Por JUA N T H
Hace tiempo que
la sociedad dominicana exigía una Policía Nacional que efectivamente estuviera
para proteger vidas y propiedades, no para asesinar a los ciudadanos,
encarcelados y robarle sus propiedades, contraviniendo su razón de existir.
En términos
doctrinales, la Policía es una institución represiva en todos los países del
mundo no importa si es capitalista o socialista; el Estado, a través de las
Fuerzas Armadas y Policía tiene el control de la violencia, del mantenimiento
del llamado “orden público” que no es más que el orden burgués y oligárquico.
De no contar con los guardias y los policías, el sistema no se mantendría por
mucho tiempo, porque, como dijera Mao Tse-Tung, “el poder nace del fusil”. Y el
fusil lo tiene la clase dominante, la que gobierna, en Estados Unidos, en
China, Cuba, Rusia y cualquier otro.
Ahora bien, los países
capitalistas desarrollados tienen institucionesque se corresponden con el
desarrollo social. La Policía de un país desarrollado, es una Policía
desarrollada, es decir, educada, entrenada y equipada acorde con los avances
sociales, donde se invierten grandes recursos económicos. No hay ni puede haber
un divorcio entre policía y sociedad. Una cosa va con la otra.
Un país atrasado
tiene una Policía atrasada. Es el caso de muchos países como la República
Dominicana, que tiene la Policía que puede pagar, educar y entrenar. Ni más, ni
menos.
La Policía
dominicana arrastra, desde su origen, muchas distorsiones conceptuales, propia
de la dictadura de Trujillo, que no fueron corregidas cuando fue derrocada, por
el contrario, se afianzaron aun en medio de los “avances democráticos”.
El presidente
Luís Abinader prometió en campaña, cambios en la Policía Nacional y en las Fuerzas
Armadas, sobre todo en la institución del orden, que es la Policía para
colocarla al servicio de la ciudadanía, no en su contra, como sucedía. Esa
promesa, a contrapelo de muchos sectores, incluso dentro de la propia Policía,
se ha ido cumpliendo. Y en relativamente poco tiempo tendremos una nueva
Policía. Si, una Policía que no esté al
servicio del narcotráfico, del sicariato, la corrupción y el crimen organizado.
Es necesario terminar con los grupos dentro de la Policía-
No más
“intercambio de disparos”. Policías pobres matando a delincuentes pobres. No
más allanamientos sin orden de un juez y sin la presencia de un fiscal, no más
asaltos, robos y atracos perpetrados por los propios policías.
Gracias a la
voluntad política y la determinación del presidente Abinader tendremos en poco
tiempo agentes despojados de la cultura militarista de que “el civil no es
gente”. Los nuevos agentes deberán estar entrenados y educados con una nueva
visión.
Tendrán,
salarios decentes, no de hambre, con seguridad para sus familiares, etc. La
nueva Policía, la que pretende crear Abinader no tendrá excusas para delinquir,
ni para violar los derechos ciudadanos establecidos en la
Constitución. Los excesos no serán tolerados, ni las inconductas, no solo de
los alistados, sino de los oficiales superiores.
El gobierno
dispondrá de los recursos que sean necesarios para la creación de una nueva
Policía Nacional. Los diferentes sectores políticos, económicos y sociales
respaldan las medidas que está tomando el gobierno. Las acciones del presidente
Abinader no van en contra de la institucionalidad policial, al contrario, van a
favor. Los propios policías ya lo saben. El presidente no atenta contra la
Policía, va a favor de su fortalecimiento, de su institucionalización y
profesionalización.
No desesperéis.
Dejemos que las cosas fluyan dentro de la Policía Nacional. El presidente
Abinader prometió una nueva Policía, y la tendremos, más temprano que tarde, no
tengo dudas. Una Policía que sea garante de los derechos ciudadanos en el
cumplimiento de la ley. Sin miedoy sin exceso en el cumplimiento del deber. Una
Policía conceptualmente civilizada, no militarizada.
He conversado
con el nuevo director de la Policía, el mayor general Eduardo Alberto Then que
me dijo estar comprometido con los cambios que se están produciendo en la
institución, lo cual serán un aporte al desarrollo y profesionalización de
todos los agentes, desde los alistados hasta los oficiales de alto rango. “Lanueva
Policía tendrá un compromiso con la familia, con la sociedad y con la patria de
cara al futuro”, me comentó.
Y agregó en la
breve conversación: “Todos apoyamos las medidas que está tomando el señor
presidente Luís Abinader para transformar la Policía Nacional. El compromiso no
sólo es suyo, también es mío y de todos
los que amamos esta patria, pero sin descuidar el combate a la delincuencia, el
delito y el crimen, respetando la ley, la Constitución y los derechos humanos,
puntualizó.
Los resultados
de los planes del presidente Abinader no se verán en dos o tres días, se tomará
tiempo, pero la voluntad política está expresada en las decisiones que ha
tomado el mandatario para transformar la Policía Nacional. ¡Que así sea!
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