Por JUAN T H
Hace muchos años
dejé de creer en las encuestas que se realizan en la República Dominicana, no
importa que las hagan empresas extranjeras, porque la mayoría están sesgadas
por los intereses políticos y económicos de quienes la patrocinan. El que paga
la fiesta es el que más goza, dice un refrán.
La “guerra de
encuestas” suele ser una guerra de mentiras, como ocurre en los conflictos
bélicos, que la primera víctima es la verdad, tanto así que los medios son
censurados cuando intentan explicar los hechos de manera objetiva. Es bien
sabido que “las encuestas de trabajo” no se publican. Las demás forman parte de
una política de posicionamiento, de
percepción, de marketing para vender un producto en el mercado
electoral.
En mi trabajo
diario no suelo comentar encuestas, sobre todo las que desconozco la firma y el
financiador, que ahora, por lo que veo, es un testaferro para cumplir con los
requerimientos de la ley, lo que aumenta mí incredulidad.
La encuesta, en
la que sí creeré a menos que no se haga un fraude –nada raro en nuestro país-
es en la del sábado cuando los militantes del Partido Revolucionario Moderno,
menos de un millón 300, según su padrón, acudan a las urnas para escoger a sus
candidatos, y la Junta Central Electoral, como tercero imparcial, ofrezca los
resultados. En el PRM no creo que haya mayores dificultades con los resultados
por la manera en que sus principales dirigentes han manejado la lucha interna.
La encuesta, en
la que se podrá confiar, a menos que el uso de los recursos del Estado para
comprar votos y otras indelicadezas, el chantaje a los empleados públicos –más de 700 mil- con
la amenaza de ser cancelados, igual que a los que poseen la Tarjeta Solidaridad
y otros subsidios gubernamentales, el 23% del padrón electoral, para que voten
por el candidato del gobierno, pues de lo contrario les quitaran esos
beneficios, impida el sufragio transparente que debe caracterizar las
elecciones en cualquier parte del mundo. Si no es así, no se podrá crear en esa
encuesta directa.
Será muy difícil
para la JCE electoral establecer quienes fueron los vencedores dentro del PLD,
que está totalmente fraccionado, con dos grupos, uno en el gobierno haciendo y
deshaciendo a manos libres, sin ningún control, y el otro en la oposición
tratando que no lo derroten antes de las elecciones, impunemente.
La democracia
desapareció en el PLD, al igual que el sentido ético y moral. Para muchos de
sus líderes lo único que importa en política es el resultado.
La política no
tiene moral, dijo uno de sus viejos robles. Y Danilo está decidido a impedir
que Leonel gane. Por lo tanto, la “encuesta del voto” el próximo sábado en el
PLD está difícil. No sé si podremos confiar en ella, no sé si estará manipulada
y sesgada como las demás, y será imposible aceptar sus resultados, así como
así...
Espero que la
sangre no llegue al río. De todos modos, si las ambulancias del 9-1-1 no están
ocupadas llevando gente a votar por Gonzalo, que están listas para recoger a
los heridos y los muertos. (No creo que el PLD supere la crisis después del
sábado 6 de octubre sin una revolución interna)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .