SANTO DOMINGO.- Con la finalidad de dar seguimiento a los lineamientos del
Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que declaró
el 2019 como el año de la vinculación UASD-Estado-Sociedad, la Oficina
Sectorial de Planificación y Desarrollo Institucional de la Facultad de
Humanidades (OSEPLANDI-FH) de esa alta casa de estudios, presentó el pasado
miércoles un panel sobre Humanidades y Sociedad.
En la actividad, que se realizó en el Paraninfo de la FH, se abordaron, de
manera dialógica y participativa, los temas: Manejo del duelo frente al
suicidio de un ser querido, a cargo de las maestras Isidra Gómez y María
Magdalena Guillén, de la Escuela de Psicología y ¿Por qué las matan (y se
suicidan)?, bajo la responsabilidad del maestro Pedro José Vásquez, también de
Psicología y la maestra Virtudes de la Rosa, de sociología, quienes, a partir
de estas cuestionantes, analizaron distintas problemáticas que actualmente
afectan a la sociedad dominicana y al mundo.
Gómez inició su participación definiendo el concepto de duelo y sus
diferentes etapas, explicando “que es el proceso normal como reacción a toda
pérdida, que se inicia por lo general con el shock y que culmina con la etapa
llamada reestructuración cognitiva”.
“Esto siempre tratándose del duelo normal, no obstante,
frente al suicidio de un familiar, las etapas suelen ser mucho más traumáticas
y difíciles de superar, pudiendo notarse una mayor intensidad en las de
negación, confusión, culpa, vergüenza, ira, estigma social y otros”, afirmó la
catedrática durante su participación.
Ante estas etapas del duelo, Gómez recomendó prepararse
para los recuerdos dolorosos, darse tiempo sin prisa, permitirse sentir enojo
con el ser querido, reconocer los sentimientos de miedo a ser juzgado por los
demás, entender y aceptar los cambios a nivel familiar y de ser necesario
unirse a un grupo de apoyo.
De su lado, Guillén, también profesional de la
psicología, puntualizó que es necesario “mantenerse en contacto con el núcleo
de apoyo emocional más cercano, desmitificar el tema del suicidio y buscar
ayuda profesional cuando sientan que solos no puedan manejar el dolor que causa
la pérdida, especialmente cuando se trata del suicidio de niños y adolescentes,
el cual, según las últimas estadísticas, va en aumento”.
Al abordar el tema “Por qué las matan y se suicidan”,
Vázquez identificó dos tipos suicidas, “los estables y los inestables”. Los estables
son personas que les va bien en su matrimonio, en su trabajo, en su profesión,
pero que muestran incapacidad para hacer reajuste social cuando se producen
cambios drásticos en su vida, como por ejemplo, pérdida del estatus social. En
tanto, “los inestables”, son aquellas que por su baja capacidad intelectual,
sumado a otras situaciones como carencia cognitiva y/o afectiva se llegan a
considerar alienados.
Aunque, destacó que se han detectado características o
síntomas comunes del suicida: temor de los familiares a que la persona se
suicide, deseos de morir expresados por parte del suicida, manifestación de
ideas suicidas, la utilización de frases de despedida, antecedentes de
trastornos mentales, de hospitalización, de intentos suicidas personales, de
familiares con conductas suicidas, la presencia de un conflicto de pareja o
familiar, el uso de antidepresivos, alcohol u otras drogas o sustancias.
Por su parte, De la Rosa, de Sociología, al tratar el
tema aclaró que “el suicidio tiene un componente fundamentalmente de determinante
social”. ¨En el caso del feminicida que se suicida, vamos a enfatizar que es
producto de la sociedad. Y es producto de la sociedad machista”.
Para la docente, quien también dirige el Instituto de
Género y Familia de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la
universidad estatal, “es la forma en la que se construye el tipo de
masculinidad, ya que desde que el niño cae en el vientre comenzamos a marcar en
ese niño el tipo de feminidad que marcamos en esa mujer, lo que finalmente va a
dar el producto de lo que nosotros somos y puede terminar en el episodio que
hemos llamado feminicidio y el suicidio de algunos de los feminicidas”.
“No es un problema de clase social”. “No es un problema
educativo”, puntualizó la también activista del Movimiento Feminista, al tiempo
de reafirmar que “las mujeres asesinadas son víctimas de esa sociedad, de la
que va creando y articulando las condiciones y los parámetros para que la mujer
sea asesinada”.
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