POR DOMINGO BATISTA
He conversado con ex camaradas izquierdistas sobre qué debemos hacer para
frustrar los intentos reeleccionistas del presidente Danilo Medina.
Siempre que abordo ese tema, aparecen los resquemores y pruritos
ideológicos de los años 60 y 70, tiempos en que el glorioso Movimiento Popular
Dominicano, MPD, enarboló acertadamente la unidad de los sectores anti
continuistas contra el doctor Joaquín Balaguer.
La historia local, y de muchos otros países, ha demostrado que los pueblos
deben orquestar amplias alianzas para derrotar a los regímenes negadores de los
Derechos Humanos, que menoscaban los intereses nacionales y navegan en los
perniciosos mares de la corrupción.
A la luz de esos hechos positivos, he abogado, en diferentes escenarios, lo
imperioso de que los candidatos presidenciales Luis Abinader y Leonel Fernández
se unan para evitar que Medina siga en el poder a través de su marioneta
política, Gonzalo Castillo.
Los estamentos de la sociedad deben hacer causa común para detener el uso
personal de los recursos del Estado; las violaciones a la Constitución; falta
de transparencia; inseguridad y el desastre económico.
Soy de los que creen en que Luis y Leonel deben juntarse para un plan de
lucha que dé al traste con la situación imperante en el país.
La salida de Fernández del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha
hecho posible que esa organización haya perdido unos 25 puntos en el
electorado nacional.
El tres veces presidente de la República, con su accionar, abrió las
posibilidades de que –hoy por hoy- las grandes masas cifren sus esperanzas en
una apabullante victoria en los comicios municipales y presidenciales de
febrero y mayo del presente año.
Un acuerdo de Luis y Leonel es la garantía para vencer al danilismo.
Los dominicanos sensatos y defensores de los preceptos sociales y morales,
así lo ansían.
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