorial representativa de un sistema ecoturístico único. El complejo podría
abarcar, por ejemplo, su propio carnaval. Los trillizos son los municipios: La
Vega-Jarabacoa-Constanza.
La Vega. Está sitúa
en el valle de la Vega Real, parte alta del río Camú, en el centro norte del
país, a 100 metros sobre el nivel del mar. Dista 30 kms. de Santiago, 126 de
Santo Domingo y 291 de Higüey. Antes del terremoto ocurrido en la segunda mitad
del siglo XV, La Vega se ubicó próximo al santuario del Santo Cerro.
Jarabacoa. Se
encuentra situada en la Cordillera Central, en el valle intramontaño que los
Tainos nombraron Jarabacoa. Se eleva a 530 metros de altura. Está rodeada por
los ríos: Yaque del Norte, el Jimenoa, el Guanajuma y el Baiguate. El nombre de
Jarabacoa significa “tierra de fuentes de agua”. La ciudad de la
eterna primavera, le dicen.
Constanza. Localizada
a 1,250 metros de altura, en la Cordillera Central, suelen llamarla la Suiza
del Caribe. Es la ciudad más alta de la isla y una de las puertas de entrada al
Pico Duarte, el punto más alto de Las Antillas Mayores.
Rutas ecoturísticas
Es probable que la
ruta ascendente La Vega-Jarabacoa-Manabao sea la más exótica de la isla
Hispaniola. Los recursos naturales son de una belleza exuberante. El ojo humano
es insuficiente para presenciar tanta hermosura. Mientras los visitantes van
trepando pueden pasar de un balneario a otro en cuestión de escasos minutos.
Balnearios y saltos.
La ruta, partiendo de La Vega brinda los balnearios
Acapulco, El Portón-Bayacanes y El Puente. En Jarabacoa están los balnearios la
Confluencia, Salto de Jimenoa I, Salto de Jimenoa II
y Salto de Baiguate; camino a Manabao se localizan La Cortinita, Los Dajaos y
Salto de los Monjes.
A la altura de
Constanza tenemos el Salto de Aguas Blancas y las frías aguas del rio Tireo.
Ruta al Pico Duarte
La escalada inicia
en La Ciénaga de Manabao, un camino de 23 km. El punto está a 1100 metros de altura
y, el Pico Duarte alcanza 3087 metros de elevación. El trayecto brinda un
paisaje de los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez.
La travesía dura dos días. El primer día, estando
sobre los 2400 metros de altura se divisa la comunidad de La Ciénaga, en
direccióno este está la confluencia Boca de los Ríos donde se confunde el río
Los Guano con el río Tablones para dar nacimiento al río Yaque del Norte.
Después del Valle
del Tetero, sobre los 2650 metros de altura, está la Agüita Fría. Las
corrientes de la Agüita Fría dan origen a otro rio que corre en dirección
opuesta al anterior. El río Yaque del Sur.
El segundo día
seguimos en hacia el oeste, la mayor parte del camino es plano, a 500 metros
aproximados está el Vallecito de Lilí, lugar de la estación meteorológica. A 1km
de subida se encuentra el Pico Duarte, el camino tarda unos 30 minutos.
La trilogía
municipal conjuga, por igual, una cultura de producción agrícola extensa y
garantista de la calidad de sus productos. Los rubros cultivados son: ajo, cebolla,
tayota, café, fresas, flores, apio, repollo, tomates, papas y coliflor, etc. La
producción avícola, además, suple de carne y huevos un segmento importante del
mercado regional.
El carnaval: buque insignia
Podría creerse que,
el carnaval vegano es la principal atracción de la zona. Pero no. El carnaval ha
sido diseñado con el propósito de presentar a La Vega como la principal
expresión carnavalesca del país. En una primera fase la celebración carece de
máscaras. Los personajes llevan el rostro pintado y actúan bajo la modalidad colectiva
o teatralizada. Las fiestas se reducen a los salones de los clubes.
La segunda fase
comienza a principio del siglo XX. Las máscaras llegaron para dar identidad a los
Diablos Cojuelos. Se dice que tomaron de modelo los Lechones de Santiago. Ha
mediado del siglo se le agregó una capa larga al disfraz, baja hasta los
tobillos, además, una galacha sobre los hombros, o sea, un cuello elevado que
imprime la sensación de estar frente a un personaje tenebroso.
Pero en la tercera
fase el equipo organizador observó que, los diablos eran el elemento más
atractivo de la festividad folklórica. En consecuencia, decidieron darle
prioridad sobre los demás personajes. La preferencia condujo a rediseñar todo
el atuendo y el accionar de los diablos. Convirtieron el vestuario del diablo
en una pieza suntuosa. Excesivamente lujosa.
Para el 1985, el
Consejo Directivo del Comité Organizador transformó el carnaval con el
propósito de atraer a los veganos ausentes y otros turistas. Para los fines
formularon un plan de acción.
Los resultados no
se hicieron esperar. El Senado de la República emitió una resolución en 1997
declarando el carnaval de La Vega como patrimonio folklórico de la Nación
Dominicana. Declara, por igual, a La Vega como capital del carnaval dominicano.
Pero, Dagoberto Tejeda dice que: “La Vega tendrá que
volver a sus orígenes”.
En suma, la
capacidad de verse a futuro, con objetivos precisos, los veganos deberían
enfocarla hacia la actividad turístico-cultural. Iniciar la cuarta fase para
que el carnaval gatee por las montañas, se transforme en el centro de todas las
actividades cebradas en la zona. La agrícola, inclusive. La figura
de la mancomunidad de municipios podría ayudar.
Nota:
Para los datos sobre el carnaval nos apoyamos en:
Tejeda Ortiz, Dagoberto - El Carnaval Dominicano: antecedentes, tendencias y
perspectivas.
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