Por Reynaldo Peguero
José Joaquín Zouain Cruz estará siempre con nosotros. Médico
siquiatra, humanista y lasallista militante, fue ungido desde niño como “Pekín”
por su padre Chito. Él representa la “Terneza” de los samanes de Gurabo desde
donde su tío Moisés Zouain de seguro escribió o se inspiró, en los versos de
esa canción promotora de muchos romances.
Canción que trae varios pasajes que le dan vida a la personalidad de
Pekín: “Hoy miro brotar el alba, llena de lindos colores, como bordada por ti,
y sus trinos y sus flores envenenan mi nostalgia y me hacen sentir feliz. Hoy
le pido a las ternuras de tus manecitas blancas que cuiden de mi cariño, que me
traten como a un niño, hijo de la soledad. “Ay si Luna conversara, cuantas
cosas te contara de este pobre corazón...”
Pekín permanece como sutil, melancólica y tierna presencia en nuestros
corazones. Distinguen sus acciones humanistas y solidarias con los estudiantes
desde que fue profesor, director y decano en la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra (PUCMM). Igualmente por sus mansas labores en favor de la mujer
y la niñez agredida. Juntos a otros amigos del Colegio de La Salle,
compartimos una vida llena de hechos sociales y humanos que marcan historia.
Todavía recuerdo las noches de leyenda, ron, tipile y cuscús en su
casa paterna ubicada en la parisinamente verde avenida Imbert de Santiago
de los Caballeros. Allí su padre y toda su familia nos colmaba de halagos
y gastronomía libanesa. Igualmente, en la casita de campo de los
Zouain en Gurabo, siempre muy bien cuidada, fresca y limpia para nuestros
desmanes, excesos y tropelías juveniles.
De Pekín serán imperecederas sus astutas ocurrencias, sabios inventos
y creativas fábulas. Todas sus “salidas especiales” llegan a nosotros tal como
era él: juguetón, hilarante y colorido. Aún tus repetitivos y rítmicos
movimientos de cabeza al caminar, dibujan sonrisas de miel en nuestras
cotidianidades. Siempre serás símbolo de solidaridad, alegría y unidad de
la promoción lasallista B4 Power. Conspirador impenitente de nuestras serenatas
tropicales, mañanitas de romo y perico ripiao, juntaderas, cocidos, sancochos y
las más variadas delicias árabes del paladar.
Atesoro como alucinante la imagen tiránica del hermano Gonzalo Blanco
que nosotros reconocíamos como “Claret” en el Colegio de La Salle,
exigiéndonos con cara fascista de poco que escribiéramos correctamente con tiza
blanca en la pizarra, sin ningún error ortográfico, tu extraño apellido libanés
ZOUAIN. Hoy que la geografía llena las redes sociales y las computadoras nos
permiten revisar en detalle el mapa mundi, creo que eres el único árabe del
mundo con nombre asiático y chino.
Pekín hermano y amigo estás aquí como leve capullo de hojas verdes.
Como flor risueña de nuestras ficciones más conspicuas. Como alegre lechón
cuajao del Gurabito Country Club, paje de alrededor de un millón de fiestas de
Quince años y vecino eterno de Teófilo Henríquez y Mariana Moreno en esa
avenida Imbert que nunca olvidaré.
En los movimientos y gracias de tus hermanos Eduardo, Emilio, Moisés y
Julissa, conservaré la alegría de tenerte aquí. También te apuntaré en tu
compañera Fanny Rodríguez y en tus hijos Eduardo y Guillermo.
Resalto hoy tu sentido humanista y solidario con los desvalidos y
necesitados. José Joaquín, cómplice, amigo, aliado, cachanchán sempiterno de
todas nuestras estrategias juveniles, serás inagotable en nuestras vidas.
Tus anécdotas repicarán campanas de consciencia de hermandad, amistad y alianza
solidaria, en esta y las próximas generaciones.
A criterio de Susi Pola Zapico, Mildred Mata y Antia Beato eres un
militante humilde y dedicado a la solidaridad y atención profesional de las
mujeres sobrevivientes de violencia doméstica desde la fundación del Núcleo de
Apoyo a la Mujer en Santiago (NAM) a finales de los ochenta y en la década de
los 90 del pasado siglo XX, hasta nuestro días.
El apoyo a las usuarias y tu disposición siempre estuvo para ellas.
Fuiste compañero de camino, sin mucho aspaviento, ni publicidad,
sino aliado de la atención y la lucha a favor de la mujer.
Fuiste entusiasta colaborador del cuidado de niños, niñas y adolescentes
maltratados. Carpintero del trabajo en salud mental. Tesonero y laborioso a
este grupo vulnerable.
José Joaquín Zouain Cruz, Pekín residirás en nosotros como lo
que eres “la terneza sempiterna del samán gurabero”. Árbol caribeño
de gran porte y solemnidad. Naturaleza de copa ancha y densa. Tronco grueso y
de cariño sin espinas. Átomo verde de sombra placentera, dulce, alegre y sin
lágrimas. Macizo gurabero en cuyas sombras se inspiran poetas, cantantes y
trovadores.
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