Hablemos sobre el coronavirus: la estrategia de
contención, el acierto de los supermercados, la tasa de contagio en la
policía y las elecciones de Corea del Sur.
Por Luis José Chávez
El distanciamiento social y el control de las aglomeraciones resaltan entre
las principales medidas adoptadas por los países afectados por el
coronavirus
En el caso de la República Dominicana se han cerrado o inhabilitados
prácticamente todas las empresa grandes, medianas y pequeñas; los negocios
formales e informales y la mayoría de los servicios públicos, con algunas
excepciones como la seguridad pública y privada, los centros médicos, el
aseo urbano, los medios de comunicación y los supermercados.
Y entre las pocas actividades permitidas, los supermercados se
han convertido precisamente en el principal punto de
concentración de personas en todo el país. Miles y miles de ciudadanos acuden
diariamente a estos establecimientos para adquirir alimentos y otros
productos esenciales.
Se podría asumir, por lo tanto, que las personas que trabajan en los
supermercados, interactuando diariamente con miles de clientes, constituyen
uno de los grupos con mayor posibilidad de contraer el coronavirus.
Pero parece que no es así, de acuerdo a informaciones que yo mismo he
podido recabar en dos de las principales cadenas de supermercados del país, que
en conjunto suman más de 20 mil empleados y colaboradores y más de cien
locales distribuidos en todo el territorio nacional.
Según los datos de fuentes absolutamente confiables, y que prefiero
no identificar porque no he sido autorizado para hacerlo, hasta
mediados de esta semana en esas dos grandes cadenas de supermercados, solo se
habían registrado tres casos de contagio confirmados, y de acuerdo a los
informantes no necesariamente contraídos en el marco de su actividad laboral.
La clave es la prevención
¿Entonces si la concentración de personas en un mismo espacio físico es una
de las principales causas de propagación del Covid-19, como se explica que la
actividad de los supermercados no haya generado una significativa tasa de
contagio entre los empleados de esos establecimientos?
La explicación parece simple. La clave es la prevención y las medidas de
protección adoptadas por esas empresas comerciales, desde las normas de
sanitización aplicadas en el manejo de los productos junto a las reglas de
higiene que deben observar los empleados, hasta las restricciones
para ingresar a esos locales, que incluyen el distanciamiento prudente y
el uso de guantes y mascarillas por parte de los clientes.
Esto indica que en otros escenarios sociales y económicos se podrían
alcanzar resultados parecidos si se toman en cuenta las
mismas medidas de control y protección, sin necesidad de mantener la
paralización total de la economía que podría conducirnos a un colapso de
consecuencias impredecibles.
Policía Nacional, la otra cara de la moneda
Otra experiencia muy diferente registrada durante la actual cuarentena es
lo que ha pasado en la Policía Nacional, donde su director, general Ney
Aldrin Bautista Almonte, acaba de confirmar que más de 80 miembros de esa
institución se han contagiado del virus en cumplimiento de sus deberes,
mientras que otros 90 están esperando resultados.
Esos mismos policías, entre sanos y contagiados, han sido
responsables de arrestar a más de 48 mil personas por violar el
toque de queda, de acuerdo al general Bautista Almonte.
Y es muy probable que a diferencia del personal de los supermercados,
que cumplen un estricto protocolo de prevención para trabajar con el
público, los policías de servicio que salen a proteger a la población no
estén debidamente adiestrados y equipados para protegerse del
coronavirus.
Y tal vez, lo que es peor, que los policías de servicio, portadores de la
enfermedad, constituyan una fuente de propagación del virus entre los
ciudadanos detenidos y probablemente concentrados en celdas y
lugares de hacinamiento que tampoco ofrecen ninguna protección y que podrían
operar en la práctica como una importante fuente de contagio en las diferentes
comunidades del país.
Sería muy interesante que las autoridades responsables de la política de
salud y de la estrategia para contener la expansión del Covid-19 evalúen los
dos casos que hemos analizado y consecuentemente revisen si estamos
siguiendo la ruta correcta para responder adecuadamente a la crisis sanitaria y
al costo económico que implica la paralización casi total del aparato
productivo del país.
Corea del Sur, elecciones con Coronavirus
Nuestras autoridades deberían poner sobre la mesa la experiencia de Corea
del Sur, que a pesar de la presencia del Coronavirus, acaba de celebrar
sus elecciones legislativas con una amplia participación de
votantes, pero en medio de estrictas medidas sanitarias para evitar la
propagación del contagio.
Luego de una campaña muy especial, marcada por discursos virtuales,
candidatos con mascarillas y cero manifestaciones en las calles,
los surcoreanos votaron el pasado 15 de abril para elegir a los 300
parlamentarios de la Asamblea Nacional.
De acuerdo a la comisión electoral estas elecciones registraron un
nivel de participación superior al 65 por ciento de los electores, la más
elevada tasa de votación en toda la historia democrática de Corea del Sur. La
jornada fue aprovechada por las autoridades para tomarle la temperatura a 29
millones de ciudadanos.
Esta es una buena noticia para la República Dominicana, no hay que
olvidar que el próximo 5 de julio tenemos elecciones a nivel presidencial
y congresual para continuar y tal vez culminar el ya tortuoso proceso electoral
de este año.
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