Por Reynaldo Peguero
A partir de este miércoles 7 de agosto en el edificio empresarial
comienzan las nuevas Asambleas Ciudadanas de formulación del Plan Estratégico
Santiago 2030. Coordinadores, secretarios, comisionados, consultores,
ciudadanas y ciudadanos de las Comisiones Técnicas concertarán la nueva Visión,
Estrategias y Proyectos de la próxima década. El primer eje es ordenamiento
territorial, sostenibilidad ambiental y control del cambio climático. Dese por
invitado.
Cuando se habla de proyectos nos referimos al conjunto de acciones
para renovar a Santiago. De eso Santiago sabe mucho. En 2006 un sistema
propuesto por quien suscribe, el equipo técnico CDES y Ayuntamiento, ganó el
primer premio iberoamericano del CIDEU. La iniciativa publicada en Barcelona,
se denominó Herramientas básicas de implantación y gestión de proyectos.
Santiago se muestra orgulloso por el conjunto de proyectos exitosos
consensuados en el pasado Plan Estratégico 2020. Desde su impresionante sistema
de aseo y las plantas de residuos generales y hospitalarios hasta las 85 nuevas
escuelas, Parque Central, Acueducto de Cienfuegos, entre muchos otros.
Recordemos que el pasado plan estratégico 2020 había concertado 50
proyectos estructurantes. De este total, las evaluaciones realizadas indican
que Santiago avanzó en más del 65%. Las ejecutorias como debe ser, tuvieron
diversos liderazgos, protagonismos y autorías. El ayuntamiento, gobierno
central, el acueducto y alcantarillado, sector privado y sociedad civil,
tuvieron primacía.
Para francotiradores de redes, sicarios ideológicos, despistados
científicos, desorientados sociales o todo el que honestamente quiera saber,
subrayamos que el espacio democrático denominado “Plan Estratégico”, es
un PACTO DEMOCRÁTICO de ciudad. Una alianza que compromete las fuerzas
vivas en una visión común. No es un departamento; tampoco un mazo de papeletas
para proyectos y menos aun, una oficina de obras.
Nos incumbe como CDES, custodiar principios, promover valores, reunir
actores de agencias internacionales y movilizar la democracia local. También,
monitorear y darle seguimiento a las intervenciones. Igualmente, evaluarlas con
sentido de crítica constructiva, tal como hemos hecho con diversos proyectos.
Respondemos por Santiago cuando alcaldes, ministros, empresarios o dirigentes
comunitarios, trasgreden los principios del desarrollo de Santiago. Los
ejemplos sobran.
Entremos en materia. Los proyectos de una metrópolis que como Santiago
de los Caballeros, se planifica de forma estratégica a 10 años se dividen en
dos. Proyectos Estructurantes (PRE) y Proyectos de Acciones Victorias Rápidas
(PRAVIR). Los PRE cambian para siempre la estructura de una ciudad. Los PRAVIR logran
acciones de impacto inmediato que generan confianza de que se puede ir por
mucho más.
Los PRE son operaciones de largo alcance que requieren más de 24
meses. Se denominan “estructurantes” porque estructuran intervenciones
sinérgicas y concurrentes que cambian el curso de un territorio. Los PRAVIR son
acciones que se ejecutan en 12 meses con tienen carácter vertiginoso y
demostrativo. En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Jeffrey Sachs
los denominó “ganancias rápidas”, y el eterno alcalde de Curitiba, Jaime Lerner
los describe como “acupunturas urbanas”.
Un buen plan estratégico acumula una combinación inteligente de ambos
tipos. Si se desea cambiar el curso de Santiago, entonces concertemos proyectos
estructurantes expresados en sistemas, regímenes y programas que transformen
para bien el metabolismo urbano. Si soñamos con demostrar que las grandes
acciones requieren ejemplos concretos, entonces tomémosle la palabra de Jeffrey
Sachs y Jaime Lerner.
Concretamente, el compendio concertado de proyectos Santiago 2030
deberá partir de la visión que alcancemos a definir entre todas y todos.
En las disciplinas de construir futuros (futurología) se habla de
futuro probable y futuro deseable. El futuro probable es aquel que se
fundamenta exclusivamente en matemáticas y estadísticas. Si nos cimentamos en
números fríos, el buen futuro de Santiago parece incierto. Son tantas las tasas
y porcentajes adversos de daño humano a mejorar, que la misión parece colosal.
Por el contrario, si Santiago se concentra en el futuro que desea. Si
Santiago como acostumbra se basa en los deseos, anhelos, amores y sueños de su
ciudadanía, la perspectiva es otra. Una ciudadanía que prefiere, quiere,
venera, aspira y espera a un buen futuro, es capaz de lograr lo impensable. La
historia acumula centenas de ejemplos de éxitos por encima de las adversidades
reales.
Precisamos que la coyuntura es favorable a Santiago. Como ciudad
acumulamos fortalezas y oportunidades que conforman un cuadro optimista. Un
escenario para transitar con apremio, a una ofensiva estratégica denominada “El
Vuelo del Águila”. Un Águila que es Santiago sobrevuela por encima de las
dificultades y tiene la virtud de descender con fuerza para resolverlas en el
acto.
Nadie lo recuerda, pero en el 2010 la coyuntura era de “Ave Fénix”, es
decir de problemas amenazas y debilidades. Santiago estaba obligado a volar
alto para salir del fuego en que nos estábamos consumiendo. Subsistimos seis
años. Hoy muy por el contrario de ayer, sólo el cielo y los designios divinos,
nos pueden detener. El tiempo y las buenas acciones lo han curado casi todo,
pero tenemos que hacer más.
Al 2030 sugerimos cambiar el metabolismo de Santiago. Generar una ciudad
con características de metrópolis con una producción de energías renovables y
creadora de efluentes industriales limpios. Un Santiago de 40 mil nuevas
viviendas en edificios verdes y solidarios. Con un consumo responsable de
energía y agua en instituciones y hogares.
Un Santiago que se ocupe del Yaque, aguas arriba y aguas abajo. Que
ahorre y cuide el agua de consumo y de reguío y recolecte de forma saludable el
agua lluvia. Una urbe con plan metropolitano de ordenamiento y una movilidad
segura porque tiene un transporte colectivo confortable, que reduce su flota de
vehículos privados y públicos porque la gente utiliza en masa, los buses
cómodos y puntuales que estarán en servicio.
Un Santiago con nueva Nomenclatura Urbana Geo-referenciada que ajuste
en sentido general y reoriente las denominaciones de vías para distribución de
bienes y servicios y para accionar en emergencias y seguridad ciudadana por el
sistema 911. Una metrópolis con paisajismo cibaeño que entierre el cableado en
el centro histórico y en sectores de atractividad turística. Una nueva
arborización metropolitana innovadora que masifique la reforestación urbana con
especies autóctonas en vías y espacios públicos. Estamos en eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .