Por JUAN T H
El presidente
Luís Abinader ha sido objeto de fuertes criticas en muchos medios de
comunicación, sobre todo en las redes sociales, por no haber sido el primer
ciudadano en vacunarse contra el Covid-19. Dicen, con cierta razón, que si el
jefe de Estado se inoculaba primero que los demás le llevaría confianza y
seguridad a la población que una buena parte está escéptica.
Ocurre que el
presidente Abinadery su esposa Raquel Arbaje fueron víctimas del Covid durante
al tramo final de la campaña electoral del año pasado; al superar la enfermedad
crearon los anticuerpos que lo inmunizaron, razón por la cual vacunarse ahora
no era necesario.
El gabinete de
salud que encabeza la vicepresidenta Raquel Peña creó un protocolo que incluye,
en primer lugar a los médicos y personal sanitario que han estado enfrentando la
pandemia con determinación y valentía poniendo en riesgo sus vidas y las de sus
seres queridos. Privilegiar al presidente Abinader con una vacuna que no
necesita para complacer la necedad de un grupo de bocinas, era improcedente. De
haberlo hecho, también hubiera recibido críticas despiadadas de sus
adversarios. Además estaría violando el protocolo establecido por las
autoridades de salud.
El presidente no
debe prestarle atención a las críticas y los embates que procuran alejarlo de sus objetivos
fundamentales, que no son otros que enfrentar la crisis sanitaria y económica
para que el país salga hacia delante exitosamente.
Lo importante es
que la primera partida de vacunas llegó, llegará la segunda y la tercera hasta
completar las que sean necesarias para toda la población, que se elaboró un
plan de vacunación gratuita que ha recibido elogios, incluso de organismos
internacionales; lo importante es que el gobierno, a pesar de la falta de
recursos, buscó el dinero para comprar el medicamento. Fue un sacrificio enorme
el que hizo el gobierno para cuidar la salud del pueblo. Eso es lo
trascendente, lo importante, no si el presidente se vacunó de primero o de último.
(¿Para qué darle una vacuna a una persona que de momento no la necesita, como
el presidente Abinader, cuando hay millones de compatriotas que si la
necesitan?) Como dice el refrán, “palo
si boga, palo si no boga”.
Muy pronto, si
es que aún no se ha dado cuenta, el presidente Luís Abinader y el Partido
Revolucionario Moderno se darán cuenta que no están solos en el escenario
político, que hay otras fuerzas -algunas muy poderosas- que pronto, si es que
no lo han hecho ya, comenzaran su papel de opositores rabiosos con miras a las
elecciones del 2024. Algunos grupos
todavía no se sienten con fuerzas debido a la crisis que sacude al sistema de
partidos, sobre todo al de la Liberación Dominicana que intentará reagruparse
tan pronto pase el temporal judicial que amenaza con llevar a la cárcel a
muchos de sus dirigentes que están durmiendo con ropa.
Es sabido de algunas
reuniones conspirativas, lo he dicho otras veces, donde participan civiles y
militares. De momento esos vientos no tumban cocos, pero hay que prestarle
atención y tratar de evitar que prosperen. Mientras tanto el presidente tiene
que continuar actuando de acuerdo a los cambios prometidos al pueblo durante la
campaña electoral y que están contenidos en su programa de gobierno. A los que
tienen “gadejo” (ganas de joder) que sigan jodiendo. Ellos que jodan, el
presidente y su gabinete que sigan trabajando.
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